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Estar enamorado

26 Abr

Estar enamorado

Me imagino, por lo que siento y lo que he leído en opiniones científicas y en el montón de novelitas, incluso las de Corín del Socorro Tellado López (escritora española de gran producción), que el amor es cariño, pasión, comprensión y una cantidad innumerable de otros sentimientos sublimes, “que nace de ¿un no sé dónde?, que produce un ¿qué sé yo?, y que ¿se va un no sé cuándo?”, que al final se puede convertir en odio o transformar en olvido, todo esto según las novelitas cursis que he leído sobre este tema.

 

Pero analizando en nuestros días, generalmente nace de un mensaje de Facebook, porque ya no puede decirse que ¡es amor a primera vista…!, porque ahora todos están prendidos del celular y ya no existen “primeras vistas”, estas se producen ahora por medio de esa pantallita y tampoco se puede decir que el amor se transforma en odio o en olvido, ¡no…!, ahora el amor se convierte en un video aburrido al que no se lo puede borrar, no se lo puede compartir, algo así como un “meme”, o “gif” que se soporta porque uno lo puede pasar de un “clic”.

 

Lo que digo, pareciera que lo digo en broma o de puro jodido que soy, o de “viejo aburrido, alejado de la tecnología”. Pero es algo real, sólo hace falta dejar de ver esa pantallita de tonalidad azul, que nos tiene hipnotizados, obnubilados; al extremo de quitarnos o desviar nuestra conciencia, porque está demostrado científicamente que ese aparatito está afectando nuestra mente y gracias a eso, en muy poco tiempo más la “inteligencia artificial” superará la “inteligencia humana”, porque los humanos habremos perdido la capacidad de generar sentimientos y las maquinas tendrán esa capacidad, que es la que hasta ahora nos diferencia.

 

Ya no se escucha la palabra “chasquido” y menos “…el chasquido de un beso febril…”, ahora chasquido es cuando el auricular del celular está dañado y febril es para denotar que la batería está recalentada. Una pena, pero la generación de ahora ya no vibran con un beso como era en nuestros tiempos, de cuando éramos muchachos. Ahora los chicos y chicas sienten el vibrar de sus celulares en el bolsillo, cuando reciben un mensaje. Ya no sufren como cuando nosotros escuchábamos un bolero “…sufro al saber que el destino logro separarnos…”, ahora ellos sufren cuando se les acaba el crédito o se agota la batería.

 

Por suerte estoy viejo y más cerca de allá, que de aquí y ya experimenté y todavía me quedan los lindos recuerdos de: “…si te quiero mucho, mucho, mucho, tanto como entonces, tanto hasta morir…” o “…el mar y el cielo se ven igual de azules…”, no el azul de la pantallita, además de expresiones como: “…están clavadas dos cruces en el monte del olvido, son dos amores que han muerto sin haberse comprendido…”.

 

En fin, los tiempos pasan y no debo quejarme porque mis abuelos o mis padres también tuvieron una forma distinta de amarse de como amamos los de mi generación y como ahora aman los muchachos, lo más triste es que cada vez nos olvidamos de Dios, al extremo que ahora les da lo mismo amarse entre seres del mismo sexo, es como querer unir imanes por el lado positivo o el lado negativo, ya no hay ese rechazo natural y la conciencia de que “lados opuestos se atraen”, como ley universal.

 

Ahora para los chicos, ni siquiera somos ¡pobres viejitos…!, ahora somos seniles de la tercera edad.

 

Miguel Aramayo

SCZ.10-04-2019

 

26 Abr

Los ángeles mis amigos

Como vivo juntándome con ángeles, me hice gran amigo de dos, uno de ellos es mi amigo desde que tengo uso de razón, por algo más de setenta años, con ese somos “uña y mugre”, ese es “El Ser Chiquito”, Chiquito, como lo llamó cariñosamente, el otro es un ángel que de puro curioso se acercó a nosotros, pero que en un principio nos estaba espiando, porque le llamamos la atención y quería saber en que estábamos y estábamos haciendo una investigación sobre el funcionamiento del cerebro, más propiamente de las neuronas, axón y dendritas, y el efecto de la alimentación en su funcionamiento.

