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Cuentito

19 May

Cuentito

Amigos les contaré algo que los sorprenderá, los dejará risueños al ver sucesos extraños, con tintes de realidad más que de ficción. El amigo de Konstantin a quien invita a viajar, soy yo, Miguel.

 

Un enanito ruso, de gran corazón, se encontró con un amigo al cual lo invito a pasear por el mundo, pero no de una forma que podría llamase la tradicional, en moto o cuatro ruedas, en tren, en avión o en barco, tampoco a pie o en bicicleta. El Rusito, que de ahora en adelante nombraré por su nombre, que es Konstantin, un nombre muy común en su querida Rusia. Él era muy amigo de un descendiente de Kassim (hermano de Alibaba) y muy amigo de la estirpe de (Scheherazade) Sherezade, con él que si no me equivoco se llamaba Harúm. Ese amigo de Konstantin podía desplazarlos por el mundo montados en una alfombra persa, alfombra que tenía la ventaja de desplazarse a gran velocidad y sin ser observado por ningún ser humano e imposible de ser detectado por ningún radar, no solo por viajar a poca altura del suelo, sino que al no tener ninguna parte metálica no producía ninguna reacción en los radares.

 

Para ese viaje los ocupantes de la alfombra debían guardar sus objetos metálicos en unas alforjas imantadas de tal manera que anulaban su condición de metal, eso para sus joyas, reloj, anillos, cadenas. Pero, además, monedas y cualquier otro metal, como cinturones e incluso zapatos, todo para no poder ser detectados por los radares en tierra. El viaje se iniciaría en Moscú y por lo tanto se juntaron los tres amigos: Konstantin, Harúm, y Miguel. El encuentro se produjo en el “Café Pushkin”, un lugar muy tradicional, que siempre está muy concurrido, por todo tipo de personas, por lo tanto, ni Konstantin levantaría ninguna sospecha, Menos Harúm que, pese a su barba, tenía un aspecto muy occidental. Además, en la reunión no tratarían nada que pueda llamar la atención, era simplemente para hacer un plan de viaje, de manera que pudieran tener un itinerario real y realizable, ver el tema económico de los gastos que deberían realizar y sobre todo establecer lo que harían en cada uno de los lugares elegidos.

 

El viaje se iniciaría en Moscú y a continuación se muestra el itinerario completo: Moscú – Estambul, Estambul – Atenas, Atenas – Bond, Bond – Londres, Londres – Roma, Roma – Paris y para finalizar, Paris –Washington. Después se encargarían de hacer las reservas en los hoteles y el plan de trabajo en cada uno de los lugares, porque no solo sería turismo, sobre todo, el interés se centrará en después poder opinar sobre la gente y el tipo de gobierno que usan en cada uno de los lugares visitados. El tipo de gobierno con el que muestran mayor conformidad cada una de las capitales visitadas. Porque está comprobado, que la idiosincrasia de la gente de cada país, influye en el tipo de gobierno deseado por sus ciudadanos, la prueba más palpable son Rusia, Alemania e Inglaterra.

 

Por suerte el medio de transporte que están empleando no requiere de combustible, ni de espacios para cumplir con migraciones y aduanas, la ropa la podían comprar en cada uno de los lugares, para no tener el problema del cambio de clima y después de usarla, pueden lavarla y venderla, en un mercado de pulgas en cada lugar, antes de continuar viaje, de esa manera necesitara un simple maletín de mano o una mochila.

 

El relato del viaje será un poquito largo y en algunos momentos monótono (aburridor), por lo tanto, creo que con lo contado hasta ahora es suficiente. En un mediato próximo continuaré con lo sucedido en todo el itinerario nombrado, les pido que me disculpen, pero después verán que de esa manera es mejor y más agradable de escuchar.

 

Miguel Aramayo

SCZ. 20-04-2010

19 May

¿Era o es?

Era un hombre, siempre pensando en el amor, romántico. Asimilando a todo como algo divino. Para él Dios estaba en todas partes y él eran un prisionero de gente que no creía en amor, en el romanticismo.

 

Un día después de haber meditado a solas, durante muchas horas, llegó a donde estaba su amada y después de mucho pensar le, dijo algo, que para él era algo muy confidencial y dejaba su alma al desnudo. Con poquitas palabras, pero muy bien pensadas, estudiadas y ejercitas le dijo: “Te quiero, te quiero mucho”. Calló y pensó que con esa alocución él había derrumbado el cielo. Quien escuchaba, se desparramaría en señales de amor, de romanticismo, pero la respuesta fue tan sencilla, tan simple, tan mundana, que lo dejó devastado al pobre imbécil romántico.

