Temas científicos
Como soy curioso, entrometido y me encanta leer, siempre caen a mis manos temas que me entusiasman y me invitan a escribir, porque: La lectura de cualquier tema culturiza, amplia los conocimientos y abre nuevas perspectivas, además esa mi afición me permite compartir con mis parientes y amigos a quienes transfiero conocimientos. De hace mucho tiempo cuando me toca hablar de temas de genética se me ocurren dos cosas, primero que soy un convencido de la transmisión hereditaria, transfiere una cantidad de características de padres a hijos. Incluso existe un refrán que dice: “De tal palo tal astilla”, o “hijo de pez pececillo es”.
Expreso que algo muy notorio es la comparación que hago de los humanos con los caballos; los tipos que son aficionados a las carreras de caballos, (como dicen en Argentina: “los aficionados a los burros”) no apuestan al azar, ellos “juegan a la fija”, estudian la genealogía de los animales que participan en cada carrera y eligen el animal que tiene una genética de campeones. Pienso que en los humanos sucede algo similar y algo que es muy notorio en los humanos es la afición por el canto, existe una alta tendencia de familia que se destaca por esa habilidad. Inclusive que eso es un don de pueblos, porque uno llega a lugares como Tarija o el Norte de Argentina y sale una guitarra y son varios los que la comparten, es lo mismo que en España, en Sevilla todos saben bailar y hacer musica con las palmas, o los morenos (oscuros) que son aficionados por los instrumentos de percusión.
Desde luego que la genética juega un papel muy importante en los animales y también en los humanos, pero también juega en gran medida el medio ambiente donde se desarrollan los humanos y los animales y cuando digo “medio ambiente”, me refiero al lugar geográfico; porque un equino de pedigrí con ancestros ganadores en carreras importantes, si se lo traslada de las cuadras en Buckingham a que se crie a tres mil metros de altura y que no tenga un buen entrenador, con seguridad que en una carrera hará quedar mal a sus abuelos y a sus padres. Por similitud, en mi forma de pensar, me imagino que pasa lo mismo con los humanos.
Leí en el periódico “La Vanguardia”, que existen dos tipos de inteligencia, la inteligencia fluida y la inteligencia cristalizada. En los últimos años, el ADN pierde puntos frente al entorno en el que crecemos. Los genes son la base sobre la que se acomodan las impresiones que el marco social deja en nosotros. José Antonio Portellano, neuropsicólogo y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, dice: Por inteligencia fluida se entiende la inteligencia base, de nacimiento. La inteligencia cristalizada es fruto del aprendizaje y de la experiencia. “No son excluyentes”, asegura el especialista. Sostiene, que “la inteligencia es lo más antidemocrático que existe”. Una persona que nace y crece en un entorno estimulante mejorará su inteligencia cristalizada. Y otra que, con la misma inteligencia fluida, se desarrolla en un ambiente carente de incentivos se quedará rezagada.
Desde luego que, con estudios, entrenamiento, práctica y sobre todo constancia, estoy seguro que se puede acrecentar la inteligencia y eso es lo que vemos con la gente que entra a la universidad y una vez que concluyó su carrera, se perfecciona y si practica, con el tiempo incrementa su capacidad cognitiva.
Por lo tanto, no debemos desanimarnos. Está en nosotros el poder ser más inteligentes, claro que existe algo adicional y que no me lo invente yo, una cosa es ser inteligente y otra diferente es ser “vivo”, porque puede haber individuos muy instruidos y que son totalmente “mal educados” y lo contrario. También hay tipos que no son instruidos pero que tiene velocidad en captar las cosas y tener respuesta acertadas a flor de labios.
Miguel Aramayo
SCZ.31-07-2018