info@miguelaramayo.com

Algo de política

29 Nov

Algo de política

Lo que nos sucede, no es de chiste, es de mucho cuidado. Están aplicando las técnicas muy bien estudiada de países que fueron totalmente subyugados y con la propaganda que nos tiene totalmente copados logran lavar el cerebro de la gente que tiene muy poca materia gris y que es la gente que conviene a sus intereses, pero incluso con la última IV Cumbre del Foro de países exportadores de gas, han utilizado la labia de personajes que hablan con mucha soltura, pero que mienten en forma descarada y me animo a decir que convencieron a los inteligentes que vinieron en representación de sus países o de compañías de relativa importancia.

 

Tengo una leve sospecha que la elección de Bolivia para celebrar la IV cumbre, no fue algo casual, me da la impresión que hay manos que se mueven detrás de bastidores, manos como el famoso Foro de San Pablo, que pese a estar debilitado, porque ya no tienen el financiamiento de Lula y de Chavez, han logrado infiltrase en muchas organizaciones a nivel internacional, como la OIT, OMS, ONU, OEA, etc. Y como el gobierno de Bolivia necesita un empujoncito a nivel internacional, para facilitar la re postulación del presidente y este evento (foro del gas) es algo que publicita un montón y el gobierno a sabido aprovecharlo, porque además, eso vienen organizado desde afuera. Sobre vuelo de helicópteros, el Show de respaldo policial, con uniformes de todos los colores, incluso enmascarados, a pie, en motos, con despilfarro de coches blindados y toda una parafernalia.

 

El show de firmar convenios internacionales, con cuatro de las empresas que están en Bolivia desde antes de la nacionalización y que tienen que agacharse a lo que les soliciten y puedan salir en la foto con los acuerdos firmados, que son los mismos que ya conocíamos y que si analizamos son de poca importancia por las inversiones comprometidas, también se firmaron memorandos y eso ese es otro chiste. Se condecoro, con la máxima condecoración a un presidente de un país con muy poca importancia, que además es un tirano con un alto grado de corrupción, con una de las peores justicias y con casi cero de cumplimiento a los derechos humanos, con quien compartiremos expertos, expertos como los que actualmente dirigen las empresas del estado.

 

Escuché que tenemos 60 TCF y que podemos exportar gas a todo el mundo, lo cual no es real, porque según lo que se lee en medios con conocimiento del tema nuestras reservas no deben exceder de los 5 TCF y que lo que tenemos actualmente, sobrante de lo que dejaron las empresas nacionalizas, ya está por extinguirse y estamos incumpliendo nuestros compromisos de exportación, que incluso importamos gasolina y diésel de Chile, país al que dijimos que no le exportaríamos ni una molécula de carburantes, pero ellos si nos venden eso, sin que ellos sean productores de petróleo.

 

También escucho que se pide a los participantes buscar mejores precios para el gas, lo cual es incompatible, los precios se fijan en base a reglas del mercado, ninguna reunión, por más alto nivel puede hacer eso, y si no me creen pregunte a los productores de petróleo (OPEP).

 

Terminada esa reunión completaron con una cumbre de presidentes (así la llamaron) en la que se reunieron unos cuantos del mismo grupito donde aprovecharon la gran capacidad cognitiva de Maduro, que se hizo un viaje relámpago, para poder abrazar a su colega, brindarle su apoyo retribuyendo lo bueno que es con él y el gran apoyo internacional que le brida.

 

Miguel Aramayo

SCZ. 24-11-2017

 

29 Nov

Yo soy yo

He crecido de tal manera,

Que algunas veces me veo grande,

Pero en mi interior sigo chico.

Sigo la persona que conocí.

Sigo con lágrimas en los ojos.

Sigo con la misma sonrisa.

Sigo sufriendo por nada,

Y alegrándome por todo.

Recuerdo a mi madre.

Y recuerdo a mi hermana.

Recuerdo mi padre que se fue.