 

La respuesta fue muy sencilla y por demás de sincera, contenía la verdad absoluta: “Ya lo sabía”. Parecía muy simple, pero no contenía ningún engaño, expresaba lo que debía significar y por lo tanto no requería de más superchería. El hombre, había estado estudiando por tanto tiempo su alocución, esperaba, no sólo el desparramarse del cielo. Sino que en algún momento, pudiera escuchar otro tipo de respuesta, Un sinfín de caricias y expresiones de agradecimiento. Quedó paralizado, pero también como es tan circunspecto, no demostró ninguna otra reacción. Por dentro se había destrozado el hechizo, el hechizo creado, por su imaginación romántica, para ese momento, para esas circunstancias, que se desplomaron con tanta facilidad.

 

Es así como funciona el mundo, es por eso que la civilización avanzó en el tiempo y el espacio. Siempre hubo hombres que con ideas e ideales lanzaron al mundo hacia adelante, haciendo que la civilización progrese de diferentes maneras. Con historias reales, pero también con parábolas e incluso con mentiras. Mentiras como las que usan los políticos y los economistas o con cuentitos inocentes como tratan de comunicar los religiosos, de todos los tipos de ideologías.

 

Pero al mismo tiempo ese crecimiento de la humanidad de la civilización, no se frena con argumentos contrarios o respuestas reales a situaciones extremas. Esas situaciones, que aparentan ser rechazos, son también lo que impulsa, para que la civilización progrese.

 

Pensando sin romanticismo, pero con una realidad muy fácil de observar en el plano de la racionalidad, ¿Qué otra respuesta le cabía?, a la afirmación originaría a este montón de palabras: “Te quiero, te quiero mucho”. La respuesta era lógica y tenía ninguna trampa ningún subterfugio y fue expresada así: “Ya lo sabía”.

 

Me pongo en el lugar de ese pobre hombre y después de analizar su aseveración y la respuesta. Veo que la afirmación era absurda, porque eso no requería palabras se podía expresar de otra manera y quizá, o mejor dicho con mejores resultados. Por lo tanto, la respuesta fue benévola, coherente y no tenía ninguna mala intención.

 

Generalmente el romanticismo exagerado, lleva a sus cultores a situaciones de absurdo de imbecilidad y lo peor de todo, que los románticos se dan al muere cuando le suceden ese tipo de situaciones y los hace desesperarse y crear situaciones atrayendo la pena de los demás, cuando lo que cabía a esa respuesta era decir: “! ¡Perspicaz…!, como se adelantado a lo que le dijeron, si ya lo sabía”. Eso significa, que los actos ya fueron reconocidos y con su respuesta confirmaba que está de acuerdo y que también lo quería, porque ya lo sabia.

 

Miguel Aramayo

SCZ.18-04-2020

 

19 May

He cambiado

Un hombre viajaba de Italia (Tirano) a Suiza (Thusis) en El Bernina Express (Integrada en el ferrocarril Rético). Su entorno es un espectáculo. En total son 122 kilómetros cuyo recorrido transcurre sobre 196 puentes y viaductos, por 55 túneles y cruza 20 municipios.

 

Ese hombre pudo captar una conversación mientras hacia ese recorrido y quedó impresionado, por ese motivo se decidió al llegar a Suiza, escribir un mail a su enamora con quien compartía su vida. Y le decía: Mi amor escuché la conversación que tenía un hombre con una señora mayor, que posiblemente era su madre. Me impresionó y por eso te lo cuento, porque además nos puede servir de tema para un cuento o una novelita:

 

El hombre ya mayor le decía a la mujer algo mayor que él: Siempre supe que era proclive al amor, desde muy niño observaba mis sentidos y le daba mucha importancia al amor. Ahora me tocó vivir una experiencia inédita, vi el más allá con claridad meridiana y no me dio ningún temor el ver que había gente esperando mi partida desde el otro lado del túnel, pero también vi gente que me quería tanto que no quería mi partida.

 

Creo que son muy pocos, los que tienen el privilegio de pensar de esa manera. Ahora pasó el tiempo y también mostraron los destrozos que puede hacer ese tiempo contado en años de “edad”, edad que no es lo mismo que el tiempo vivido, porque como en mi caso, pienso que he vivido más tiempo que los años que pasaron desde mi nacimiento.