 

Sobre este tema, hemos escrito un libro entre los tres, el mismo que está en proceso de revisión donde nuestro editor, tenemos la esperanza de tenerlo impreso para septiembre de este año. Pero ese es otro tema, ahora lo que quería es contarles que mis amigos ángeles me visitaron y me invitaron a espiar a un personaje que está de moda, el mismo que tienen un julepe que lo atormenta y lo tiene en ascuas, desde luego que ese personaje no es santo de mi devoción, pero al mismo tiempo lo observo como a ser humano y no sé si tenerle compasión.

 

Para hacerlo más cortito y más didáctico les cuento desde el principio, así ustedes se pueden formar una idea e incluso podrían estructurar una película:

 

–Flaco ¿Qué estás haciendo? Me preguntó Chiquito.

 

–Querido amigo, ¡no importa que esté haciendo…!, si vos me necesitas dejo y te sigo. Esa fue mi respuesta.

 

–Yo estoy con Ángel y se nos presentó la oportunidad de trasladarnos a Caracas, al Palacio de Miraflores para poder espiar a un grandote que está en apuros, se metió a un callejón sin salida, pero no porque él quiera, sino porque lo hundió un viejito barbón, que ya no está aquí y su hermano, medio amanerado, es el que lo tiene jodido, porque le mando un montón de sus mercenarios que ahora no lo dejan descansar. No se dio cuenta que el apoyo que le daban era para meterle la mano en el bolsillo y ahora que sus bolsillos están desfondados lo siguen exprimiendo.

 

Mi respuesta fue: –Los sigo, pero ¿Cómo hago para ser invisible?

 

Y Chiquito retrucó –No te preocupes, acordate de cuando estuvimos en Rusia en busca de Osama Bin Laden. Yo tengo jarabes, pomadas y polvos para achicar, volar, desaparecer y Ángel tiene los mismos productos, por lo tanto, vos nos sigues.

 

Nos fuimos a Venezuela, en un abrir y cerrar de ojos. Cuando llegamos al Palacio de Miraflores, una edificación muy bonita, construido a mediados de 1884 por el conde italiano Giuseppe Orsi de Monbello. Una construcción notable, con salones que te dejan con la boca abierta, llena de cuadros, muebles y arañas que realzan su dignidad y hacen que te sientas grande y poderoso, como se sintieron sus dos últimos presidentes.

 

Llegamos y todo era como si estuvieran en guerra, todos estaban armados hasta los dientes y se notaba un aire de desconfianza, de temor, mejor dicho, de terror, el despacho del presidente estaba en otro lugar, un lugar humilde que era del área de servicios, como si fuera el dormitorio del cocinero. Allí le instalaron una mesita que la llenaron de teléfonos y celulares, para que pueda comunicarse con sus allegados. La taperita estaba rodeada de bolsas de arena, detrás de las cuales estaban los guardaespaldas.  El grandote daba la impresión de estar drogado, pero pese a eso se notaba su temblor, no podía soportar sus nervios.

 

Nos quedamos observándolo, lo único que hacía era cambiar de celular y hablar con muchas personas, todo lo decía en una voz queda, que daba la impresión que no se escuchaba ni él, sus ojos eran de un brillo vidrioso, sus labios dejaban escapar una baba. Nos quedamos poco tiempo y retornamos a nuestro lugar de partida, porque la impresión que da ese lugar, es que cualquier momento explota.

 

Miguel Aramayo

SCZ.09-04-2019

 

26 Abr

La otra vida

Estaba paseando en Estados Unidos de Norteamérica, por el estado de Nuevo Méjico, en la ciudad de Santa Fe, en la calle San Francisco de Asís y me encontré con lo que fuera la capilla de Loreto, que ahora es un museo, porque las propietarias originales vendieron el predio con la capilla incluida, a la misma que le hicieron todo el ritual para quitarle lo divino que pueda tener, según normas del Vaticano.

 

Entré al museo y por casualidad quien tenía la obligación de cuidar el ingreso estaba en otros menesteres y aprovechando de eso me dirigí a la escalera de caracol y comencé a subir sus treinta y tres peldaños. Puse mi mano en el pasamanos de la izquierda el mismo que está adornado de unos balaustres tallados idénticos a los de la mano derecha. A medida que subía invadía mi cuerpo y mi alma una sensación que jamás había sentido y cuando tenía ambos pies posados en el último peldaño ingresé en un ambiente irreal y me di cuenta que estaba en una cuarta dimensión. Todo lo que observaba, todo lo que me rodeaba; se veía difuso como si estuviera en el interior de un holograma. Todo tenía un aspecto que no me resultaba extraño, pero al estar en cuarta dimensión además de ver arriba, abajo, al frente, atrás, en ambos costados, yo formaba parte de todo y de nada.

