Los boleros y tangos
Me puedo quedar horas escuchando tangos y boleros, sus letras contienen tanta sabiduría, con gran contenido y expresadas como para el entendimiento de cualquier persona común y corriente. Su expresión es sencilla y puede ser comprendida con facilidad, incluso me anime a leer tangos y milongas escritas por Jorge Luis Borges, y él tan sabio, tan acostumbrado a utilizar el lenguaje con estilo, con finura, también cuando escribe tangos se expresa como Sosa, Castillo, Gardel o Lepera.
Los compositores de ambos géneros son muchos y de diversas edades, pero la producción más importante es desde principios del siglo XX y la mayor producción se data desde la segunda guerra mundial hasta más o menos la década de los 60. En ese mismo periodo de tiempo se encuentran los principales intérpretes y lo más común fue la interpretación de los tríos, desde luego que aparecieron algunas orquestas o conjuntos musicales como los denominados “sonoras” o los “mariachis”, por cuanto la mayor producción se dio en Cuba, México y Latinoamérica.
Creo que ambas formas musicales de expresar los sentimientos, se adecuan para que las almas que sufren, desprecio, abandono y pasión no correspondida se adecuen tanto al ritmo como la melodía, porque los sonidos de esas notas musicales, en muchos casos suenan como acordes hechos a medida, para exteriorizar lo que atormenta a las almas de los compositores. Aunque algunos compositores escribían esas canciones porque se las pedían, como es el caso de algo que escribió Paul Anka para Frank Sinatra y que resultó ser la mejor canción contada por éste último y que todos atribuyeron a su autoría.
Yo me identifico con algunos cantores como el Trio Los Panchos, Los Diamantes y Los Ases, esto en lo que corresponde a interpretes antiguos y de la misma época Gardel, algo más antiguo, pero dejaron en mi memoria algunas canciones de Antonio Prieto o de Lucho Gatica y de los nuevos o casi nuevos, Luis Miguel, Roberto Carlos y José José. De este último hay una que muestra el sufrimiento de un pobre hombre que dice: Ojalá que te mueras: Ojalá que te mueras me dijiste esa noche, y cerraste la puerta. Qué dolor tan inmenso, qué tristeza tan grande dejaste y nunca más te vi. Me quedé sin sentido por el suelo caído, sin tu amor y sin fuerzas. Y por hacerte caso me dispuse a morir. Trate que se hiciera más grande mi herida, recordarte primera medida, no me pude morir, enferme. Busqué como loco una bala perdida, que pudiera quitarme la vida, fracasé y aquí estoy otra vez. Ojalá que te mueras me dijiste esa noche y cerraste la puerta y no nos dimos cuenta que mi vida no es mía, que ya yo te la di. Si no me la devuelves, no me puedo morir. Me quedé sin sentido por el suelo caído, sin tu amor y sin fuerzas y por hacerte caso me dispuse a morir.
Ese hombre, compositor e interprete escribió esa canción, no sé si antes o después, pero es verdad se dejó y se alejó del mundo hasta caer al fondo, “en busca de esa bala perdida”, que en su caso fueron el alcohol y las drogas. Eso es lo que yo me imagino, por lo que sé dé su vida, relatada por el mismo.
Así como esa canción, hay un montón que tienen mucho sentido, como la de Agustin Lara, dedicada a Maria Félix que dice: Acuérdate de Acapulco, de aquella noche Maria Bonita, María del alma; acuérdate que en la playa, con tus manitas las estrellitas
las enjuagabas… Que muestra un hombre enamorado.
U otra de Vicente Garrido, escrita en 1950 y que fue interpretada por un montón de cantores, incluso por Nat King Cole: No me platiques más Lo que debió pasar Antes de conocernos, sé que has tenido horas felices, aún sin estar conmigo… Que es la expresión de un celoso.
Miguel Aramayo
SCZ.04-11-2018 Cumpleaños de mi prima Stella Maris y también mi abuelo Carlos, que hubiera cumplido hoy 118 años.