 

La experiencia vivida, me ha mostrado que puedo amar mucho más, más que lo que pensé que podía amar, porque me tocó compartir en ocho días, con gente que me mostró, me enseñó y demostró que en este mundo existe mucho amor. Pero uno es tan necio que no llega a captar en la monotonía de la vida. Debe suceder algo que te haga reaccionar y comprender que no eres el único y, que lo que haces es lo mejor. ¡NO eres el único! Y tampoco eres lo que creías ser: “el mejor”.

 

Este mundo está lleno de individualidades, que te hacen ver gente con más y mejores características, gente con mucha sensibilidad, que la que pretendes tener. Hay gente que dedica su existencia a los demás, como es el caso de la gente que trabaja en salud, médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería, cocineros, personal de limpieza, personal de mantenimiento, que en algunos momentos se deben mantener despiertos, esperando que tu organismo reaccione a los remedios, o simplemente está a tu lado para consolarte, pero prestando su concurso profesional.

 

Tiene que haberte sucedido algo, para que Dios te permita estar con esa gente y poder apreciar su calidad humana y en algunos casos, puedes quedar anonadado con la conversación del personal de limpieza, que es de menor escala laboral, pero con el mismo valor humano. También podrás hablar con gente mayor, enfermeras que dedicaron su vida a los demás, que con el pasar de los años reciben la ingratitud de los hijos y el abandono del que fue su compañero y que se consuelan con su actividad diaria.

 

Esos ocho días me hicieron ver la realidad de la vida, que no es la misma, cuando estás sano y que se modifica totalmente cuando esta doliente. Desde ahora seré otra persona y espero retribuir al mundo con el amor que está escondido en muchas personas.

 

Como puedes ver mi amor, ese hombre se expresó con sentimientos tan profundos que me dejó pensando, pensando que debo compartir lo que escuché y quizá mejorar y ampliar su contenido para convertirlo en un cuento o una novelita.

 

Miguel Aramayo

SCZ.06-04-2020

 

19 May

El tiempo y el espacio

Cerrando los ojos uno puede ver en el horizonte, en el horizonte de ficción, escenas que fueron reales en un momento y que ahora son simplemente remembranzas. Pero que con los ojos entornados uno pasa las imágenes como si estuviéramos deshojando un álbum fotográfico. Ese pasar fotos, en algún momento se convierte en una filmación.

 

Lo que estamos viviendo en este momento, nos hizo ver que la realidad es muy diferente a los ensueños. Estamos frente a un hecho que trastocó nuestra existencia, pero no es algo que solo corresponda a nosotros, nos hizo a todos tan similares, tan semejantes, que por más que nos encerremos en una burbuja, todos corremos el mismo riesgo. Realmente estamos en manos de Dios y la ciencia puede hacer algo, pero también está limitada, la prueba es que, por más inteligencia artificial y redes neuronales, la vacuna para la plaga que nos ataca, no está disponible.

 

La economía del mundo se está desmoronando, pero el temor que tenemos todos, no es eso, sino el que no caigamos en la plaga del virus, como en este momento están cayendo muchos países, como Italia, España, Francia. El pánico, de ser una paranoia se ha convertido en algo real, ya no es miedo de unos pocos, es un miedo generalizado, pero no infundado, es el miedo a algo real, no a un fantasma o a una amenaza.

 

Los que hemos pasado de los sesenta y que hasta hace unos días atrás nos sentíamos los indispensables, hemos sido degradados, porque podemos ser todo lo experto que pensemos, ¡o nos crean…!, pero por la pandemia, somos los primeros en la mira del monstruo. Porque intelectualmente podemos estar en la cúspide, pero en temimos fisiológicos hemos llegado a nuestra fecha de caducidad y debemos cuidarnos mucho más que los chicos que todavía no comenzaron a vivir y que no tienen nuestra calificación intelectual.

 

Espero que todos estos cambios que estamos experimentando en este momento, duren muy poco, que se encuentra un antídoto para ese virus o una vacuna que nos inmunice. Creo que psicológicamente debemos sacar en claro que somos muy débiles, como personas, como sociedad y como civilización, que sin la ayuda de los demás no valemos nada, por más que económica o intelectualmente seamos poderosos.

 

Ruego a Dios que después de este trance todos seamos más buenos, que discriminemos menos y que seamos colaboradores con nuestros semejantes y podamos ayudar un poco más a los que ahora son indigentes, pero no indigentes de comida y techo, sino indigentes de amor, de caridad, de compresión.

 

Con esto que estamos viviendo, podamos estar seguros: que el tiempo y el espacio son una misma cosa, porque cuando se va acabando el tiempo los espacios se acortan, existen menos distancias en un montón de razonamientos. A medida que el tiempo se acorta, podemos estar seguros que estamos más próximos a presentarnos ante Dios, que es quien podrá juzgar que lo que hicimos fue bueno o malo y si merecemos el descanso eterno, o NO.