Y recuerdo la soledad de alguien.

Sufro por nada y me atormento,

Tan bien pienso en mí,

Pero me desconcierto,

Porque soy lo que no soy.

Y pretendo olvidarlo,

Olvidar mi conciencia,

Que me grita: ¡no mientas!!!

Pero no le hago caso,

No importa, prefiero así,

Vivir engañado sólo para mí.

Y que el mundo me vea

Me vea como no soy,

Porque yo, ¡yo soy yo…!

 

 

Miguel Aramayo

SCZ. 27-11-2017

 

29 Nov

La novela de Paul Auster, 4321

Compré la novela de Paul Auster, porque me llamó la atención el título “4321”, además que las obras del autor fueron traducidas a cuarenta idiomas y él sacó el premio “Príncipe de Asturias” y muchos otros premios más, por varios libros escritos con anterioridad. Por este libro que escribió después de siete años, lo que opinaban muchas personas, que se muestra en la contratapa y en la pestaña del mismo lado, tiene los méritos necesarios para considerarse muy buena, por lo tanto, era un libro con muy buenas recomendaciones.

 

Es un libro de casi mil páginas y comencé a leerlo con avidez, porque la niñez, la pubertad, los primeros besos del personaje principal de novela, un tal “Ferguson”, me resultaron muy comunes y algo parecido a lo que fueron mis inicios, pero después se produjeron las muertes de su padre, su tío, su mejor amigo y eso ya me dejó algo de tristeza, pero seguí entusiasmando la lectura.

 

Cuando comienzan sus relatos de las vistas de Playboy, los deportes, el béisbol y el básquet, los vacaciones en los campamentos. En ese momento comienzo a distanciarme de la novela, porque ya narra lo que es la vida de un adolecente en Estados Unidos de la época de los 60, que es muy diferente a lo que fue mi adolescencia. Seguí leyendo con menor entusiasmo y lo primero que me descompagina es un relato dentro del relato y es una composición que hace el personaje principal y el cual lleva por título “De suelos y suelas”, que me resulta interesante, pero al final del relato me doy cuenta que es una composición de Ferguson, que además me gusta, porque la encuentro parecida a la forma de escribir de Franz Kapka. Continúo con atención los comentarios de su profesora y los comentarios de otras personas, como su madre.

 

A medida que me adentro en la novela, después de más o menos trescientas cincuenta páginas, ya no me parece muy interesante, porque el lenguaje se hace ordinario y las escenas muy explicitas y explicadas con un crudo lenguaje. A partir del accidente automovilístico que sufre Ferguson, después de haber tenido una sesión amorosa en una cama que crujía por vieja, lo mismo que producía el machimbre de la casa donde se alojaron. En el accidente Ferguson pierde los dedos pulgar e índice de la mano izquierda y tiene una lenta recuperación física y psíquica.

 

Después hay alto reciclaje de vidas, la madre que supuestamente era viuda se divorcia, para casarse con otro y Ferguson encuentra un amigo ocasional, con el que practica un amor homosexual, asqueroso. A partí de ese momento el libro se me hace pesado y encuentro momentos en que me produce nauseas, y se complica mucho más el enredo de vidas sucesivas, porque ahora muere la madre de una chica a la que quiere mucho el personaje principal y con la cual llegan al acuerdo de perder su virginidad mutuamente. Luego continúa la relacionada con esa chica, que en un momento se convierte en su hermanastra, porque su madre se vuelve a casar con un antiguo novio, que es el padre la chica que Ferguson la tiene como novia. Estando enamorado de ella y su hermano, que lo rechaza, comienza a frecuentar un prostíbulo y como el dinero que temía honradamente no le alcanzaba para esas prácticas, se convierte en un ladrón de bibliotecas, hasta que lo pillan y lo llevan a juicio, el juez lo sentencia a seis meses en un reformatorio, pero lo perdona y lo deja en libertad bajo juramente de no robar nunca más.

