La capacidad intelectual
Pienso que la mayoría de la gente utiliza su capacidad intelectual atendiendo sus obligaciones familiares, sociales, laborales, religiosas. Además, últimamente consume su capacidad en atender sus celulares, principalmente perdiendo tiempo en el Facebook, atendiendo su WhatsApp y las comunicaciones telefónicas.
Es muy poco el tiempo que la gente emplea su capacidad intelectual en leer, en sus obligaciones laborales, en muy pocos casos, leyendo los periódicos y una ínfima parte en leer revistas y un tiempo insignificante en leer libros. A partir de ese análisis, la lectura de su celular no cuenta, porque corresponde más a observar imágenes y escuchar audios.
La gente que emplea su capacidad intelectual en soñar, en pensar, en meditar es exageradamente poca, quizá el tiempo que cumplen con sus oraciones y obligaciones religiosas. El tiempo que están en silencio meditando es muy poco, porque emplean su mente con los problemas cotidianos, familiares, sociales, laborales y dentro de los sociales el tema político que últimamente nos preocupa sobre manera, además la televisión, el cine y conversaciones intrascendentes.
Es muy importante el compartir, en primer lugar, con la familia más cercana, luego el saldo de la familia y continuar con los amigos; ese tiempo es muy valioso para estar en conocimiento del pensamiento de nuestros allegados y ellos pueden captar lo que nos sucede y entre todos compartir y colaborarnos.
El entorno laboral también es importante, porque somos seres destinados al trabajo, la Biblia lo dice: “Ganaras el pan con el sudor de tu frente”, pero eso más que una satisfacción es una obligación, pero debemos sacar el máximo provecho a esa relación, por cuanto también hay un refrán que dice: “De Dios para abajo, cada uno vive de su trabajo”.
A continuación, transcribo la letra de una canción, que muestra el valor que tiene unas simples cosas: Mercedes Sosa, canción de las simples cosas: Uno se despide, insensiblemente / de pequeñas cosas / lo mismo que un árbol / que en tiempo de otoño / se queda sin hojas / al fin la tristeza es la muerte lenta / de las simples cosas / y esas cosas simples / que quedan doliendo / en el corazón.
Uno vuelve siempre / a los viejos sitios / donde amo la vida / y entonces comprende / como están de ausentes / las cosas queridas / por eso muchacho no partas ahora / soñando el regreso / que el amor es simple / y a las cosas simples las devora el tiempo.
Enamórate aquí / en la luz mayor / de este medio día / donde encontraras / con el pan al sol / la mesa tendida / por eso muchacho no partas ahora / soñando el regreso / que el amor es simple / y a las cosas simples las devora en tiempo.
Uno vuelve siempre / a los viejos sitios / donde amo la vida.
Esto lo escribí con la finalidad de que mis parientes y amigos lo tomen no como un consejo, sino como una forma de pensar que quiero compartir, porque pienso que es importante no encerrarse en simples y pequeñas cosas, que nuestra mente y espíritu es mucho más amplio y no debemos desperdiciar esa capacidad de pensar que nos dio Dios a todos los humanos y sobre todo la capacidad de amar.
Miguel Aramayo
SCZ.28-11-2018