Tía Blanca
Acabo de recibir una noticia que llegó a mi corazón, como si fuera un golpe. Es tanto lo que quería a tía Blanca y por mi ingratitud y el estado en que vivimos, que
no fui a visitarla, aunque siempre la tenía en mis pensamientos como una obsesión. Constantemente la recordaba, pero cuando digo eso, aseguro que era todos días.
Seguro que ahora está en el cielo y podrá juntarse con su madre, tía Elvira y con su abuela, Clementina y sus tíos, hermanos de su madre: Emanuel, José y Carlos, también
con sus hermanas Violeta, Martha y su esposo Mario.
Ahora cuando la recuerde tendré el peso de mi ingratitud y recién cuando nos juntemos podré disculparme.
Miguel Aramayo
SCZ.22-01-2022