 

La novela se complica mucho más y uno no se da cuenta si es un nuevo tema, pero aumentan y disminuyen de edad los personajes, incluso el principal y le suceden cosas que aparentan ser repeticiones de otras vidas. Todo eso sucede después de la página quinientos y algo. En ese punto estoy al extremo de abandonar el libro, porque además se hizo monótono y extremadamente repetitivo. No me explico, cómo el autor pudo obtener tanto premio y ser tan famoso, pero esta novela en particular ya me resultó pesada y creo que si hubiera tenido la mitad de páginas podría ser mejor. Tanta palabrería, me parece innecesaria. Claro que yo soy un principiante de lector y como escritor nulo, si me comparo con “Ferguson”, el personaje principal de la novela “4321”. El mismo que oficia de comentarista deportivo y comentarista cinematográfico, que escribe relatos y viaja por Paris, que se declara bisexual y se libera del servicio militar y de tener que estar en Vietnam.

 

Si veo que el libro mejora después de la página 530 y si llego a completar las 957, les escribiré el complemento, de lo contario me quedaré con la frustración de haber mal invertido mi tiempo, pero de algo les servirá a mis amigos, aunque no soy una garantía para opinar sobre temas literarios.

 

Miguel Aramayo

SCZ.28-11-2017

 

29 Nov

Mi memoria

Mucha gente queda sorprendida con mi memoria, incluso mi madre, mi hermana y mi amigo Dudy me hacen esa observación y, para mi es algo que lo encuentro lo más normal. Mejor dicho, lo encontraba lo más normal hasta hace un momento que leí un artículo en uno de los periódicos que pasan por mis manos.

 

Existe un síndrome conocido como «Memoria Autobiográfica Muy Superior» (HSAM, por sus siglas en inglés) o “hipertimesia”. Este trastorno neurológico extraordinario, significa que algunas personas se pueden acordar de todas y cada una de las cosas que pasaron en su vida, desde edades muy tempranas. Las personas con hipertimesia pueden recordar sin esfuerzo y de forma inmediata lo que hicieron, lo que llevaron puesto o dónde estaban y a qué hora. Pueden rememorar noticias y acontecimientos con un detalle fotográfico y con una precisión equiparable a una grabación.

 

La hipertimesia fue descubierta en 2000 y sólo se conoce a 60 personas en todo el mundo que la padecen. Desde luego que yo no estoy contado en esa estadística, pero al leer el artículo, me di cuenta que yo podría ser uno de los afectados por ese síndrome y es por eso que tengo tantos recuerdos almacenados en mi “tari” (coco) y lo que algunas personas creen que estoy mintiendo, no es mentira, es que realmente conservo esos recuerdos, con esa precisión.

 

Se sigue investigando mucho sobre este síndrome, ya que es bastante nuevo. Pero algunas investigaciones sugieren que el lóbulo temporal (que ayuda a procesar la memoria) es mayor en el cerebro de los individuos con hipertimesia. También tienen más grande el llamado núcleo caudado, que ayuda a aprender, pero también puede desempeñar un papel en el trastorno obsesivo compulsivo. Hipertimesia significa que los recuerdos se graban con sumo detalle y, a pesar de que es fascinante para la ciencia, puede ser un tormento para quien la padece, no en mi caso, a mí me divierte.

 

El artículo nombra a una persona, Rebecca Sharrock, que es una persona que sufre ese síndrome y que fue estudiada por los científicos que le diagnosticaron hipertimesia, pero adicionalmente a esto, esa persona también sufre de autismo. Me pongo a pensar en mí y analizo, que algunas de mis características cuando era niño, e incluso hasta ahora, se asemejan a ese problema: extrema inquietud, hiperactividad, falta de concentración, mi gran problema de ortografía deficiente (pésima), muy hablador, con un gran amigo imaginario, muy nervioso, impaciente, etc., etc.

