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Poemas y poesías

27 Dic

Poemas y poesías

Cuanto más escribo, más leo y quedo convencido de la pobreza que tengo en el lenguaje, pero al mismo tiempo me consuelo al leer los periódicos y escuchar los discursos, porque comparándome con esos personajes mi mediocridad es menor, con lo cual entiendo que está bien aplicado el dicho que expresa: “mal de muchos, consuelo de tontos”.

 

Lamentablemente el dicho popular no me satisface, ni me consuela, al contrario, me obliga a mejorar, para no quedar de tonto y creo que la única manera de mejorar la escasez de lenguaje, es leyendo más y poniendo mayor interés en lo que se absorbe de cada lectura. Desde luego que pretender llegar a los niveles de algunos personajes como Borges o de muchos escritores españoles de antaño, es mucho pretender.

 

Estoy leyendo a Arturo Pérez-Reverte, el libro que lleva por título SIDI, es una novela mezcla de historia y ficción. Desde la primera hoja encontré vocablos que los escuchaba por primera vez y recordé la entrevista que le hicieron la semana pasada en CNN en el programa de Camilo. En ese programa lo conocí personalmente y pude catalogar su sencillez, pero al mismo tiempo pude apreciar su forma de hablar, respondiendo lo que le consultaba el presentador, pero más que todo, lo que él expresaba libremente, respondiendo y complementando sus respuestas con ejemplos o razones.

 

Es muy agradable poder leer o escuchar a personajes que dominan el lenguaje y que no utilizan palabras rimbombantes, sino lenguaje preciso y terminología con sentido y significo correcto. Me gusta leer los poemas de Pablo Neruda y una poesía que dice: “para que tu no me oigas mis palabras se adelgazan a veces… Ahora quiero que digan lo que quiero decirte para que tú las oigas como quiero que me oigas.”. También me encanta escuchar las canciones de Ricardo Arjona, una en especial “Historia de taxi” que en una parte dice: “Para que describir lo que hicimos en la alfombra. Si basta con resumir que le bese hasta la sombra. Y un poco más”.

 

Algo que repito con frecuencia son los poemas de Jorge Luis Borges, uno de ellos dice: “Ya no seré feliz. Tal vez no importa. Hay tantas otras cosas en el mundo; un instante cualquiera es más profundo y diverso que el mar. La vida es corta y aunque las horas son tan largas, una oscura maravilla nos acecha, la muerte, ese otro mar, esa otra flecha que nos libra del sol y de la luna y del amor. La dicha que me diste y me quitaste debe ser borrada; lo que era todo tiene que ser nada. Sólo que me queda el goce de estar triste, esa vana costumbre que me inclina al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina”.

 

Hay tanto por leer, que el pretender aprender todo es una vana ilusión, pero pese al tiempo y a la proximidad del fin, es preciso continuar. Si Dios nos puso en este mundo debemos continuar hasta que Él quiera tenernos en su entorno, mientras tanto debemos continuar en la brega, procurando el máximo de perfección, aunque eso sea simplemente una quimera, hay muchos ejemplos de gente que llegó a la cúspide poco antes de partir a la eternidad y nosotros no tenemos por qué ser una excepción. Incluso hay gente que sin ver siguió leyendo y escribiendo, como es el caso de Borges.

 

Recomiendo no desanimarse ni de amar, ni de aprender, son temas que debemos tenerlos presente constantemente, porque quien no ama ni aprende está próximo al final y al olvido.

 

Miguel Aramayo

SCZ.29-11-2019