info@miguelaramayo.com

Llegó el día

4 May

Llegó el día

Esta mañana me desperté un poco más tarde que de costumbre, eran las siete,  el sol estaba radiante, el cielo azul, comencé el día así como dice el himno “bajo el cielo mas puro de América”, me asomé a la ventana y los pajaritos ya habían despertado mucha antes que yo, ya estaban en los festejos, se escuchaban, muy próximos a mi, mas lejanos y en lontananza. Cantos de loritas, de tordos, de tiluchis, todos ellos presagiando lo que será este día. El tiempo era fresco, pero no como para tiritar de frío, no, era fresco como para tener un día tranquilo, el sol  brillaba y era luminoso, como es siempre que habrá día de fiesta. Todos en mi casa dormían y creo que todo el pueblo dormía, porque el silencio era tranquilizador, lo único que se escuchaba era mi respiración, el trinar de los pájaros que nombré y muchos más, cuyo piar, no se identificar.

 

Pensar que este pueblo espera este día, desde que Ñuflo de Chavez pensó en ser autónomo y brindó su vida a esa tarea, desde que Andrés Ibañez inmoló su vida por esa causa, desde el primer cabildo que hizo este pueblo en pos de lo que hoy será nuestro, pese a quien le pese y sobre todo a aquellos que siempre quisieron sojuzgar a este pueblo, para quedarse con sus bienes, sus riquezas, sus gentes, sus tradiciones y sobre todo con sus corazones. Han pasado como dicen algunos “casi quinientos años” y por fin ahora podremos decir, ¡que si hemos conquistado la autonomía…!

 

Tenemos la plena seguridad, que eso que tuvo una gestación de casi quinientos años, una maduración de un siglo y una promoción de dos años y algo más, no podrá ver la luz en forma inmediata como muchos se imaginan, ¡No! Tendremos un largo camino que recorrer. Este niño debe ser amamantado por su madre hasta dar los primeros pininos, ¡pininos!, que después se convertirán en pasos, pasos que luego serán un trote, hasta convertirse en carrera, carrera que no solo será de los cruceños, sino que será seguida por la “media luna”, para convertirse en carrera de todos los bolivianos, carrera en pos de una vida mejor, de una vida con autonomías departamentales.

 

Primero que nada quiero agradecer a Dios, porque Él brindo a este pueblo la paciencia y el tesón para llegar al punto que hemos llegado, pero le pido con fervor que nos ayude a que este día termine con el triunfo, pero sobre todo mostrando al mundo que no somos violentos, que somos ¡constantes…!, que somos ¡corajudos…!, que somos ¡guerreros…!, pero para defendernos, no para lastimar. Pido a Dios que nos de la fuerza para afrontar lo que se viene a partir de mañana, a soportar todos lo vejámenes que atraeremos con este nuestro acto, para soportar todos los males que con seguridad nos caerán, pero sobre todo que nos de el poder, el poder para llegar a buen termino, esto ¡que quizá nos tomara años!, ¡lustros!, ¡décadas!, pero ese será el legado que dejaremos a nuestros hijos, a nuestros nietos, a nuestros descendientes que harán ascender este pueblo.

 

La enseñanza que hemos recibido de nuestros mayores, no como gritos desesperados, sino como arenga que se trasmite de corazón a corazón, como algo que nace de lo más profundo del espíritu. No como algo viseral que se esfuma como una flatulencia, como algo que dura tan poco como el odio que nos han demostrado los centralistas en estos pocos meses, desde que decidimos convocar al referéndum, referéndum que hoy nos dará la razón, a nosotros y a los que se opusieron y a los que vieron que no podríamos llegar al triunfo.

 

Repito y no me cansaré de hacerlo, Dios está con nosotros, no desde ahora, desde que Ñuflo de Chávez encaro el viaje, el viaje a caballo desde Santa Cruz hasta el Perú, al Virreinato de Lima, para solicitar la autonomía para estos pueblos, Dios estuvo con Andrés Ibañez y su muerte fue icono que nos marco y que sirvió de guía para llegar donde estamos. Estoy más que convencido que Dios,  ¡Dios es camba!, estoy seguro de eso y de que seremos en consecuencia “autónomos!

 

 

Miguel Aramayo.

SCZ. 04-05-2008