 

Estoy feliz de ser como soy y pienso que, si realmente tuviera ese síndrome, me ha servido de mucho para poder escribir todo lo que he escrito y para recordar pasajes de mi vida desde cuando tenía aproximadamente tres años y lo primero es que recuerdo el trajecito marinero, blanco con adornos azules y la pechera negra de la crema de zapatos que le pasé con un cepillo, mientras mi padre buscaba el trapo para sacar brillo a los zapatos, además de la tremenda paliza que recibí por eso, el lugar donde estaba sentado, la dirección de la casa donde sucedió eso. Adicionalmente a ese recuerdo, cierro los ojos y dan vuelta en mi mente parientes, amigos, lugares, colores (palo de rosa, azul marino, cris marengo), sabores (el flan de vainilla), olores (eucaliptos, pinos, ruda, clavelinas, madreselva) y todo lo que conservo en mi mente.

 

Miguel Aramayo

SCZ.29-11-2017

 

24 Nov

Algunas veces me siento en el aire

Una canción, una poesía, un recuerdo, hacen que mis ánimos se eleven y me sienta en el cielo, o por lo menos que no estoy pisando el suelo, sino que estoy flotando. Esto me sucede con mucha frecuencia, especialmente cuando he completado mis obligaciones laborales, cuando he tenido un día fácil, en el que he resuelto todos los problemas que se me presentaron, o que directamente no he tenido problemas. Hoy fue un día de esos que pinto como si fueran una postal navideña.

 

Pero no es sólo eso lo que influye en mi romanticismo, la música que estoy escuchando, en el silencio de mi escritorio, con el silencio que me prodigan los que trabajan conmigo, que me ven concentrado trente a la pantalla de mi computador y posando mis dedos sobre un teclado, que en algunos momentos me permiten seguir el ritmo del piano de Richard Clayderman.

 

“Qué mundo maravilloso” (What a Wonderfuld Word) y después “Alma mía”, realmente en este momento siento mi alma que divaga por un mundo maravilloso, me siento así, así como me siento un montón de veces, sin querer descender de la estrella donde pose mi intelecto y aunque parezca mentira percibo el latir de mi corazón y la suavidad de mi pulso, siento un alma, un alma como la mía. 

 

Esta sensación que me embarga en este momento, además que me deja una gran satisfacción, me hace feliz, porque compruebo que pese a que pasaron los años y mucha agua debajo del puente, sigo tan intacto como cuando inicie mi juventud y era más el tiempo que mi ser se percataba de la belleza que nos rodea, de la espontaneidad del espíritu cuando tiene pocos años, casi nada de experiencia y el alma es pura y el corazón no tienen ni una cicatriz.

 

También escucho “cuando calienta el Sol” y me siento como se sintió el que escribió esa canción, en una playa, cuando calienta el sol, siento mi cuerpo vibrar cerca de ti, es tu palpitar es te pelo es tu cara, son mis sueños. Cuando calienta el sol. Pero también escucho “Dios como te amo” (Dio como ti amo), pero no quiero recordar la letra, me dejo elevar tan solo por la melodía, tan bien interpretada, con un coro en la lejanía, que no repite palabras, sino simplemente sonidos que acompañan los acordes de la orquesta.

 

Creo que hasta aquí, es suficiente de romanticismo, me voy a mi casa y cierro el computador y poso los pies sobre la tierra, que es lo que corresponde a mi edad. Me despido con los acordes de “Luna Azul” (Blue Moon), interpretado por un saxo, cuyo sonido es pegajoso y tierno.

 

Miguel Aramayo

SCZ.23-11-2017

 

24 Nov

Algunas veces me siento en el aire

Una canción, una poesía, un recuerdo, hacen que mis ánimos se eleven y me sienta en el cielo, o por lo menos que no estoy pisando el suelo, sino que estoy flotando. Esto me sucede con mucha frecuencia, especialmente cuando he completado mis obligaciones laborales, cuando he tenido un día fácil, en el que he resuelto todos los problemas que se me presentaron, o que directamente no he tenido problemas. Hoy fue un día de esos que pinto como si fueran una postal navideña.

