POBRE HOMBRE
Era una vez un muchacho,
Con la cabeza llena de ilusiones
Y el corazón limpio.
Trato de alcanzar las nubes,
Voló, voló hasta el cielo
Y como Dios es bueno,
Cumplió sus deseos.
Un día una pedrada paró su vuelo;
El pobre muchacho ya no era niño,
Era hombre, hombre con alma de niño.
La piedra golpeo tan fuerte,
Que el pobre hombre no quiso volar,
Agradeció a Dios por lo recibido
Y comenzó a planear en espera del final.
Miguel Aramayo