 

Miguel Aramayo

SCZ.18-03-2020 Mañana es día del padre en Bolivia

 

19 May

Que linda farra

Mientras me encontraba en Israel, escribiendo mi novelita que lleva por título “Un joven ingenioso”, dedicado a mis nietas, tuve la oportunidad de asistir a la celebración de Purín, festejo en el que corresponde recordar a Ester y por consiguiente ese día se ayuda y se lee el libro (Meguilá o Rollo) de Ester un “Mishoach Manot”. Se celebra esta fiesta en el día 15 del mes de Adar, el 14 de Julio. Al otro día teja se festeja, porque se supone que es el día más feliz para los judíos, incluso los chicos se disfrazan.

 

En esa oportunidad se repite la plegaria Shoshanat Ya’akov, oraciones que se encuentra en “El cantar de los cantares” y que dice así: La rosa de Jacob (Ya’akov) se llenó de emoción y alegría cuando tuvieron a Mordejai vestido de azul real. Tu siempre has sido su salvación, su esperanza en cada generación, para dar a conocer que todo quien pone su esperanza en Ti no será puesto en vergüenza, ni estarán por siempre en desgracia todos aquellos que confían en Ti. Maldito sea Hamán, quien trató de destruirme; bendito sea Mordejai el judío. Maldita sea Zeresh la esposa de Hamán, quien me aterrorizó; bendita sea Ester quien intercedió por mí. Malditos sean todos los malvados; benditos sean todos los rectos; y que a Jarvoná se le recuerde favorablemente.

 

Ese día se recuerda a Ester y su tío Mordejai, que, según la leyenda, se libraron de que los persas los maten a los judíos y en su lugar ellos mataron a 70.000 persas, comenzando por su rey Ansuero que tenía preparado el matar a los judíos. En ese festejo está permitido tomar vino hasta confundir los nombres de Hamán y Mardoqueo, que es lo mismo que quedar “en pedo” o lo mismo que decir “mula de borracho”. Creo que ese día festejé con mis amigos hasta quedar en ese estado.

 

Ese día también preparan unos dulces a los que denominan “Hamantash”, una preparación con una maza, reconocible por su forma con tres picos, que se obtiene doblando los lados de un trozo circular de masa con un relleno puesto en su centro. Una de las cosas que me gustó de esa fiesta y que es una característica de los ritos judíos, es que lo sagrado se vuelve personal, por lo tanto, las personas se acercan más a Dios y toman con mucho más cariño esos ritos y costumbres, lo que a mi entender hace que hasta los judíos ateos no abandonen sus costumbres y que sus prácticas religiosas los mantengan unidos, sin la necesidad de ser religioso, sino simplemente siendo judíos.

 

En mi calidad de “cristiano, apostólico y romano”, en ningún momento me sentí rechazado por mis amigos y participé con ellos pensando que Jesús, su madre Maria y sus discípulos, eran judíos y que con seguridad festejaron ese día alegre y comieron esos dulces, rezaron la plegaria del Cantar de los Cantares, que es algo bíblico, y me encanta leerlo de vez en cuando, porque también es venerado en la religión católica. Al mismo tiempo, sospecho que los nombrados, tomaron vino a discreción, para quedar en la misma situación en la que me dejaron mis amigos.

 

Miguel Aramayo

SCZ.10-03-2020

 

19 May

Creí que conocía todo

Ni soñé, que yo no era yo. Que todo lo acumulado en mi intelecto era suficiente, para lo que me restaba por avanzar en esto que algunos llaman “valle de lágrimas”, pero que particularmente a mí, me dejó una gran satisfacción el atravesar ese espacio de tiempo, tiempo que transcurre desde que hemos sido concebidos, hasta el momento que nos toca partir a la eternidad. Creo que el tiempo que pasa, en lo que llamamos “vida”, es algo excepcional. Un periodo en el que nuestro creador nos guio de alguna manera, pero que, durante un espacio relativamente corto, fuimos total y absolutamente dependientes del ser que nos albergó en su vientre por un tiempo de inconciencia total por parte de nosotros y que, al salir al mundo, trajimos una carga genética aportada por nuestros ancestros y me animo a decir, desde los orígenes de la humanidad y no simplemente las últimas generaciones.