 

Pero no es sólo eso lo que influye en mi romanticismo, la música que estoy escuchando, en el silencio de mi escritorio, con el silencio que me prodigan los que trabajan conmigo, que me ven concentrado trente a la pantalla de mi computador y posando mis dedos sobre un teclado, que en algunos momentos me permiten seguir el ritmo del piano de Richard Clayderman.

 

“Qué mundo maravilloso” (What a Wonderfuld Word) y después “Alma mía”, realmente en este momento siento mi alma que divaga por un mundo maravilloso, me siento así, así como me siento un montón de veces, sin querer descender de la estrella donde pose mi intelecto y aunque parezca mentira percibo el latir de mi corazón y la suavidad de mi pulso, siento un alma, un alma como la mía. 

 

Esta sensación que me embarga en este momento, además que me deja una gran satisfacción, me hace feliz, porque compruebo que pese a que pasaron los años y mucha agua debajo del puente, sigo tan intacto como cuando inicie mi juventud y era más el tiempo que mi ser se percataba de la belleza que nos rodea, de la espontaneidad del espíritu cuando tiene pocos años, casi nada de experiencia y el alma es pura y el corazón no tienen ni una cicatriz.

 

También escucho “cuando calienta el Sol” y me siento como se sintió el que escribió esa canción, en una playa, cuando calienta el sol, siento mi cuerpo vibrar cerca de ti, es tu palpitar es te pelo es tu cara, son mis sueños. Cuando calienta el sol. Pero también escucho “Dios como te amo” (Dio como ti amo), pero no quiero recordar la letra, me dejo elevar tan solo por la melodía, tan bien interpretada, con un coro en la lejanía, que no repite palabras, sino simplemente sonidos que acompañan los acordes de la orquesta.

 

Creo que hasta aquí, es suficiente de romanticismo, me voy a mi casa y cierro el computador y poso los pies sobre la tierra, que es lo que corresponde a mi edad. Me despido con los acordes de “Luna Azul” (Blue Moon), interpretado por un saxo, cuyo sonido es pegajoso y tierno.

 

Miguel Aramayo

SCZ.23-11-2017

 

18 Nov

Inconsistencia

En un momento determinado dejé de ser yo, para convertirme en una briza, una brisa suave, cálida, tenue. Una brisa que se esparcía por el espacio, un espacio azul, celeste, índigo bajito, y en otros momentos intenso y se incrementaba su luminosidad. El piso que sostenía mi inconsistencia, en algunos momentos parecía de agua, pero en otros era lodo, nubes, arena, cambiaba su textura de acuerdo a la inconsistencia que yo asumía en mi transitar por ese espacio etéreo.

 

Al deambular en ese estado, percibí la existencia de una persona que estaba posada en un arenal y frente a su rostro y más próximo a sus manos estaba un atril que sostenía un lienzo, un papiro o un papel, en el que ese hombre dibujaba o pintaba algo, un algo que también tenía rasgos humanos, quizá era la figura de una mujer. El hombre era delgado de cabello abundante, crespo y de un castaño oscuro, su rostro y sus manos mostraban una piel blanca, con tonalidades que mostraban que era un individuo saludable. De frente muy amplia, con unas orejas muy bien formadas, de nariz chica y quizá algo respingada, de labios carnosos, que dibujaban una leve sonrisa que denotaba paz, tranquilidad, serenidad. Me impresionaron sus ojos, que siendo chiquitos tenían un brillo intenso y la tonalidad de un verde esmeralda, que cuando dejaba que se refleje la claridad de la luz que nos rodeaba, se aclaraban y era tan limpia su mirada, que permitían mostrar en la profundidad, su alma.

