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Siguiendo el monologo

20 May

Siguiendo el monologo

–¿Cómo te despertaste hoy?

 

–Siempre que estoy concentrado en mi soledad, me despierto muy bien, especialmente si tuve una noche tranquila. Desde hace mucho, mi vida es muy tranquila, con muy pocos altibajos, los mismos que se deben a estados de ánimo, y no a efectos externos.

 

–Por casualidad leí algo que me gusto: La soledad es peligrosa, es adictiva. Una vez que te das cuenta de cuánta paz hay en ella, no quieres lidiar con la gente. “Carl Gustav Jung” – Médico psiquiatra y ensayista, sus contribuciones al análisis de los sueños fueron extensas y altamente influyentes. También incursionó en otros campos de las humanidades, desde el estudio comparativo de las religiones, la filosofía y la sociología hasta la crítica del arte y la literatura.

 

–Como veras me interesé en averiguar quién era el Sr. “Carl Gustav Jung” y quedé realmente sorprendido porque es un médico del calibre de Sigmund Freud. Incluso a ambos en una oportunidad les dieron el título de Doctor honoris causa. Los dos opinaron con mucha seriedad sobre el tema de la soledad, porque al estar en contacto directo con enfermos mentales vieron que estos vivían más tiempo en soledad, pese a estar rodeados de personas de diferentes características, desde sus colegas, los médicos, las enfermeras y los visitantes a los centros de salud (manicomios).

 

–Pienso que existe una diferencia entre estar solo y sentirse solo. Creo que es un estado de ánimo o un sentimiento de separación, aislamiento de los demás. La palabra hebrea traducida “desolado” o “solo” en el Antiguo Testamento, significa “único”, “solo uno”; “uno que es solitario”, “abandonado”, incluso: “miserable”. Y es que, según las escrituras, no hay tristeza más profunda que en algún momento venga a la mente la idea de que estamos “solos” en el mundo, que no tenemos un amigo, que no le importamos a nadie, que nadie se preocupa por lo que nos pudiera ocurrir, o que a nadie le importaría si llegáramos a dejar de existir.

 

–Cuando pienso en la soledad, nunca se me ocurrió pensar en estar abandonado, al contrario, en ese estado de ánimo siento que puedo elegir, con quién estar, dónde estar y cómo estar y eso no me produce una sensación que borra la soledad. 

 

–Leyendo el Génesis, se ve que Dios se apena de la soledad del hombre y le crea una compañía, Eva, pero también en los mismos escritos se ve que El Creador se resiente cuando no le obedecen y comen del árbol prohibido y los expulsa del Jardín del Edén. Nuevamente el hombre siente soledad. He leído que en el Nuevo Testamente no se usa la palabra “solo”, para expresar un estado de ánimo, pero si para aproximarse al Altísimo, “A menudo Jesús se retiraba a lugares donde podía estar solo para orar”. (Lucas 5:16). 

 

–Realmente es muy complejo el poder definir la soledad y quizá sea similar como querer definir la belleza observando un cuadro de Picasso y comparar con uno de Velasquez. El antiguo testamento dice: Isaías 58:11 «Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.»

 

–En otras lecturas encontré opiniones divergentes como: La soledad durante períodos más largos puede afectar al individuo y suele ser percibida como desagradable, causando depresión, aislamiento y reclusión, dando como resultado una incapacidad de establecer relaciones con los demás. Pero los monjes, por ejemplo, la ven como una forma de iluminación espiritual. También hay filósofos que, además de recomendar llevar una vida tranquila y solitaria, ven a la soledad como una forma de alcanzar la excelencia. Ejemplo de ello es Arthur Schopenhauer, filósofo alemán que sostenía que “la soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes.” Hay psicólogos y psiquiatras que recomiendan aprovechar y disfrutar de los ratos de soledad, debido a que “nos permite descubrirnos y darnos cuenta de quiénes somos y qué queremos.” 

 

–Creo que por ahora es suficiente de meditaciones y me quedo con lo que dijo “Carl Gustav Jung” e “Isaías 58:11”.

 

Miguel Aramayo

SCZ.11-03-2021