Los libros sagrados
Pienso que para poder opinar sobre lo que está escrito en los libros religiosos, no sólo se requiere haber leído los libros, por más que la lectura se haga en tomos escritos antiguamente o incluso en los originales. Hay temas que recién están siendo corroborados por los hallazgos de los arqueólogos, como lo recientemente descubierto sobre la vivienda que ocuparon David y Salomon, o los descubrimientos en el mar, de las huellas que dejaron los judíos cuando se liberaron de los egipcios.
Creo que, de todas religiones que están a mi alcance, los más estudiosos y que siguen actualizando sus conocimientos, son los judíos. Los musulmanes con tantas divisiones y la radicalización de algunos grupos, como los chiíes y los suníes, han dejado de ver el tema religioso, para convertirlo en un tema político, además que son ciegos seguidores, que hacen caso a lo que dicen los ulemas, sin analizar, sólo respetando esa palabra. Los católicos se contentaron con tener el antiguo testamento, que es el mismo libro de los judíos y la biblia o nuevo testamente, que fue escrito en el año 175 de nuestra era y que tuvo algunos cambios que se introdujeron por aportes de los diferentes concilios, pero que después de esto quedó estancado y seguimos en el siglo XVI, salvo el concilio vaticano, convocado por Juan XXIII.
Las religiones tienen grupos de estudiosos que son denominados teólogos, que lo que hacen es estudiar los mismos libros para refutar algunas críticas de otras religiones o la interpretación que hacen algunos laicos, pero los cinco o diez años estudiando lo mismo, para refutar o analizar las opiniones vertidas por los doctores de la iglesia y muchos teólogos que opinaron u opinan sobre el particular.
Pienso que el estudio debe ser más profundo y al decir esto pienso que debe ser multidisciplinario, porque los libros de por sí pueden tener temas escondidos. Incluso los judíos tienen una forma de analizar los escritos antiguos, a lo que llaman cábalas, eso significa que dentro de los escritos originales algunos están cifrados y por lo tanto constantemente se revisan, buscando esos códigos que tiene temas que dan la impresión de estar encriptados.
El Talmud es una obra que recoge principalmente las discusiones rabínicas sobre leyes judías, tradiciones, costumbres, narraciones y dichos, parábolas, historias y leyendas, que es una forma de plasmar por escrito lo que fue heredado de las transmisiones orales de generación en generación, que pueden distorsionarse por el tiempo y los cambios lingüísticos de generación en generación y por la influencia geográfica de la desagregación.
En la religión católica también hubo discusiones cuando se iniciaron los escritos y las publicaciones de la biblia, en la que no se aceptó incluir narraciones (evangelios de mujeres, como Maria Magdalena y muchas otras), incluso se dejó afuera cosas escritas por San Pablo (Saulo de Tarso), porque no fueron correctamente traducidas, del griego y del arameo, siendo que ese hombre escribió un 80% de lo que es el nuevo testamente, lo mismo sucede con escritos de Lucas, quien era muy amigo de Saulo y ninguno de los dos vio a Jesús en vida. Todo esto escrito y rechazado en la Biblia, se denominan relatos apócrifos, los mismos que contiene, a mi entender, muchas verdades que son lógicas.
Lo que opino en este escrito, es algo muy personal y basado en lo poquito que sé de este tema y por lo tanto no lo hago con el afán de polemizar, sino simplemente de expresar mi opinión, sin modificar mi fe y mis creencias que herede de mis mayores, que incluso me contradicen en mi forma de pensar, ¡porque por suerte pienso…!
Miguel Aramayo
SCZ.13-05-2018 En unos días más cumple algo así como 93 o 94 años la última de las hermanas de mi padre, mi tía Blanca Aramayo de Mealla.