Obsesión y manía
Saludos.
Miguel Aramayo
Alguien diagnosticó que una persona sufría de sueños obsesivos y de algunas manías que distorsionaban su personalidad y que por lo tanto él individuo estaba enfermo.
Me puse a pensar, ¿en qué consistían esos males o si en realidad eran dos dolencias independientes o eran una sola?, como consecuencia de algún trauma físico o psíquico, producido por deficiencias orgánicas o por influencias externas a la persona que sufría de ese o esos males.
Quise saber algo más y recurrí a leer algo de lo que opinaba Freud, esto únicamente por curiosidad, porque no estoy capacitado para incursionar en esos temas y podrían causarme una distorsión psicológica. Me propuse saciar mi curiosidad y de alguna manera mermar mi ignorancia sobre el tema.
¡Oh sorpresa! Al ver que ese médico (Sigmund Freud) iniciaba su estudio basado en los sueños, se presentó en mi memoria, que yo tengo un sueño en el que se repiten con total frecuencia los mismos personajes, lugares y situaciones, con lo cual descubrí que sufro de un trauma obsesivo, por suerte tengo la suficiente capacidad como para superar esa obsesión y que no se convierta en algo compulsivo.
No quise profundizar en el tema y me puse a pensar en la otra parte del trauma, las manías y por suerte descubrí tantas que van desde un simple tic nervioso, como el poner las manos o los pies en alguna postura o morderse las uñas, pero pueden ser tan graves como el que sufren algunas personas con respecto al sexo, lo que los puede convertir en seres peligrosos y con posibilidades de llegar a la delincuencia.
Cuento llegué a este punto de mis investigaciones, me dio miedo y preferí dejar esos temas, para gente con mayor capacidad intelectual y yo me dediqué a la lectura de novelitas intrascendentes, como: “La gran estafa” de John Crisham, o “CIVI” del español Arturo Pérez Reverte.
De todas maneras, sacié mi curiosidad y me propuse no pensar más en esos tópicos que rebasan mi capacidad y no me interesan.
Miguel Aramayo
SCZ.24-11-2019.