Para mis amigos historia de Ulises y Calipso
Como siempre leyendo y tratando de comprender la realidad. Cayó en mis manos un artículo que titula: ¿Cuál era la idea de felicidad de los aztecas y qué podemos aprender de ella? De BBC del 18-03-2019. Artículo algo largo e interesante, me mostró que los aztecas tenían una ética, filosofía y forma de pensar muy diferente a los griegos, además de muy adelantada para esa época. Incluso hubo muchos escritos que fueron quemados por los españoles, dejando en blanco lo mucho que sabían ellos y que pudo haber sido un gran aporte para el mundo.
Una vez concluida la lectura de los Aztecas, relacioné eso con algo que había leído en colegio, “La Odisea”, cuando el profesor de literatura y filosofía era el Hermano Enrique (Conde de las Moras, Duque de Aragón – más o menos 1961–62). Surgieron en mi memoria, que por suerte todavía la domino, personajes como la ninfa Calipso, que era hija del gigante Atlas y de Pléyone y que con Ulises procreó a dos hijos, Nausínoo y Nausítoo.
A continuación, les contaré algo de ese gran libro que con seguridad que les refrescaré la memoria: Ulises y sus compañeros salieron a navegar, pero un rayo les alcanzó y sólo él sobrevivió en la isla de Ogigia. Allí se encuentra con la ninfa Calipso, la misma que se enamora de Ulises. Lo retiene durante siete años, que a Ulises le parecen siete días, le ofrece la inmortalidad si se queda con ella; pero el héroe prefiere regresar a Ítaca, pese a disfrutar de amor, pasión y mucho más. Atenea intercede por su protector ante Zeus, que ordena a través de Hermes a Calipso, que libere a su prisionero, lo cual ella cumple con mucho dolor y reproches.
Lo que saco como conclusión de esta historia, es que no sólo el placer, la pasión, el amor y las promesas de inmortalidad valen para un hombre, para un hombre por más que sea héroe. Creo que existen cosas de mucho más valor, como la familia, tu casa, tu pueblo, tus amigos; por los que vale la pena dejar todo lo que aparenta ser lo mejor.
Los aztecas también pensaban que la felicidad plena no era el disfrutar de todo, que para poder ser feliz también debías sufrir, sufrir para conquistar lo que piensas que te hace feliz y sufrir para mantener lo que te hace feliz. En otras palabras, Ulises pensó como pensaban los aztecas y se separó de la ninfa Calipso, construyéndose un barco con la madera que le proporcionó y partir con las coordenadas que le dio para que regrese a su casa.
Estoy convencido que uno disfruta mucho más cuando lo que consigue le implica sacrificios, sufrimiento y por ese mismo hecho lo protege, lo defiende. No por el miedo de perder, porque quien sufrió una vez, puede sufrir muchas veces, porque se consigue mucho más entusiasmo al levantarse después de una caída, que no haber caído nunca y en un momento determinado caer sin poderse levantar por falta de coraje.
Según el licenciado en Psicología Santiago Bonomi «sin dudas, la posibilidad de vivir centrados en el presente permite estar más serenos, con menos ansiedad y, en definitiva, con mayor posibilidad de ser felices». Y si bien está claro que la felicidad es subjetiva y se sabe que más que un estado permanente se trata de «momentos», existen parámetros en común entre quienes aseguran haberla alcanzado. (Infobae 20/03/2019)
No debemos perder la esperanza de ser felices, porque con seguridad de sólo pensarlo ya lo somos.
Miguel Aramayo
SCZ.20-03-2019 Por el día mundial de la felicidad.