Los sentimientos
De hace mucho tiempo, es mi manía la de observar a la gente que me rodea, sean o no próximos a mí. Porque también observo a la gente que no conozco, cuando estoy en alguna sala de espera, haciendo uso de un servicio público
o quizá distraído sentado en el banco de cualquier plaza. De eso deduzco que existe gente que no expresa sentimientos, no es que sean insensible, pero tienen la dificultad de expresión de lo que los alegra o entristece y solo pueden mostrar indiferencia.
Me da mucha pena esa gente que es inexpresiva. Algo distinto de ser indiferente, porque interiormente creo que sufren mucho más que los que mostramos signos de tristeza, mucho más alegres que los que mostramos algarabía.
Quizá ellos incluso no puedan expresar ira o desprecio. Esa gente queda impertérrita ante cualquier efecto que, en el saldo de la gente, e incluso de los animales, produce algún tipo de reacción, acorde con el acontecimiento. Los perros, por ejemplo, te mueven
la cola como muestra de alegría o se apegan a ti para compartir el sentimiento que demuestras o sencillamente te ladran o gruñe, pero en algunos casos inclusive suspiran y aúllan.
Creo que existen sentimientos que cuesta mucho querer disimularlos, uno es el amor, otra la pena y un tercero es la ira. Pero hay gente que quizá su sentir sea más profundo que lo que expresamos, los que catalogo como
personas normales. No es que repriman sus lágrimas en un momento de dolor, sino que por algún efecto profundo no pueden derramar lágrimas y al contario se expresen con una sonrisa e incluso una carcajada. De la misma manera guardan para ellos las expresiones
de felicidad y dan la impresión de indiferencia, pero seguro que ellos podrían hacer mucho más para demostrar el sentimiento que se queda en su interior.
La inteligencia emocional nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo, acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo
y adoptar una actitud empática y social, que nos brindará mayores posibilidades de desarrollo personal. En un lenguaje claro y accesible,
Goleman presenta una teoría revolucionaria que ha hecho tambalear los conceptos clásicos de la psicología, que daban prioridad al intelecto. “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto,
en el momento oportuno. Con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo. Aristóteles, Ética a Nicómaco.”
Jordi Barres Ruset ¿QUÉ SON LOS TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD? Todos los seres humanos contamos con una personalidad y será ésta la que nos va a permitir la interacción a nivel social con las demás personas, así como permitirnos saber
quiénes somos, nuestros gustos, preferencias, disgustos, etc. En pocas palabras, el saber quiénes somos y poder relacionarnos con el mundo que nos rodea es la función de nuestra personalidad. La personalidad por su parte está compuesta por dos elementos vitales;
el temperamento y el carácter. Temperamento es esa parte hereditaria o genética que se nos transmite del padre y de la madre. Carácter es una parte que vamos adquiriendo conforme vamos creciendo y desarrollándonos.
En los dos últimos párrafos he querido justificar científicamente lo que empíricamente es mi opinión de simple observador, con lo cual quiero justificarme como simple charlatán. Dejo para la opinión de quienes me leen.
Miguel Aramayo
SCZ.19-01-2022