 

Caminé con mucho cuidado y me fui adentrando en lo que fue el coro de la capilla de Loreto y recordé la leyenda que hay sobre esta escalera que dice que fue construida por “San José”, el esposo de la Virgen María y para su construcción el proveyó incluso la madera, que corresponde a árboles que sólo existen en Medio Oriente. En un momento determinado vi a una persona, también en cuarta dimensión, me aproximé y ese hombre me miraba con una amplia sonrisa, le extendí la mano y cuando mi diestra se cruzó con la de ese hombre, noté que era incorpóreo, apreté su mano y mis dedos solo percibieron mi palma y no sostenía nada, pero la mano del hombre rodeaba mi puño y sentía la calidez de su piel.

 

Desde que entré en ese recinto, me sentí extraño, pero no tenía ningún temor, más al contrario me sentía cómodo y, para que mentir, estaba feliz formando parte de esa cuarta dimensión. Como me agarró del puño, me guio hasta donde había unos sillones y nos sentamos frente a frente. Era un hombre común y corriente, no poseía nada extraordinario, su timbre de voz, similar a mi voz, su mirada de un verde profundo y cálido, su postura al sentarse denotaba ser un individuo muy educado, con mucha urbanidad.

 

–Hace mucho que te observo y ahora que vi que te aproximabas al museo, facilité tu ingreso, para que te dirijas a las escaleras y asciendas hasta que nos podamos encontrar y conversar un poco. Quedo a tu disposición para allanar las dudas que pudieras tener, sé que estás preparado para cualquier eventualidad y tienes un carácter fuerte; porque desde que tienes dos dígitos en tu edad fuiste independiente, valiente, nada rencoroso y pese que hiciste muchas cosas malas, en tu interior te comportaste bien o más o menos bien y sobre todo tienes la valentía para soportar cualquier avatar.

 

–Agradezco profundamente que me hubieras permitido esta entrevista. Respondió el intruso.

–Yo siempre te tengo conmigo y te considero un pariente, porque nunca te pido nada para mí y vos siempre me proteges y me colaboras, eso lo noto con frecuencia. De un tiempo a esta parte siento que me aproximo a vos con mayor frecuencia y hasta presiento que es muy corto el espacio que nos separa y este encuentro considero que es una muestra.

 

–Agradezco tu confianza y como vos dices, siempre te tengo entre mis preferidos, porque también he probado que eres incapaz de hacerme una mala pasada. El que te sientas más próximo a mí me alegra, pero creo que todavía no es el tiempo, pero cuando lo sea, estaré atento. 

 

Concluido ese coloquio retornó a lo que fue la capilla, descendiendo esos treinta y tres escalones y sujetándose del pasamanos observando en cada paso la proximidad de la realidad.

 

Miguel Aramayo

SCZ.08-04-2019

 

26 Abr

Un gran amigo, el Duende

Me encontré con un gran amigo, el Duende Manso del Vino, los dos coincidimos en el Burj Khalifa Dubai Mall, muy cerca al hotel Burj Al Arab, que por casualidad ambos estábamos alojados en el mismo Hotel. Cuando nos vimos, fue una grata impresión para ambos. Nos dimos un fuerte y sentido abrazo y muy alegres nos dirigimos a la primera cafetería que pillamos en ese centro comercial.

 

Ambos estábamos embatados y con turbante de cuadritos rojos, la forma de vestir común en esa ciudad y por lo tanto no éramos observados por nadie, lo que podría llamar la atención era que ninguno de los dos llevamos ni barba ni bigotes. Nos sentamos en una mesa alejada del trajinar de la gente y pedimos dos expresos y nos trajeron eso, acompañado de dos vasos de agua y un platillo con galletitas de chocolate y unos dátiles.

 

Nos tomamos el café de un sorbo, porque estábamos más ansiosos por conversar que por saborear el café que tenía una fragancia extraordinaria.

 

–¿Cómo has estado Flaco y que haces por aquí? Preguntó el Duende

 

–Como me ves, ¡estoy biensisimo…! Y vine por estos lares para divertirme, quedé en juntarme con una amiga, pero me parece que me la hizo.

