Neurociencia
Yo tenía aproximadamente 30 años y se popularizaron las calculadoras científicas y surgieron dos marcas: Texas Instruments y Hewlett Packard. Compré mi primera HP-25 que era programable y conservaba la memoria de algunos cálculos que se hacían. Fue tanto mi entusiasmo por la nueva tecnología y cuando tenía 21 años había tenido oportunidad de trabajar como perforador de tarjetas, en el sistema de inventarios de IBM y además de haber operado en la perforadora entraba a las oficinas de IBM y me fijaba como capturaban la información de las tarjetas en grandes lecturadores y procesadores, que imprimían los resultados de las tarjetas en listados que clasificaban la información de las tarjetas. De esa manera, mi mente comenzó el proceso de sueño y ensueño, que se completó el día que tuve en mi poder una HP-65 con tarjetas magnéticas y estaba en posibilidades de programar y desarrollé una planilla de sueldos, un sistema de cálculo de costos y un sistema de inventarios, con cálculo de precio ponderado.
Por esa época era tanto mi afán por aprender más que me puse en contacto con un ingeniero de HP en Boca Ratón y me daba el lujo de gastar en comunicaciones telefónicas y en cartas a Alejandro Chavarria, que era como se llamaba el que me atendía en HP. Tenía intenciones de comprar un computador y comencé a averiguar cómo acceder a uno y en mis sueños desarrollaba sistemas que superaban la capacidad de la HP-65, pero no mi capacidad de sueño y ensueño.
Un día escuché la conversación que sostenían algunos amigos, sin darse cuenta que yo estaba muy próximo a ellos, pero ninguno sospechaba esa cercanía y comentaban de mí, con pena, porque pensaban que estaba enloqueciendo. Uno les decía a otros, ¡siento pena por Miguelito, está soñando con que él le puede hablar a las máquinas y puede obtener respuesta escrita de ella…! y lo dice convencido de que es posible, que él ya lo leyó en algunas revistas científicas e incluso con la maquinita que tiene, habla y le introduce tarjetas magnéticas para mostrar que lo que propone es cierto y está a la vuelta de la esquina. Claro que hace algunas cosas que te dejan con la boca abierta, como el cálculo de la tasa interna de retorno y el valor actual neto, con sólo aplicar una formula y registrar los flujos. Lo que te toma mucho tiempo si lo haces por aproximaciones sucesivas.
Han pasado 45 años desde esa época y sigo igual de loco, alimentando sueños y ensueños, pero veo que cada vez me supera la realidad. El mes pasado terminé de escribir una novelita de ciencia ficción, que según un amigo era una mezcolanza entre tecnología, amor y recetas de cocina, pero lo que expresa esa novelita ya fue superado, lo que pensé que era ciencia ficción, es una realidad, existen programas que permiten leer el contenido del cerebro. Lo que adelantó la Inteligencia Artificial sorprende incluso a los mismos científicos; vi la entrevista de un periodista a un “Robot” y como el Robot responde a todas las consultas del periodista, sin titubear e incluso mostrando algunas expresiones faciales que sorprenden en una cara de plástico, con unos ojos vidriosos y sin pestañas, pero esto último es cuestión de maquillaje y diseño gráfico.
Acabo de leer sobre el implante de chips, que pueden comunicarse en forma inalámbrica de cerebro a cerebro y que incluso pueden reemplazar algunas funciones en gente parapléjica, que les permite movilizarse y mover algunos aditamentos, pero lo increíble es que pueden ser insertados en personas para dominarlos en forma inalámbrica, haciendo que hagan cosas en forma involuntaria.
Donde iremos a llegar con la velocidad que avanza la tecnología y que ahora tendrá un salto exponencial con el apoyo de las redes neuronales, el aprendizaje profundo y la inteligencia artificial.
Miguel Aramayo
SCZ.08-11-2018