 

Como yo era nada más que una briza, él no percibió mi presencia y le susurre al oído: –¿Qué es lo que estas dibujando? Y él sin apartar la vista del cuadro que elaboraba me respondió muy confiado y sin darse cuenta de mi inconsistencia.

–Estoy dibujando mi alma gemela.

Le pregunte: –¿Es posible dibujar tu alma gemela, sin tener un modelo?

Y me respondió: –Es que el modelo lo llevo en el ama, en mi alma, en mi mente, en mi cerebro. –Claro que es muy difícil dibujar un alma gemela, porque es huidiza, es incorpórea. –Uno piensa que ya la tiene, pero en ese mismo momento, ¡desaparece…!, como si se estuviera burlando de uno.

 

Él me pregunta: –¿Nunca te has encontrado con tu alma gemela?

Y respondo: –¡No!, por lo menos eso es lo que pienso, aunque algunas veces me da la impresión que estoy con ella, pero como es mi alma, es incorpórea, es volátil, inconsistente, al extremo que cuando estoy a su lado pierdo el lívido y no encuentro cómo encararla, para asegurarme de que efectivamente es mi alma gemela.

 

Él sigue hablando de esta manera: –Yo en este momento estoy en el mismo dilema, la estoy pintando, pero cuando me doy cuenta, la acuarela se escurrió y sólo se ve un charco de agua en el borde inferior del lienzo. –Creo que utilizaré lápiz de carboncillo para ver si puedo plasmarla en el papel, de esa manera poderla conservar un tiempo, un tiempo más junto a mí.

 

–Amigo te dejo con el afán de que logres retratar tu alma gemela y me voy como llegué, como una briza suave, cálida, inconsistente y también veré, si en el trayecto que me queda por recorrer en esta vida, logro encontrar mi alma gemela. Aunque tengo la certeza de que esa posibilidad es efímera y hasta imposible, es mucho el trayecto que he recorrido y si en ese tiempo no encontré mi alma gemela. La otra posibilidad es que ella (mi alma gemela), ya esté en la eternidad. Pero como ella es alma y yo soy briza, existe la posibilidad de que nos encontremos y perduremos el saldo del tiempo, hasta que lleguen los cuatro jinetes nombrados en las escrituras.

 

Después de esas palabras, dejé de ser inconsistente y volví a la realidad, otra vez fui un hombre de carne y hueso y me di cuenta que el tiempo, no había transcurrido, desde que inicié esta historia, hasta ahora sólo fue un chispazo, un pestañar de ojos cansados.

 

Miguel Aramayo

SCZ.18-11-2017

17 Nov

Fantasmas y fantasías

Mi madre me contó que tuvo un encuentro con un duende, un enano, con un sombrero tan grande que no permitía verle la cara ni las manos, pero que se percibía que era un espíritu que caminaba y asustaba a las personas. Mi madre contaba que cuando tuvo esa visión se desmayó y al despertar, le salía sangre de la nariz.

 

A muchas otras personas escuché relatos de similares anécdotas, no digo historias, porque pienso que no eran más que alucinaciones de gente asustada, incluyendo a mi madre. Yo particularmente he desafiado a los fantasmas, duendes, e incluso al diablo a quien, desde un lugar oscuro y tétrico del jardín de la casa de mis abuelos, lo convocaba diciéndole: “Diablo si eres macho (valiente) preséntate de cualquier forma o asústame con algo que me pueda amedrentar”. Nunca tuve ninguna aparición que pudiera asustarme y hacer escapar de ese lugar oscuro del jardín.

 

Cuando mayor he sentido miedo en varias oportunidades, porque sentía ruidos que hacían que mi cuerpo se erice, pero siempre encontré la respuesta real a esas expresiones misteriosas, una tortuga que hacia fuerzas debajo del pedal de una máquina de costurar y para descansar dejaba audible sus resuellos, que no era más que respiración cansada por la fuerza que hacía para librase del pedal. En otra oportunidad incluso tuve que sacar el revólver, porque alguien hacia un ruido en la ventana del dormitorio, donde me encontraba leyendo una novela de terror y descubrí que una oruga que se hizo mariposa dentro de su capullo, el mismo que reventó entre la malla milimétrica y el vidrio de la ventana que estaba junto a mí.