 

–¿Y vos que hace por aquí? Escapando de la tristeza, por la muerte de Alberto. –Estaba en Madrid y cuando supe de la muerte de mi amigo preferí escapar a un sitio irreal y que mejor que este ambiente, pero ni hubiera soñado encontrarte a vos.

 

–Yo estaba en París y como siempre haciendo cosas incorrectas, pensé que en este lugar nadie me encontraría, y menos en el hotelito donde me alojo, pero parce que me dejaron solo, por eso Salí a caminar y me encuentro con vos. –Con respecto a Alberto yo también lo sentí mucho y me acorde de uno de sus versos que dice: Cuando un amigo se va, se detienen los caminos y se empieza a rebelar, el duende manso del vino. Y qué casualidad te encuentro.

 

–También yo me recuerdo de las canciones de nuestro amigo y una en especial que dice: En un rincón del alma donde tengo la pena que me dejo tu adiós, en un rincón del alma se aburre aquél poema que nuestro amor creo. En un rincón del alma me falta tu presencia que el tiempo me robó, tu cara, tus cabellos que tantas noches nuestras mi mano acaricio.

 

Es increíble el valor que puede tener un amigo o el valor que puede tener un amor y ese artista, Alberto Cortez, sabia expresar los sentimientos en palabras y dar a las cosas mundanas un sentido sublime. Como el que expresa esta canción: Qué suerte he tenido de nacer, para estrechar la mano de un amigo y poder asistir como testigo al milagro de cada amanecer. Qué suerte he tenido de nacer, para tener la opción de la balanza, sopesar la derrota y la esperanza con la gloria y el miedo de caer. Qué suerte he tenido de nacer, para entender que el honesto y el perverso son dueños por igual del universo, aunque tengan distinto parecer. Qué suerte he tenido de nacer, para callar cuando habla el que más sabe, aprender a escuchar, ésa es la clave, si se tiene intenciones de saber. Qué suerte he tenido de nacer, y lo digo sin falsos triunfalismos, la victoria total, la de uno mismo, se concreta en el ser y en el no ser. Qué suerte he tenido de nacer, para cantarle a la gente y a la rosa y al perro y al amor y a cualquier cosa, que pueda el sentimiento recoger. Qué suerte he tenido de nacer, para tener acceso a la fortuna de ser río en lugar de ser laguna, de ser lluvia en lugar de ver llover. Qué suerte he tenido de nacer, para comer a conciencia la manzana, sin el miedo ancestral a la sotana ni a la venganza final de Lucifer. Pero sé, bien que sé… que algún día también me moriré. Si ahora vivo contento con mi suerte, sabe Dios qué pensaré cuando mi muerte, cuál será en la agonía mi balance, no lo sé, nunca estuve en ese trance. Pero sé, bien que sé… que en mi viaje final escucharé el ambiguo tañir de las campanas saludando mi adiós, y otra mañana y otra voz, como yo, con otro acento, cantará a los cuatro vientos… Qué suerte he tenido de nacer.

 

–¡Querido Duende Manso del Vino…!, vos no morirás, pero nosotros los mortales debemos estar preparados para ese trance y lo debemos enfrentar no con resignación sino con entusiasmo con valor, porque como dijo Alberto: en mi viaje final escucharé el ambiguo tañir de las campanas saludando mi adiós, y otra mañana y otra voz, como yo, con otro acento, cantará a los cuatro vientos….

 

Miguel Aramayo

SCZ.06-04-2019

 

26 Abr

Murió Alberto Cortez

Su timbre de voz, el contenido de sus canciones y la forma de interpretarlas hicieron que me compenetre de esa forma de actuar.

 

Les cantaba a los amigos, a su perro, a la calle de su barrio, al vino, al árbol que plantó siendo un niño. Todo lo que expresaba en sus canciones me llegaban al alma, ahora transcribo la letra de dos de ellas:

 

Mi madre y yo lo plantamos / En el límite del patio / Donde termina la casa / Fue mi padre quien lo trajo / Yo tenía cinco años / Y él apenas una rama / Al llegar la primavera / Abonamos bien la tierra / Y lo cubrimos de agua / Con trocitos de madera / Hicimos una barrera / Para que no se dañara / Mi árbol brotó, mi infancia pasó / Y hoy bajo su sombra que tanto creció / Tenemos recuerdos mi árbol y yo…

 

Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío,
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.

