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¡Que miedo me da el miedo…!

16 Dic

¡Que miedo me da el miedo…!

¡Que pánico me da el pánico!, ¡que terror me da el terror! y, este suspenso en el que vivimos, pensando en que momento nos tocará a nosotros (por suerte estamos afuera), o a alguien muy próximo a nosotros (los oligarcas somos solamente cuatro familias, aunque compuestas por algo más de un millón de personas, en su mayoría todos cambas), por lo tanto siempre es posible tener a alguien muy cercano en la mira del MAS.

 

Alfred Hitchcock, quedó un “piojo tuerto” al lado del personaje que cree, mejor dicho, que está convencido, que la soja es alimento para chanchos. Él que se escalda cuando usa corbata y es él único del entorno palaciego, que no se dedicó a estrenar camisas, trajes y corbatas, él se siente feliz con su chompita  y su saquito. Se compra sus trajes en “la ropa usada”. Siempre está con el seño fruncido y, no es por asustar a nadie, es porque está estreñido, en el fondo (en el fondo del océano Pacifico) es bueno (buena mandarina).

 

Hace tres años que lo único que vemos son caras agrias, discursos agitando a las masas y algunos de los que hablan modulan como chupando las palabras, con terminología que en algunos casos, ni ellos mismos la deben entender y, menos su audiencia, en que la mayoría de las veces son masas que reciben una paga para estar presentes. Con esos discursos han logrado envenenar a un grupo de gente, que es la que los sigue, pero al otro grupo, a los “opositores” han logrado enfermar, enfermar de “pánico”.

 

Cuando los economistas analizan sus medidas económicas, quedan temblando, porque es muy fácil comprobar que cada medida es lanzada con el único objetivo de dañar, de destruir el aparato productivo y sobre todo deshacer, destruir todo, todo lo que con gran esfuerzo ha desarrollado en los últimos años, “el ingenioso y esforzado oriente” (la media luna).

 

Cuando los ingenieros analizan las medidas que toma ese gobierno sobre temas que corresponde a su profesión, también quedan temblando porque ven con sorpresa que quienes están elegidos por el MAS para esas tareas, no tienen la menor ni leve idea de que es el “teorema de Pitágoras” y nunca en su vida oyeron hablar de curvas logarítmicas, o exponenciales y,  menos de los análisis de sísmica y geodesia o de agricultura, para estos cargos los prefieren “maestros rurales”, “periodistas”, o simplemente “dirigentes sindicales”. Después de todo, para extraer gas, ellos creen que es tan fácil como “expelerlos”, incluso no saben que diferencia hay entre GLP, propano, butano o “flatulencias”.

 

Los pedagogos quedan temblando de terror y de ira, cuando ven al gobierno opinar sobre temas de educación, básica, media, intermedia o superior. Causa risa ver que instructores cubanos dicen haber erradicado totalmente el analfabetismo, de repente los ex analfabetos están ocupando cargos de importancia en la administración central y centralizadora, sin respetar a los que además de no ser analfabetos han cursado la universidad e, incluso tienen especialidades. He tenido la oportunidad de ver un ministro que no tenia ni la más leve idea de conjugar un verbo y menos en pretérito pluscuamperfecto.

 

Donde el miedo es mayor es cuando el gobierno y sus autoridades opinan sobre leyes, sobre justicia y encuentra que la “justicia comunitaria” es valida y debe ser implantada, siendo que ésta, hasta ahora lo único que demostró es barbarie, retroceso no solo en el tiempo sino en la civilidad. Ver que la máxima autoridad de justicia no tienen idea de ningún código, incluso oído expresar al Presidente que la ley se pude ir formando al andar y, a simple solicitud de él, que para acomodarla están los profesionales que tiene a sus ordenes.

 

No creen que todo lo expresado en esta simple hojita sea para aterrar a cualquier persona, que se imagine que lo dicho sea verdad y no una mentira para ahuyentar a los turistas, o menospreciar a los gobernantes. No se dónde vamos, ni cómo vamos, pero si estamos viendo a dónde el Sr. Chávez ¡ordeno…! a “su indio” y, sus seguidores  que nos lleven y, para eso están haciendo todos los esfuerzos, para lograr este pedido, esta solicitud, esta instrucción, esta ¡orden! Y el camino más fácil es haciendo imperar el miedo, el terror, el pánico, el simple y vulgar autoritarismo.

 

 

 

Luis Alviña