Los animales también tienen alma
En algunos de mis cuentos he compartido largas conversaciones con algunos animales, incluso en uno de los cuentos me convierto en pájaro y cambio de uno a otro, hasta que termino de golondrina. Cuando hablo de los perros,
en un relato me convierto en uno de ellos, para poder obtener los secretos de un pordiosero.
Todas las mascotas que tuvimos en la casa siempre fueron tratadas con preferencia y cuando se fueron a la eternidad, procuramos despedirlos con mucho cariño y nos dolió mucho el que nos dejarán. Casi todos ellos retornan
a nuestras memorias de vez en cuando y cada uno dejó algún recuerdo especial en nuestro intelecto.
Ahora me toca despedir a Ñoqui, lo hago con un nudo en la garganta y el corazón totalmente arrugado y lo hago porque ahora seré yo el que acelere ese paso a la eternidad. Porque no quiero verlo sufrir más y prefiero ser
el que sufra ese alejamiento. Hicimos todo lo posible para mantenerlo con nosotros, pero es inhumano y egoísta, que por satisfacer nuestra felicidad le proporcionemos solo dolor a un ser que merece descansar.
Se que todos los que lo queremos sufriremos de saber que paso a mejor vida, pero quedará en mi conciencia el haber sido yo quien tomó la decisión. Estoy seguro de que él reconocerá mi dolor, como lo reconocerán todos
los que nos encariñamos de él.
Miguel Aramayo
SCZ.17-05-2022