Cuando un amigo se va,
queda un tizón encendido
que no se puede apagar
ni con las aguas de un río.

Cuando un amigo se va,
una estrella se ha perdido,
la que ilumina el lugar
donde hay un niño dormido.

Cuando un amigo se va
se detienen los caminos
y se empieza a rebelar,
el duende manso del vino.

Cuando un amigo se va
galopando su destino,
empieza el alma a vibrar
porque se llena de frío.

Cuando un amigo se va,
queda un terreno baldío
que quiere el tiempo llenar
con las piedras del hastío.

Cuando un amigo se va,
se queda un árbol caído
que…

 

Son muchas y muy lindas sus canciones, pero estas son las que me llegan al alma y las quiero compartir con mis amigos y elevar una oración por este gauchito que se no adelanto en el camino.

 

Miguel Aramayo

SCZ.04-04-2019

 

26 Abr

¿Qué desierto?

Caminaba por el desierto, pero no pregunten ¿cuál desierto?, todos deben tener el mismo aspecto, porque Dios y el viento los van formando de arena estéril y con una textura que da la impresión que las ondas muestran la arena en la superficie dibujada con formas inimaginables. Además, que tus pasos se borran en poco tiempo, porque la arena una vez después de soportar tu peso, retorna a formar una figura, en lugar de dejar marcada tu huella.

 

No quise decirles ¿cuál es desierto que transitaba?, porque su nombre no tiene ninguna importancia, dado que mi intención en este momento es mostrar cómo puede ser observada un alma, un espíritu, que se encuentra desorientado, por el que no quedan ni marcas ni huellas de los pensamientos que lo transitan, porque su superficie no se ve afectada por los pasos o los pies que caminan sobre esos espíritus.

 

Esa sensación puede sentirse cuando uno se encuentra vacío, sin sentimientos que afecten la tranquilidad que reina en ese momento en un espíritu, ¡un alma en paz!, ¡en total tranquilidad…! Porque siente que nada la puede afectar, porque no es atravesada por ningún vendaval que la incomode, porque es sólo Dios y el viento que lo mantienen así, así con esa paz que lo asemejan a un desierto.

 

De la misma manera que no quiero expresar ¿qué desierto tránsito?, en este momento tampoco quiero saber ¿quién soy?, ¿ni que hago en este mundo?, ¡que sólo quiero estar yo conmigo mismo…!, no con el deseo de desaparecer, ¡no…! Con el simple anhelo de limpiar mi alma de cualquier impureza, de cualquier pensamiento malsano, pero tampoco quiero saber ¿quién soy? ¡Sólo quiero saber que soy yo y estoy conmigo!, con el viento y con Dios. Sin nada que deje huella ni recuerdo que pueda afectar mi paz, mi tranquilidad profunda.

 

Miguel Aramayo

SCZ.03-04-2019

 

26 Abr

Estar bien informado

Tiene sus ventajas el tener una buena comunicación, porque de esta manera estás bien informado, pero también eso produce una desazón en el espíritu, por lo menos eso es lo que me sucede. Ya terminé de leer las noticias de ayer, de hoy y otras que siendo antiguas me llegaron hoy, como comentarios de algunos amigos que me envían noticias, novedades o curiosidades del mundo.

 

Vi un video en el cual un “dron” extermina a combatientes de ISIS, los mismos que en su desesperación por huir de las balas, disparan a cualquier parte, incluso al cielo, sin saber quién es el que los mata. A este mail respondí de esta manera: La guerra siempre fue cruel, pero ahora más que nuca. También los malos ahora son más malos y la prueba está en los musulmanes actuales, que conforman agrupaciones terroristas en todo el mundo, desde luego que también de vez en cuando surge un tipo como el de Nueva Zelandia. Estamos en camino a un orden mundial diferente, porque los malos van quedando en esencia y los buenos (supuestamente) se defienden cada vez más en forma escandalosa, pero la humanidad en general se va concientizando y haciendo más buena, cuando aumenta la educación, por lo menos eso es lo que aprecio en todo lo que leo. Esto muestra que el mundo va evolucionando y no vamos a una destrucción masiva, aunque algunos piensan así.

