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Solo sueños

19 May

Solo sueños

Alguien soñaba, pero sus sueños se hacían difusos, mejor dicho, sus sueños se borraban de su mente, una vez soñados. Pero quién en su vigilia, observaba a quién soñaba, puede asegurar, que la persona observada soñaba de verdad. Porque el soñador, además del sueño que tenía, dejaba traslucir movimientos y palabras, que después el soñador no recordaba. El soñador, no recordaba, que sus manos buscaban botones, botones de una supuesta camisa. Mientras tanto decía el nombre de la persona con la que soñaba, que era la misma persona a quien quería desprender los botones. Después no recordaba nada de eso, tampoco rememoraba que después decía: ¡no…!, ¡no…! Y nuevamente repetía el nombre de la persona que la acompañaba en sus sueños, la misma persona propietaria de los botones.

 

Después, quien soñaba, volvía todo a la normalidad, mostrando la continuación de un descanso reparador. Quien observaba la escena de los sueños, las palabras y los movimientos queriendo desprender botones, quedaba con el recuerdo de lo que vio manipular y recordaba el nombre y las expresiones de negación. Con esos recuerdos se le aparecían fantasmas que lo atormentaban, pero por suerte, como no era el propietario del sueño dejaba que todo lo visto y escuchado se borre de su mente o quede relegado a un segundo plano. Después de todo, no era algo que le afecte y atormente, porque no era la primera vez que experimentaba esa situación, ya había tenido una vez anterior.

 

Para borrar todas esas imágenes que lo afectaban momentáneamente recordó un poema que escucho en alguna oportunidad, que dice:

 

Mi tristeza, mi alegría, mi incredulidad, mi fe. Mi pobre melancolía, por la que me salvaré. Dime tú niña mía, que después te cambiaré por una niña más fría, para cambiarla después. ¡Me muero porque me quieran…!, pero nunca lo diré. ¡Y después de todo qué! ¿Morir para que me quieran? ¿Qué me quieran para qué? Aquel gran amor de un día volverá y yo no estaré. Y después de todo, ¿Qué…? ¡Aquel pobre amor de un día…!

 

La vida tiene un curso que seguir y los sueños, sueños son. Los sueños, algunas veces te hacen vivir y retrotraerte cosas agradables que sucedieron en tu existencia, pero otras son simples fantasías, fantasías que tu mente quiere recrear y por lo tanto, uno no le debe dar mucha importancia. Estoy seguro que los sueños son lindos y necesarios para poder seguir viviendo, porque la vida no siempre tiene bellos momentos y los sueños amenizan nuestra existencia.

 

Miguel Aramayo

SCZ.12-09-2020