Lo increíble
Alguien estaba sentado en el pico de una montaña, o por lo menos eso era lo que sentía en ese momento. Estaba hablando, pero sin tener un interlocutor, como si estuviera muy concentrado y pensará que tenía alguien en
frente o que eran simples pensamientos, los mismos que trasuntaron su boca y se hicieron audibles a la montaña, la misma que le devolvía el eco de lo que él pronunciaba y de esa manera lo confundía más, porque sentía que le respondía con las mismas alocuciones.
Eso le pasaba a ese hombre siempre que estaba en su montaña, la que podía ser real o imaginaria, lo mismo que el eco o la respuesta a las palabras que se le escapaban de su pensamiento, de su conciencia, la misma que
constantemente lo atormentaba con una obsesión que siendo muy débil le recordaba que era un maniático.
Desde lo alto de su montaña podía ver el horizonte. Oteando al frente podía significar que observaba el futuro, el porvenir, el más allá. Volcando su visión al lado contrario, podía apreciar el pasado con una nitidez
que a él le parecía real, pero que podía estar distorsionada por el tiempo y algunas otras circunstancias. Al realizar ese retroceso era como montar en la máquina del tiempo, la misma que le mostraba que no era el super hombre que él se creía, sino simplemente
un segundo, un posterior y de esa manera siempre fue así desde el principio de los tiempos, de los tiempos que le correspondieron vivir.
Cualquiera hubiera pensado que ese pasado lo atormentaba, pero, al contrario, el tiempo pasado había sido tan bueno con él que no le producía ningún pesar. En su lugar, le brindaba momentos gratos. Todo lo hizo bajo un
pretérito pluscuamperfecto, como que todo lo que se le presentará, fuera algo ya leído de lo realmente vivido. Como pensando que cuando llegaba ya todo se había ido al futuro, seguido del participio de algo, como que lo sucedido, aparentemente estaba desaparecido.
El hombre de la montaña no estaba seguro de que sus sentidos percibían lo que estaba diciendo, lo que parecía en realidad, estaba escuchando la respuesta del eco o siempre era lo pronunciado por él mismo.
Algunas veces lo que uno escucha es lo que tiene en su interior. Lo denominado por algunos, como conciencia o lo que está más escondido y conocido como subconciencia. Subconciencia, es un término utilizado antiguamente
y que ahora se reconoce para referirse a lo inconsciente, a lo débilmente consciente. Lo que por encontrarse “por debajo del umbral de la conciencia”, se supone olvidado, pero que puede retrotraerse sin siquiera sentir o desear recordar. Como algo que reverbera
de un momento a otro y generalmente en sueños, que pueden o no ser recordados.
Pensando en el hombre de la montaña, recapacité sobre el subconsciente, algo que abarca toda información almacenada en la mente del ser humano, sin que este la perciba de manera consciente. Sin embargo, influye en su
manera de actuar y de comportarse ante determinadas situaciones.
Él podía creer que hablaba con su eco, pero lo hacía con su propio yo, su subconsciente.
Miguel Aramayo
SCZ.18-05-2022