 

Otro de los temas que leí, es que mientras el hombre puede comandar objetos a millones de kilómetros como “zondas” que están investigando el espacio en Marte, la Luna, Venus y Mercurio. Dos personas en un avión volando a gran altura y velocidad, prefieren están comunicados con gente a miles de metros por debajo a kilómetros de distancia; en vez de conversar entre ellos y contarse chistes. Eso mismo sucede en la cama de un matrimonio de jóvenes o viejos, que, en vez de estar compartiendo caricias y palabras bonitas entre ellos, prefieren estar cada uno con su IPad o IPhone, chateando incluso con gente extraña, que sólo te vende ilusiones o nada real, con lo cual se enfría la relación y sólo queda la iluminación azul en la cara de los que deberían estar amándose para hacer más bello este mundo.

 

Leí del descubrimiento de un dinosaurio bípedo en el norte de la Patagonia, lo cual es algo excepcional, se trata de un bicho con patas de ave y que era vegetariano.  Ese tipo de noticias dan gusto porque son una muestra de cómo evolucionó la tierra donde vivimos y nos da perspectivas de mejorar el mundo que habitamos.

 

También me enteré de un descubrimiento que hicieron en el sur de la península ibérica. Un estudio científico llevado a cabo por investigadores de cuatro universidades ha develado interesantes detalles del dolmen de Soto, un conjunto megalítico subterráneo ubicado en la localidad española de Trigueros (Huelva). Descubrieron dibujos humanos con una antigüedad de 6.000 años, portando todo tipo de objetos, además de que establecieron que ese monumento era aparentemente para observar el cambio de la iluminación solar por el cambio a la primavera en esas latitudes, “que era lo que les interesaba a esos hombres y los acercaba a Dios y los unía en su adoración a cosas tan naturales como el levante y el poniente”, “que era la forma en que estaba dirigida su construcción”.

 

Todo lo que sean ese tipo de descubrimientos complacen mi mente, porque me muestran cómo vamos evolucionando los hombres con el transcurrir de los años y comparar lo que vivieron nuestros predecesores y los que estamos viviendo nosotros, mientras ellos eran más espirituales y su capacidad intelectual no les daba para nada más que elevar piedras y dibujarse entre ellos, mientras que nosotros estamos en la era de la inteligencia artificial y el poder comandar drones para exterminar bandidos.

 

Miguel Aramayo

SCZ.26-03-2019 Recordando que mañana mi suegro don Manuel Bravo Justiniano estaría festejando su cumpleaños y mi amigo Robert Terrazas festejara pasado mañana.

 

26 Abr

Los sueños

Creo que los sueños son algo que atraen a los hombres desde hace mucho tiempo, prácticamente desde el inicio de la humanidad, me supongo que Adán y Eva soñaban. El mundo de los sueños; un mundo misterioso y fascinante donde las reglas de la realidad no aplican. Y son muchos quienes pretendieron encontrar la clave para descubrir e interpretar el significado de los sueños. Desde la antigüedad los sueños han sido considerados una forma de contacto con la divinidad y la mejor forma de vaticinar eventos futuros. Los sueños nos traen cada noche universos insólitos, personajes misteriosos, visiones infernales o angelicales, episodios maravillosos que no podríamos vivir despiertos, pero además hay sueños que nos atormentan, que no quisiéramos soñarlos, pero la mente no tiene piedad con nosotros y nos recuerda cosas ingratas.

 

Soñar es abrir una puerta de la mente. Todas las esperanzas, ambiciones, deseos, miedos, fantasmas, amigos, tiempos buenos y malos residen allí, son parte de la mente primitiva y constituyen una vía de acceso a realidades que están más allá del alcance de la lógica, han sido objeto de estudio a través de los siglos y forman una parte importante del psicoanálisis moderno. Los sueños son de uno y para uno, nadie puede pensar por ora persona y cada sueño se acopla a una realidad y corresponde a las experiencias del soñador que hace uno el cuerpo, mente, y espíritu del individuo que sueña. Son la expresión de lo que algunas veces no quisiéramos pensar, porque representan la realidad y dicen la pura verdad y por eso mismo nuestra mente quisiera que se borren de nuestra memoria, de nuestra realidad, pero no se puede hacer un “delate”, ni lógico, ni abstracto, permanecerán en nuestro subconsciente y aflorarán a nuestra conciencia e incluso a nuestra realidad y se presentarán como “sueños”.