 

Mi suegra se divertía con las amigas de sus hijas y sus hijas, asustándolas escondida en una sábana detrás de un árbol en una noche oscura en la que las muchachas pretendían salir de la casa sin permiso. Ella también una vez baleo una puerta porque escuchó que alguien intentaba entrar y al no identificarse ella disparo la escopeta y mató al puerco espín que estaba al otro lado de la puerta.

 

De ese tipo de historias uno escucha a montones, y en mi caso, tengo la seguridad de que los muertos se mueren para siempre y si nosotros creemos verlos o sentirlos, no es más que por el amor que les tuvimos, aunque ¡sí!, creo que en la eternidad y todo lo que me enseñó la religión que profeso, incluso en contra de gente que dice que los libros religiosos fueron escritos por los hombres, lo cual es cierto y, que ellos crearon a Dios a su imagen y semejanza y no fue Dios que nos creó a su imagen y semejanza, aunque él es totalmente espiritual y se presentó a los hombres de diferentes maneras, como fuego, como voz, como trueno.

 

Yo siento a mis seres queridos, como una brisa que me acaricia, que me refresca y que me imbuye de recuerdos, recuerdos y añoranzas, que los hace presentes en mi mente y que me permite compartir con ellos el cariño que les tuve, y que todavía está presente en mi ser, en mi alma, en mi cerebro y en mi corazón.

 

Esto que escribo y comparto con ustedes, lo hago porque se me presentó la oportunidad de leer una noticia que mostraba las estadísticas de cuanta gente cree en los espíritus en uno de los países, más grandes económicamente, más poblados y con mayores avances tecnológicos, los Estados Unidos de Norte américa. Desde luego que no son los únicos, los bolivianos y sobre todo los autóctonos, viven viendo visiones de fantasmas, incluso hubo alguien muy inteligente, que hablándoles les decía: “si no le hacen caso al jefe, el Sol se podría esconder y la Luna se podría ir y que los gringos vendrían a comerse a sus hijitos”.

 

Miguel Aramayo

SCZ.17-11-2017 El domingo hará un mes de la partida de mi hermana.

16 Nov

Arte y matrimonio

Se muy poco de arte (–Miguel, no seas mentiroso. – No sabes nada de arte). Después de esa aclaración de parte de mi conciencia, he quedado “achicolao” y quizá me cueste volver a retomar el tema elegido, pero como soy cuerodazo lo intentaré.

 

El cuadro “Salvator Mundi”, la única obra de arte de Leonardo Da Vinci, dio varias vueltas al mundo hasta que llegó a manos de Dmitry Rybolovlev, tras pagar la suma de 125 millones de dólares a Yves Bouvier, el marchante que se la vendió. Anoche (15 de noviembre de 2017), durante una subasta pública llevada adelante por Christie “s, el Salvator Mundi, una de las obras más increíbles redescubiertas en el siglo, fue vendida por una suma récord: 450 millones de dólares.

 

Esta noticia me pareció asombrosa, por el precio que pueda tener un cuadro, un cuadro de un barboncito, que aparentemente personifica a Jesucristo, con el cabello largo hasta debajo de los hombros, que termina en bluques y no en blondas, como en otros cuadros. Con una barba rala, como de un lampiño que se quedó mucho tiempo sin afeitarse, con un escote que da la impresión de que fuera una mujer. Digo que representa a Jesucristo, porque tiene levantada la mano derecha, con los dedos: pulgar, índice y del corazón, levantados en señal de bendición; en la otra mano doblada a la altura de la cintura, sostiene una esfera, que da la impresión de ser de cristal. Los colores son opacos con un fondo negro, pero el rostro y lo que se ve del pecho, muy iluminados, con lo cual resaltan sus rasgos, que no muestran ninguna dulzura.

