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Así soy yo

4 Mar

Así soy yo

Así soy yo

 

Cada uno es artífice de su propio destino, pero como la naturaleza humana siempre busca pretexto y culpables, el que echa sus males a otro descansa. Cada persona es un mundo y cada mundo es diferente y único, ni en los gemelos se puede alegar similitud en lo que corresponde a su interior, porque existen muchos factores externos que nos condición de una u otra manera y no solo son los genes los que determinan la similitudes o diferencias entre las personas. Cuando nos observamos u observamos a quienes nos rodean, podemos tener apreciaciones erradas, porque, todo es según el color del cristal con que se mira.

 

Algunos se quejan de su suerte sin recordar que: amor con amor se paga. Y lo mejor es pensar cómo reacciona uno a los hechos de los demás, porque a ningún tonto le amarga un dulce. Cuando uno quiere librarse de culpas es fácil, porque el cojo le echa la culpa al empedrado, sin darse cuenta de que bien predica fray ejemplo, sin alborotar el templo. No se puede decir, que uno para disimular lo que le sucede muestra felicidad y desinterés, porque se piensa que, quien canta, espanta sus males.

 

Haciendo un análisis retrospectivo, como si fuera un examen de conciencia y preparándome para no omitir culpas en una confesión con la seguridad de que, lo que mal comienza, mal acaba, por más de pensar con benevolencia que, a mal tiempo, buena cara. Seguro de tomar esa decisión para mostrar que, obras son amores y no buenas razones. El tiempo ha transcurrido casi hasta el punto de agotarse ahora no se puede hacer más que lamentarse o, trancar el corral cuando el burro está muerto.

 

Todas, absolutamente todas las culpas son mías, lamentablemente me doy cuenta de eso cuando ya no hay remedio y el dicho de que, el tiempo todo lo cura, no se aplica para mi omisión, descuido o negligencia, lo que me queda es pedir perdón por el daño ocasionado y para mí no queda más remedio. Como decía José Hernández (Martín Fierro): El tiempo solo es tardanza de lo que está por venir. No tuvo nunca principio ni jamás acabará, Porque el tiempo es una rueda, Y rueda es la eternidá; Y si el hombre lo divide, sólo lo hace, en mi sentir, por saber lo que ha vivido o le resta que vivir.

 

Lo que expreso en este escrito no es para disculparme ante los demás, al contrario, es simplemente para inculparme por las fallas cometidas y porque el tiempo se acaba y además para mostrar que: Más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena. Además, reflexionando que lo transcurrido es tan largo que, el tiempo restante no es suficiente para enmendar lo realizado y sobre todo y decir: Mas vale llegar a tiempo que mal acompañado.

 

Migue Aramayo

SCZ.25-01-2024