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¿Novela?, ¿ficción?

21 Jun

¿Novela?, ¿ficción?

 

Me dio curiosidad saber si existía alguna diferencia entre “novela” y “ficción” y recurrí al diccionario de la lengua española de “La Real Academia Española”  y encontré que al decir novela implícitamente se está diciendo ficción, porque lo que dice el diccionario es: “Novela .- Obra literaria en prosa en la que se narra una acción fingida en todo o en parte, y cuyo fin es causar placer estético a los lectores con la descripción o pintura de sucesos o lances interesantes, de caracteres, de pasiones y de costumbres. Hechos interesantes de la vida real que parecen ficción. Ficción o mentira en cualquier materia”.

 

Por consiguiente lo que está sucediendo es que alguien nos quiere contar una novela para distraer la realidad, y cumpliendo con la definición usan mucha prosa, pero además de mucha prosa, la escenifican dando a la novela el carácter de una “opera” o mejor dicho de una opereta. Nuevamente recurro al mismo diccionario y veo el significado de “opereta” y me encuentro sin mucha sorpresa, lo que transcribo a continuación: “Opereta.- Espectáculo musical de origen francés, especie de ópera de asunto frívolo y carácter alegre, con alguna parte declamada”. Además encuentro algo adicional a la explicación que dice: “Falso, afectado y ridículo”.

 

Con esas definiciones cualquiera podrá entender que el hecho “fortuito” del famoso fusil “Máuser” que según un experto (ver el diario “El Deber” de hoy sábado 21 de junio de 2008), es un arma modificada y usada para practicar el deporte de tiro, o para la casa de animales mayores, cuyo alcance no supera los quinientos metros y después de los cuales pierde precisión. Según el mismo periódico y datos de la policía, esa arma estaba siendo transportada por dos personas, enfundada en un estuche que dejaba percibir que se trataba de un fusil y que los tenedores la exhibían en el hombro de uno de ellos, por lo tanto no estaba escondida.

 

El hallazgo de los “magnicidas” se realizó a casi tres mil metros del ingreso al aeropuerto y para dar mayor emoción a la novela, a la ópera y, para se que parezca a hechos anteriores como el asesinato famoso de John Fidgeral Kennedy,  los magnicidas debían parapetarse en un edificio público y que mejor que “El Cine Center”, que se encuentra al frente de aeropuerto, pero que desde ese lugar hasta donde se situaría la victima existen algo más de mil trescientos metros, eso significa que el alcance del arma magnicida necesitaría el triple de impulso para llegar desde donde seria disparada hasta donde se ubicaría la victima.

 

El autor de la novelita, por suerte no come soya, porque “eso es alimento para chanchos” y por suerte no comió ese producto, porque quizá hubiera sido más ingenioso con mayor cantidad de vitaminas y lo narrado en “prosa” hubiera tenido más “ficción” y de esa manera no hubiera podido “causar placer estético a los lectores”, aunque lo narrado corresponde a “lances interesantes”, “de la vida real que parecen ficción”, y no una “especie de ópera de asunto frívolo”, o algo “falso afectado y ridículo”.

 

Lo cierto es que ese hecho narrado como novela, fue noticia de carácter internacional y en muchos informativos, surtieron el efecto buscado por el narrador, que con toda seguridad era eso lo que buscaba, porque así se baja el tono de otras cosas que no son ficción, sino hechos de la vida real que están afectando tremendamente la psiquis de la población boliviana y que disfrazan estos hechos reales ante la opinión pública mundial y embrutecen a la opinión pública nacional, la misma que por falta de información, de conocimientos, o de análisis, le creen al narrador y éste queda ufano, feliz, contento de haber logrado que su novela disperse el humo de los edificios quemados en Potosí por los mineros que comenzaron a volcarse de su corriente ideológica, del hambre generalizado de los pobres por la inflación y la falta de empleo y sobre todo para quitar el lustre que tendrá el triunfo de la autonomía en Tarija.

 

 

Miguel Aramayo

SCZ. 21-06-2008