 

Otra de las cosas que me llamó la atención es que el dueño del cuadro, el Sr. Dmitry Rybolovlev, quedó pringado con el tema de los famosos “Papeles de Panamá”, porque al divorciarse de su mujer, en mayo de 2014, el Juzgado de Primera Instancia de Ginebra lo condenó a pagarle alrededor de 4.500 millones de dólares a Elena Rybolovleva. Terminó llegando a un acuerdo y le pagó 650 millones de dólares, pero ahora que estalló el escándalo de los Panamá Papers, la historia se reabrió y todavía no se sabe en qué ira a terminar su truco de esconder millones disfrazados en obras de arte e inversiones de “compañías offshore”.

 

El ruso millonario, que conoció a su mujer mientras estudiaban medicina en la Facultad de Medicina de Perm; ocultó su riqueza en obras de arte, bajo la fachada de una empresa desconocida para Elena. Pinturas de: Picasso, Van Gogh, Monet y Degas, que son las que estaban entre los tesoros que ella jamás podría alcanzar, gracias a las maniobras fiscales que había logrado construir su ex marido.

 

Después de leer esa historia, me quedé pensando en el ruso millonario, en su pobre mujer y los comparé con la felicidad que tenemos los pobres, que no tenemos que esconder y que hemos logrado sobrepasar los cincuenta años de matrimonio, sin llegar a pensar en divorcio.

 

Miguel Aramayo

SCZ.16-11-2017

 

16 Nov

Un poema

Muchas veces me he puesto a pensar en el significado de un poema y todas las veces no he llegado a ninguna conclusión, porque los poemas son mucho más complicados, que sólo pensar en ellos. Un poema, mejor dicho, todos los poemas nacen del alma, nacen del corazón y por lo tanto no es necesario pensarlos, los poemas nacen solos, pero imprescindiblemente deben salir del alma, del corazón y hasta me animo a decir que los poemas son de “generación espontánea”.

 

Ahora, por ejemplo, cuando comencé a escribir, tenía la esperanza de poder escribir un poema, y me encuentro escribiendo cosas raras, cosas extrañas, queriendo justificar lo difícil que es escribir un poema. Eso sucede porque en este momento, mi cabeza está poseída de palabras, de ideas, de conceptos, pero exenta de sentimientos, sentimientos que podrían estructurar un poema.

 

Mi cerebro, en forma involuntaria, puede estar repitiendo versos de poemas escritos por mí, o escritos por otras personas, pero ese repetir inconsciente de palabras bonitas con sentido, coherentes, melodiosas, son simplemente la repetición de algo creado en otro momento, por mi o por otras personas, pero el repetirlas no traerá a mi mente una nueva composición. ¡NO!, únicamente es el eco de algo que sucedió, pero no es el impulso para que suceda algo.

 

Algunas veces las palabras son insuficientes para expresar los sentimientos, es más, estoy seguro que las palabras no expresan a cabalidad los sentimientos, mucho más expresivos pueden ser la vista, el tacto, incluso algunas veces el silencio dice mucho más que un montón de palabras y una lagrima o una sonrisa pueden ser extremadamente expresivos y mostrar en toda su magnitud nuestros sentimientos, o los sentimientos de los demás hacia nosotros.

 

Hasta aquí he expresado una cantidad de palabras, mejor dicho, he escrito un montón de palabras, palabras con muy poco sentido y sin nada cálido, en busca de una idea que pueda expresar mis sentimientos y me doy cuenta que en este momento estoy sin poder captar mis sentimientos, que podrían nacer de algunas de las ideas que he vertido en este papel. Y como el tiempo y mi paciencia se agotaron dejo todo este palabrerío, para hacer cualquier otra cosa que no sea perder el tiempo.

 

Miguel Aramayo

SCZ.16-11-2017