 

Nacemos y, a partir de ese momento comenzamos a crear conciencia, primero algo que depende del entorno y se forma el subconsciente y se va construyendo la conciencia. Nuestra madre y todo lo que a ella rodeaba, la musica, el clima, las caricias de ella y de otros seres, padres, hermanos si los hubiera, parientes, influyen en ese proceso. También participa el clima, la bulla, las peleas y todo lo que en un principio era responsabilidad de quien nos amamantaba, que por lo general era nuestra madre a través de su propia producción de leche o los biberones con los nos alimentaba. El baño, la limpieza, sus caricias, sus mimos, sus arrullos y todo lo que ella, consciente o inconscientemente nos proporcionaba, para hacernos crecer en este mundo, hasta que dimos los primeros pasos y balbuceamos los primeros sonidos, que después se convertirían en lenguaje.

 

Después vino el periodo de educación, en el cual tenemos algo de independencia, pero para poder subsistir requerimos de los demás, ya no solo de nuestra madre, ella debe seguir preocupándose de nuestra alimentación, limpieza, vestimenta y sobre todo, de ir forjando nuestro carácter, enseñándonos disciplina respeto, y mucha “educación”, que eso solo se aprende en la casa y no depende únicamente de nuestra madre, sino del entorno hogareño: padre, abuelos, tíos, primos, hermanos, amigos íntimos de la familia, con muy poca influencia del exterior.

 

Salimos al exterior y se inicia el proceso de instrucción, básica, primaria y secundaria; ya alternamos con lo que vemos en nuestra casa, pero entramos en contacto con el mundo exterior, amigos, compañeros, vecinos, autoridades del colegio, de la sociedad y comenzamos a captar el mundo en su real dimensión. Concluida la etapa de la infancia, la niñez, entramos a un periodo de vital importancia para nuestro futuro, la adolescencia que se inicia aproximadamente a los 13 años y dura hasta más o menos los 19 años, etapa en la que requerimos más ejemplos que instrucciones, que necesitamos de cariño, pero al mismo tiempo de disciplina.

 

Entramos al proceso de la especialización, y el impulso de nuestras hormonas nos hacen más dinámicos, más creativos y es en ese momento que debemos elegir el camino de ser adultos, aprendemos lo que es nuestra vocación, nos enamoramos y descubrimos nuestras aptitudes y aflora nuestro instinto, estamos a punto de culminar la adquisición de las herramientas que nos brindaran la subsistencia. Esta etapa debe ser la más larga en ese valle de lágrimas, porque se inicia aproximadamente a los 19 años y me animo a decir que se puede prolongar hasta un poco más de los 60 años y quizá se prolongue algo más, incluso superar los 70 años.

 

Después de esa larga etapa, comienzan a suceder algunos hechos desagradables, cambio de carácter, deficiencias orgánicas, algunas incompetencias físicas y mentales. Creo que en esa etapa requerimos nuevamente del apoyo y comprensión de quienes nos rodean, ya nuestros padres partieron a la eternidad y nosotros comenzamos a comprender que se aproxima la partida y día que pasa vemos con mayor seguridad que ese es el camino que nos toca transitar.

 

Con todo lo vivido, podemos pasar ese tiempo de recuerdos y creo que es bueno para prepáranos de manera que desestimemos los malos recuerdos y solamente nos alimentemos de los buenos recuerdos, pero me da la impresión que el cerebro humano opta por dos caminos, el vivir de lo bueno y el otro camino olvidar todo y solo esperar que Dios nos permita despedirnos pacíficamente de los seres que nos quedan, de los que están en la misma etapa que nosotros y de los que nos siguen en este valle de lágrimas.

 

Qué lindo que es el tránsito por ese trayecto desde que fuimos concebidos, hasta que nos toca ir a la eternidad. ¡Esto según mi experiencia…!

 

Miguel Aramayo

SCZ.04-03-2020

 

19 May

La tristeza

Si las mujeres pueden trenzar en su cabello sus tristezas.

 

… Es algo escrito por Paola Klug, su cuento “Trenzaré mi Tristeza” y dice así: “Decía mi abuela que cuando una mujer se sintiese triste lo mejor que podía hacer era trenzarse el cabello; de esta manera el dolor quedaría atrapado entre los cabellos y no podría llegar hasta el resto del cuerpo; había que tener cuidado de que la tristeza no se metiera en los ojos pues los haría llover, tampoco era bueno dejarla entrar en nuestros labios pues los obligaría a decir cosas que no son ciertas, que no se meta entre tus manos  -me decía- porque puedes tostar demás el café o dejar cruda la masa; y es que a la tristeza le gusta el sabor amargo.

