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Recuerdos, bellos recuerdos

4 Mar

Recuerdos, bellos recuerdos

Recuerdos, bellos recuerdos

 

En mis sueños se presenta la mujer que ame y cómo serán mis ansias que la veo con tanta nitidez que incluso mis manos al acariciarla sienten sus formas y capto la calidez y tersura de su piel y cuando mis labios rosan los de ella percibo que mi cuerpo entra en ebullición.

 

Son tantos y tan bellos los momentos que construimos al principio de nuestra relación, que me imagino que ella también debe recordar, pero quizá se le olvidaron, porque no fueron lo mismo que sentí yo y a ella se le borraron porque no eran más que simplemente sensaciones momentáneas. 

 

Todo lo vivido, para mí fue maravilloso, y no me arrepiento absolutamente de nada, ni siquiera de los momentos tristes y traumáticos, porque incluso esos acontecimientos, me hicieron ver que, mi amor era verdadero, sin mentiras ni recuerdos anteriores que pudieran sobreponerse a lo que sentía y a lo que siento, o que pudieran ser comparados con otras circunstancias similares o semejantes.

 

Debo dar gracias a Dios y se las doy permanentemente, porque me permitió ser feliz, y me probó con adversidades de acontecimientos anteriores, los mismos que no pueden ser borrados, porque sucedieron. El tiempo hizo que después tuviera el premio merecido del que disfruto actualmente, porque logré alcanzar las metas de todo lo que me propuse y creo haber recibido mucho más de lo que me merecía.

 

Lo que vivo en la actualidad, si no es un jardín de bellas flores, es el resultado de mis actuaciones anteriores que desencadenaron en lo que sembré con: la obsesión que manejé algunas cosas, las mentiras frecuentes, los engaños, la manía excesiva y el alejamiento paulatino. Alejamiento que se convirtió en mi forma de ser, mostrando un total desapego, principalmente para poder hacer lo que me solicitaban. Algo que al principio resultó muy difícil, por más que hacia los esfuerzos necesarios para alcanzar esa situación, pero me propuse con ahínco hasta que creo haberlo logrado.

 

El mandato de Dios es diferente y tuve que ir en contra de eso, porque era algo que se me requería con insistencia. Me costó mucho y creo haberlo logrado, aunque es como una espina que me duele en la parte más sensible de mi ser, porque en la realidad soy todo lo contrario de mi forma de actuar actualmente y hago todo lo posible para pasar por alto esa situación, porque pienso haber complacido ese requerimiento, aunque me haga daño.

 

Mi actitud actual me daña, pero ya estoy acostumbrándome a soportar, algunas veces pienso ¿cómo se sentirá ella? Porque esa era su meta, que yo permanezca a su lado olvidándome de todo lo que le molestaba, la lastimaba y que le producía repulsión, porque iba en contra de sus principios y a lo que la influenció su entorno y sus creencias.

 

El tiempo que me queda sé que es poco, pero también no necesito más, para contemplar el pasado y disfrutar lo logrado, deseando que mi ejemplo sirva y me recuerden como lo bueno que pretendí ser en toda mi existencia y por la que me siento ampliamente premiado. 

 

Miguel Aramayo 

SCZ.26-12-2022