Queriendo decir algo, algo que no puedo.

Me gustaría expresar mis sentimientos con palabras y no con sentimientos, pero es tan pobre mi vocabulario, es tan escaso mi cocimiento, ¡que me enervo!, ¡sufro!, ¡suspiro…! y las pocas palabras que tengo van plasmando lo que siento, pero no con la fuerza que pretendo esconder en mi pecho, en mi corazón, en mi conciencia y no me resigno a que lo que siento se quede en mí.

Amo la vida, amo el amor, pero soy tan chiquito, tan pobre, que no logró expresar lo que siento, que si pudiera dibujarlo sería un gran cuadro (El entierro del Conde de Orgaz del Greco). Si supiera cantarlo sería una ópera (Carmen de Georges Bizet), si pudiera esculpirlo haría la más bella estatua (La Piedad de Miguel Angel Buonarroti). Si supiera componer música, haría la más grande sinfonía (La sinfonía No. 3, La Heroica de Beethoven).

Mi escasez de palabras, mi incapacidad para armar un poema, hace que se quede trunca mi intención y sólo pudo decir cuánto amo, cuanto quiero esta vida que vivo y todo lo que me rodea, todo lo que es mi entorno, y ¡pienso en mí!, y ¡pienso en Dios!, y ¡pienso en mi madre!, y ¡pienso en mis hijos!, y ¡pienso en vos…!

Algún día podré expresarme mejor y coordinar plasmando un escrito. Texto que lo puedan entender todos y no sólo yo. Por ahora quiero decir: Quiero, quiero más y aunque sea poquito, quiero que parezca más, ¡mucho más!, más que lo que mi pobre lenguaje y escasos conocimientos me permiten expresar.

Miguel Aramayo

SCZ. 08-05-2014