Cuando te sientas triste niña, trénzate el cabello, atrapa el dolor en la madeja y déjalo escapar cuando el viento del norte pegue con fuerza, como las raíces del ahuehuete y suave como la espuma del atole.

Que no te agarre desprevenida la melancolía mi niña, aun si tienes el corazón roto y los huesos fríos por alguna ausencia. No la dejes meterse en ti con tu cabello suelto porque fluirá en cascada por los canales que la luna a trazado entre tu cuerpo. Trenza tu tristeza, decía siembre, trenza tu tristeza…

Y mañana que despiertes con el canto del gorrión la encontrarás pálida y desvanecida entre el telar de tu cabello. Trenza tu tristeza, decía, siempre trenza tu tristeza…”

 

¿Qué podemos hacer los hombres para ahuyentar la tristeza? Algunos beben para ahogar las penas, otros escriben sus tristezas y otros escriben sin expresarlas abiertamente, porque los hombres deben ser machos y no llorar de tristeza, como ejemplo el poema de Mario Benedetti, que dice así: El cuento es muy sencillo / usted nace / contempla atribulado / el rojo azul del cielo / el pájaro que emigra / el torpe escarabajo / que su zapato aplastará / valiente // usted sufre / reclama por comida / y por costumbre / por obligación / llora limpio de culpas / extenuado / hasta que el sueño lo descalifica // usted ama / se transfigura y ama / por una eternidad tan provisoria / que hasta el orgullo se le vuelve tierno / y el corazón profético / se convierte en escombros // usted aprende / y usa lo aprendido / para volverse lentamente sabio / para saber que al fin el mundo es esto / en su mejor momento una nostalgia / en su peor momento un desamparo / y siempre siempre / un lío // entonces / usted muere.

 

O la Oda a la tristeza de Pablo Neruda, que dice: Tristeza, escarabajo, / de siete patas rotas, / huevo de telaraña, / rata descalabrada, / esqueleto de perra: / Aquí no entras. / No pasa. / Ándate. / Vuelve / al sur con tu paraguas, / vuelve / al norte con tus dientes de culebra. / Aquí vive un poeta. / La tristeza no puede / entrar por estas puertas. / Por las ventanas / entre el aire del mundo / las rojas rosas nuevas, / las banderas bordadas / del pueblo y sus victorias. / No puedes. / Aquí no entras. / Sacude / tus alas de murciélago, / yo pisaré las plumas / que caen de tu mano / yo barreré los trozos / de tu cadáver hacia / las cuatro puntas del viento, / yo te torceré el cuello, / te coseré los ojos, / cortaré tu mortaja / y enterraré, tristeza, tus huesos roedores / bajo la primavera de un manzano. / Cuando yo muera quiero tus manos en mis ojos: / quiero la luz y el trigo de tus manos amadas / Pasar una vez más sobre mí su frescura: / sentir la suavidad que cambió mi destino. / Quiero que vivas mientras yo, dormido, te espero, / quiero que tus oídos sigan oyendo el viento / Que huelas el aroma del mar que amamos juntos / Y que sigas pisando la arena que pisamos. / Quiero que lo que amo siga vivo / y a ti te amé y canté sobre todas las cosas, / por eso sigue tú floreciendo, florida, / Para que alcances todo lo que mi amor te ordena, / para se pasee mi sombra por tu pelo, / para que así conozcan la razón de mi canto.

 

Miguel Aramayo

SCZ.28-02-2020

 

19 May

Un mendigo

Alguien decía: ¡Pobre hombre…! Pero él quizá no pensaba que fuera así. Vivía como él quería y si se quejaba, su quejido era imperceptible y sólo para él. Alguna vez reclamaba, pero no era rotundo, no era una queja que levante polvo y su duraba muy poco tiempo.

 

Era un mendigo, que no reclamaba moneditas, comida, ropa o algo material, lo que quería y requería era amor, cariño, caricias. Y eso no se lo podía dar cualquiera, no era cuestión de hacer malabares, cantar o tocar algún instrumento y en cuanto a esa actividad, desplazar un sombrero boca arriba, o el estuche abierto de un instrumento, en espera de billetes de corte pequeño o moneditas.

 

Lo que pedía, tampoco lo podía encontrar en los andenes del ferrocarril, o las estaciones de los subterráneos, en las plazas o en las paradas de los ómnibus. ¡NO…! Su mendicidad era espiritual y llevaba muchos años ejerciéndola, algunas veces con enojo, otras en silencio y con resignación.