 

Creo que los sueños proporcionan la capacidad de conocerse a uno mismo y explorar nuestra propia personalidad, nos permiten conocernos un poco más. Son la manera en que nuestro subconsciente encuentra nuestros problemas estructurales, de nuestra realidad, nuestras debilidades, nuestros traumas, lo que en la realidad nos agrada o nos lastima. El analizar los sueños por lo general es pretender aplicar una pseudociencia. Los psicoanalistas como Freud (Sigmund) y Jung (Carl Gustav) han ayudado a miles de personas normales y sanas, en muchos casos a perturbados mentales graves. He leído que sus hallazgos pueden ser aplicados de una forma sencilla a la propia experiencia de cada uno. Al igual que los médicos pueden tratar enfermedades físicas graves y enseñar al mundo en general las reglas básicas de la higiene personal o del hogar, también los psicólogos han enseñado a personas bien equilibradas, cómo pueden conocerse a sí mismas y llevar una vida más feliz. Es importante que las personas sean “personas bien equilibradas”, porque de lo contrario puede ser un desastre, por otro lado, el psicoanalista elegido debe ser un profesional capacitado y experimentado.

 

Quienes mejor podrían interpretar los sueños, son los mismos soñadores, porque ellos pueden determinar por qué su cerebro construye esos sueños. A mi entender es el soñador el que podría encontrar el real sentido de los sueños, con mucho mayor facilidad. Cuando los sueños se convierten en temas repetitivos, con alguna frecuencia y el tema varia muy poco, entre un sueño y otro, creo que podrían llegar a convertirse en obsesiones dañinas.

 

Es tan interesante el tema de los sueños, que en la antigüedad eran objeto de interpretación por parte de personal confiable y calificado, pero lo que me tocó ver es por parte de charlatanes que se aprovechan de las circunstancias y de las personas. Uno sabe qué soñó, generalmente, y también puede concluir en por qué fue ese sueño y en ese caso borrar (olvidar, desechar) ese sueño, lo cual es fácil, a mi criterio, porque sólo es un sueño una visión y no una premonición.

 

Miguel Aramayo.

SCZ.23-03-2019 El sueño del mar que nunca será, porque así lo quisimos.

 

26 Abr

Para mis amigos historia de Ulises y Calipso

Como siempre leyendo y tratando de comprender la realidad. Cayó en mis manos un artículo que titula: ¿Cuál era la idea de felicidad de los aztecas y qué podemos aprender de ella? De BBC del 18-03-2019. Artículo algo largo e interesante, me mostró que los aztecas tenían una ética, filosofía y forma de pensar muy diferente a los griegos, además de muy adelantada para esa época. Incluso hubo muchos escritos que fueron quemados por los españoles, dejando en blanco lo mucho que sabían ellos y que pudo haber sido un gran aporte para el mundo.

 

Una vez concluida la lectura de los Aztecas, relacioné eso con algo que había leído en colegio, “La Odisea”, cuando el profesor de literatura y filosofía era el Hermano Enrique (Conde de las Moras, Duque de Aragón – más o menos 1961–62). Surgieron en mi memoria, que por suerte todavía la domino, personajes como la ninfa Calipso, que era hija del gigante Atlas y de Pléyone y que con Ulises procreó a dos hijos, Nausínoo y Nausítoo.

 

A continuación, les contaré algo de ese gran libro que con seguridad que les refrescaré la memoria: Ulises y sus compañeros salieron a navegar, pero un rayo les alcanzó y sólo él sobrevivió en la isla de Ogigia. Allí se encuentra con la ninfa Calipso, la misma que se enamora de Ulises. Lo retiene durante siete años, que a Ulises le parecen siete días, le ofrece la inmortalidad si se queda con ella; pero el héroe prefiere regresar a Ítaca, pese a disfrutar de amor, pasión y mucho más. Atenea intercede por su protector ante Zeus, que ordena a través de Hermes a Calipso, que libere a su prisionero, lo cual ella cumple con mucho dolor y reproches.

 

Lo que saco como conclusión de esta historia, es que no sólo el placer, la pasión, el amor y las promesas de inmortalidad valen para un hombre, para un hombre por más que sea héroe. Creo que existen cosas de mucho más valor, como la familia, tu casa, tu pueblo, tus amigos; por los que vale la pena dejar todo lo que aparenta ser lo mejor.