 

Era alguien que, además de sufrir de lo que podría llamarse el “síndrome de la carestía de afecto”, se había convertido en un tipo obsesivo. Que, al faltarle afecto, lo reemplaza soñando con demasiada frecuencia y, generalmente sus sueños eran bellos y lo elevaban a lugares sublimes, pero de vez en cuando soñaba cosas que, si bien no lo atormentaban o preocupaban, eran sueños descartables. Por suerte su obsesión no era compulsiva, que se pueda categorizar como “TOC” y que afecte su psiquis como un mal neurótico, que lastime a los demás, como es el caso de la esquizofrenia.

 

El pobre mendigo era lleno de males, porque además de la obsesión era maniático, porque su reclamo de afecto se convirtió en una manía, por suerte era algo que el cultivaba eso, solo para él. Lo más antipático de todo, más que su manía y su obsesión era su eterna queja, por la que limosneaba, sin obtener nada de lo que reclamaba. Porque aparentemente todos sus males eran creados por su intelecto. Era una forma de castigo por sus pecados anteriores y no era que tuviera ausencia de nada, era el castigo que el mismo se había fabricado. Un castigo de Dios, por su existencia vilipendiosa, aunque el refrán dice: “Dios castiga, pero no a palos”

 

Todos los que alguna vez trataron con ese mendigo, nunca percibieron ninguno de sus males y ni se imaginaron que pueda tener tantas taras, las disimulaba de tal manera que su existencia era normal, monótona y sus quejidos eran solo para él.

 

Miguel Aramayo

SCZ.20-02-2020

 

19 May

El universo y yo

Me puse a pensar en mí, pero no como algo único e individual, ¡no…! Imagine mi figura como algo que pertenecía a un conglomerado a un colectivo de individuos. Entendiendo la palabra “individuos”, como una concepción “genérica”, donde se sobreentiende que se refiere a ambos sexos, para no entrar en la cacofonía de individuos hombres e individuos mujeres, que es como ahora les gusta referirse a los que dicen ser una generación adelantada y de izquierda, donde todo termino “genérico” debe ser expresado con sexo, inclusive el gentilicio, como bolivianos y bolivianas y de la misma manera con muchas otras nacionalidades. Forma de expresarse que más de una vez produce expresiones irónicas, que no viene al caso referirlas, pero que algunos presidentes y presidentas y otros políticos y politicas latinoamericanos del siglo XXI los utilizan con frecuencia.

 

Después de haber divagado en el tema, como queriendo mostrar que tengo algún conocimiento de gramática, lo cual no es verdad, les contaré porque estoy escribiendo.

 

Escuche una conferencia de un hombre (Rafael Alvarez – El Brujo) que comienza diciendo: “Lo interesante contar una historia es que alguien la escuche” Una mano es una mano, porque entre un dedo y otro hay un espacio vacío. El contador es el dedo y el vacío que hay entre dedo y dedo es el que escucha. No puede haber un relato oral si no hay silencio: “que todo el mundo se calle, sigue contando”. Que es lo que dicen los grandes aficionados al flamenco: “Vamos a escuchar”. (con entonación de flamenco – vamo escucha) El Quijote y La Odisea tiene un punto de conexión maravilloso que es el placer del relato. Son libros, o historias, relatos, que hablan sobre relatos y sobre la fiesta de contar una historia, y la ceremonia de escucharla. Y son, en definitiva, dos grandes textos de la gran literatura referidos a la gran tradición oral, la palabra viva. “En un lugar de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme”. Como diciendo: “No me preguntéis qué lugar, si es este o el otro, porque eso es lo de menos”. Y la Odisea también. La odisea es un relato que celebra la mística del hecho de contar una historia. Hay un momento de la Odisea maravilloso que es cuando Ulises llega l país de los feacios, y entonces, Ulises, que viene de todas esas aventuras que está pasando en el mar, cuenta su historia. Y los feacios le escuchan. Dice: “yo Ulises, mi nombre, tal. Mi padre, Ítaca, tal” Lo cuenta muy bonito. ¿no? Es un momento donde Ulises se convierte en contador, en rapsoda de sí mismo. Y lo más bonito de esa historia es que Ulises está dimensionando su propia historia de una manera hiperbólica, con unas exageraciones…Y ya él se emborracha del acto de contar y se inventa a Ulises. Esa es la grandeza de los clásicos. Son un grandísimo tesoro vergonzosamente desconocido. La cultura es un instrumento para la evolución de nuestra mente y para desarrollar los valores que nos acercan a los demás. Pero según yo lo entiendo. Más todavía a desarrollar aquello que nos acerca a nosotros mismos. Con los años y con lo que he estudiado, con lo que he viajado, y con lo que he vivido. Pienso que el tesoro está en el interior. Y este es el papel sagrado de la cultura el poner al hombre en contacto con su potencial, despertar en nosotros esa autoestima profunda que te haga pensar que tú eres un ser valioso y que puedes enfocar la vida y que puedes realmente enfocar la vida y tus relaciones con los demás desde los valores de la solidaridad, la generosidad, la superación. Esa es la gran utilidad de la cultura y, finalmente, conectarte contigo mismo y con el misterio del universo.