 

Los aztecas también pensaban que la felicidad plena no era el disfrutar de todo, que para poder ser feliz también debías sufrir, sufrir para conquistar lo que piensas que te hace feliz y sufrir para mantener lo que te hace feliz. En otras palabras, Ulises pensó como pensaban los aztecas y se separó de la ninfa Calipso, construyéndose un barco con la madera que le proporcionó y partir con las coordenadas que le dio para que regrese a su casa.

 

Estoy convencido que uno disfruta mucho más cuando lo que consigue le implica sacrificios, sufrimiento y por ese mismo hecho lo protege, lo defiende. No por el miedo de perder, porque quien sufrió una vez, puede sufrir muchas veces, porque se consigue mucho más entusiasmo al levantarse después de una caída, que no haber caído nunca y en un momento determinado caer sin poderse levantar por falta de coraje.

 

Según el licenciado en Psicología Santiago Bonomi «sin dudas, la posibilidad de vivir centrados en el presente permite estar más serenos, con menos ansiedad y, en definitiva, con mayor posibilidad de ser felices». Y si bien está claro que la felicidad es subjetiva y se sabe que más que un estado permanente se trata de «momentos», existen parámetros en común entre quienes aseguran haberla alcanzado. (Infobae 20/03/2019)

 

No debemos perder la esperanza de ser felices, porque con seguridad de sólo pensarlo ya lo somos.

 

Miguel Aramayo

SCZ.20-03-2019 Por el día mundial de la felicidad.

 

26 Abr

Los duendes

Algún duende caminaba por el borde del escritorio de un amigo, escondiéndose detrás de la pantalla de su computador, que es una portátil muy finita (delgadita y liviana) y de última generación. El amigo no se había dado cuenta de ser observado, después de todo el espía era un duende, no un kelpie (Kelpie, o kelpie de agua, es el nombre escocés otorgado a un espíritu del agua capaz de cambiar de forma, el cual habita en los lagos (Loch) y estanques de Escocia. En sus apariciones usualmente se describe con la forma de un caballo de pelaje plateado y con ojos humanos de color azul celeste, que es capaz de adoptar una figura humana, de cabellos muy rubios y el mismo color de ojos que el animal).

 

Después me enteré que el duende o goglin (criaturas mitológicas fantásticas de forma humanoide), llamado así porque es intruso y se siente dueño de la casa que visita o se inmiscuye. Ese espíritu que algunas veces es visible, no estaba espiando al amigo con fines maléficos, al contrario, lo había notado triste, melancólico, apartado de los placeres mundanos y eso fue lo que le llamó la atención, no podía ser que se hubiera convertido en ser espiritual, después de que tenía referencias de que el amigo era un pillo de siete suelas, que no perdonaba bichito que volará o caminará.

 

Ahora el amigo sólo leía y escribía, había dejado las trullas y eso preocupó al duende, que fue enviado a espiarlo, para contar a sus jefes (en el cielo), si el susodicho estaba enfermo o sufría de melancolía como Garrick del poema de Juan de Dios Peza, que se intitula “Reirá llorando” que en una parte dice:

 

Una vez, ante un médico famoso,

llegóse un hombre de mirar sombrío:

sufro -le dijo-, un mal tan espantoso

como esta palidez del rostro mío.

 

Nada me causa encanto ni atractivo;

no me importan mi nombre ni mi suerte;

en un eterno spleen muriendo vivo,

y es mi única pasión la de la muerte.

 

El amigo en un momento determinado logro descubrir al duende y sin ningún temor lo interrogo:

 

–Bichito insignificante, ¿Qué haces espiándome?, ¿Quién te mando?

 

–Me mandaron del cielo –respondió el duende asustado o mejor dicho compungido. –querían saber cómo estabas, porque tu tranquilidad los tiene anonadados, ya no eres el pícaro de antes y hasta piensan que te convertiste en célibe.

 

–Pequeña criatura, puedes decirles a tus emisarios que ¡estoy biensisimo…!, que no tienen de que preocuparse, que es natural que un viejo este tranquilo, especialmente para que no lo tachen de “viejo verde” o de viejo burro.

 

No contento con ese mensaje que les envió a los que le mandaron al duende, le dijo:

 

–Duendecillo, no me asustaste y si te vuelvo a ver espiándome, el que saldrá huyendo de miedo serás vos, ¡te lo aseguro! –Y si quieren verme haciendo picardías que me avisen con tiempo, así les organizo en fiestecita.

 

Miguel Aramayo

SCZ.19-03-2019