 

Después de escuchar eso que les relato me puse a pensar que una de mis características por las que me critican algunas personas, es que soy demasiado charlatán y eso significa que soy alguien al que le agrada el relato y por suerte también tengo gente que me soporta y escucha mis relatos, que eso es lo que más me agrada.

 

Miguel Aramayo

SCZ.19-02-2020 Cumpleaños de mi hermano a quien le dedico este escrito.

 

19 May

San Valentín

En el imperio romano, gobernado por Claudio II, un clérigo llamado Valentín comenzó a celebrar casamientos en forma clandestina, porque el emperador había prohibido los matrimonios; considerando que los solteros eran mejores soldados. El clérigo se oponía a esa disposición y por ese motivo se hizo pasible al castigo. Antes de que lo ejecutarán, notó que la hija del juez de la prisión romana era ciega de nacimiento y el clérigo mediante sus oraciones. logró el milagro de que pudiera ver y pese a eso fue ejecutado. Eso sucedió el 14 de febrero del año 270. Cuando lo llevaban a la plaza para ser ejecutado, le entregó un papel a la muchacha ciega, en el que decía: “Tu Valentín”. Ella que se suponía ciega, pudo leer y quedar anonadada, Se supone por esto que, San Valentín se había enamorado de la muchacha.

 

El papa Ceresio I, el 14 de febrero del año 414, decretó ese día como la fecha para conmemorar a San Valentín y desde ese entonces se popularizo la conmemoración de esa fiesta asociada al amor, a los novios y posteriormente a la amistad. El año 1969 durante el Concilio Vaticano II, el papa Paulo VI, hizo que se elimine esa fecha del calendario litúrgico católico, pero ya era demasiado tarde. La tradición había calado muy fuerte en el pueblo y en casi todo el mundo, aunque en diferentes países se conmemora el día de los enamorados en fechas diferentes a esa, por ejemplo: en Bolivia es el 21 de septiembre, en Brasil el 12 de junio, en Cataluña el 23 de abril, en Colombia el cuarto sábado de septiembre.

 

A mi criterio, si no hubiera existido ese clérigo y por lo tanto no hubiera habido el pretexto por la orden del emperador romano del siglo III, la humanidad igual hubiera buscado una fecha para conmemorar a los enamorados, porque los humanos nos buscamos oportunidades para celebrar y conmemorar y por lo tanto si no existe la fecha, los hombres la creamos. Prueba de lo que digo hay a montones, incluso aquí alguien creo el solsticio de invierno y simultáneamente otro político creo en la misma fecha “la Aurora del oriente”, tan solo para llevar la contra al político de occidente.,

 

La primera asociación históricamente comprobable del Día de San Valentín, recién apareció en el año 1382, cuando el escritor Geoffrey Chaucer, padre de la literatura inglesa, escribió el poema titulado Parlement of Foules (El Parlamento de las aves), en conmemoración del primer aniversario del casamiento entre el Rey Ricardo II de Inglaterra y Ana de Bohemia. El poema de 700 versos está escrito como si se tratara de un sueño, que, según algunas interpretaciones, es una especie de teoría del amor del propio Chaucer o el canto de un hombre que no termina de entender del todo bien al amor. Sea cual fuere su mensaje, se trata de la primera obra que hace referencia al Día de San Valentín como una fecha vinculada a los enamorados.

 

Desde esa época se hizo una costumbre escribir poemas de amor, en su mayoría poemas cortos y frases que expresen ese sentimiento a raudales. A continuación, transcribo uno de los poemas románticos que más aprecio: Amor eterno (Gustavo Adolfo Bécquer) Podrá nublarse el sol eternamente; / Podrá secarse en un instante el mar; / Podrá romperse el eje de la Tierra / Como un débil cristal. / ¡Todo sucederá! Podrá la muerte / Cubrirme con su fúnebre crespón; / Pero jamás en mí podrá apagarse / La llama de tu amor.

 

Miguel Aramayo

SCZ.15-02-2020 Mi madre estuviera cumpliendo 94 años.