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Caminando por el barrio latino en Paris

7 Dic

Caminando por el barrio latino en Paris

Estoy solo y triste, por suerte cuando estoy así puedo estar donde quiero y acompañado por quien quiero, pero hoy, no quiero estar nada más que con mi soledad y caminar por las calles de Paris, sentarme en sus plazas a observar la gente pasar, sentir el perfume de las flores en sus jardines, apreciar el arte de sus museos y observar la grandiosidad de sus iglesias y palacios, para poder saciar mi soledad y complacerme con la compañía del mundo a mi alrededor, además que esto hará que mi tristeza se disipe e incluso se disuelva en la brisa del ambiente que me rodea, junto con la fragancia de la vegetación que alaga mis sentidos.

 

El Barrio Latino está en el margen izquierdo del rio, próximo a las Tullerías, en torno a la abadía de Childeberto, que pertenece a la orden de los benedictinos y ahora se llama Saint German Des Prés. Estuve caminando por las calles del barrio, apreciando las vidrieras y pasando muy lentamente por los lugares donde están las mesas en la vereda, por esos lugares no queda más que caminar por la calzada, por suerte casi no existe tráfico vehicular. Algunas calles son tan angostitas que no pasan vehículos. Me llamó la atención un portal decorado con cerámica y que en el dintel mostraba el número 7, la puerta de un aspecto muy antiguo y de fina madera.

 

Frente a la iglesia se sitúan los cafés más famosos de París, como: Café des Deux Magots, Café de Flore, que eran los preferido de intelectuales como Sartre, Simone de Beauvoir y otros, después de la segunda Guerra Mundial. Aproveché de sentarme en el Café de Flore, en una mesa que estaba colindante con el hotel. Me tomé un vermouth, mientras picaba una tablita de quesos y fiambres. Permanecí sentado un buen rato observando a la gente, sus gestos, sus ademanes, su vestimenta. En su mayoría daba la impresión que eran turistas, todos vestidos de una forma muy informal y todos caminando como si fueran dueños del tiempo.

 

El punto de referencia del Barrio Latino es la Place de Saint Michel, con la estatua de bronce dedicada a ese Arcángel, dominando al dragón. Este barrio, antes llamado Montagne Sainte Genevieve, en honor a la patrona de París, cambio de nombre porque en la universidad hasta el siglo XVIII se habló en latín. La Sorbonne, fundada el 1257, que su fundador, Robert de Sorbonne, la creó como una escuela donde estudien sus alumnos pobres, que luego de adquirir fama, el cardenal Richelieu la convirtió en universidad, el año 1626. El bulevar Saint Michel es muy concurrido y de alto tráfico vehicular, porque pasan muchos ómnibus del servicio público.

 

Después de la picadita, me tomé un agua mineral con gas y me dirigí al Museo Cluny, situado en la plaza Paul Painlevé. Las exposiciones del museo están compuestas por una enorme variedad de objetos antiguos entre los que destacan las colecciones de tapices, marfiles y esculturas. Allí permanecí hasta que me cansé de ver cosas medievales. La entrada me costó 8 euros.

 

Como yo también era dueño de mi tiempo y de mi soledad, quise premiarme visitando el palacio y los Jardines de Luxemburgo, donde me quedé a aspirar la fragancia de las flores y disfrutar de lo precioso del parque. Ese palacio actualmente, es la sede del Senado francés y sus jardines abiertos al público, son considerados los más hermosos de la ciudad. Estos jardines se deben a un antojo de María de Médicis, añorando su querida Toscana, decidió comprar esos terrenos y edificar su palacio, como si estuviera en Italia. Está rodeado de una gran arboleda que lo aísla o separa de las construcciones de la ciudad y por lo tanto el aire que se respira tiene una fragancia especial, un aroma de aire puro y perfume de flores, que exaltan los sentimientos y te proporcionan paz.

 

Después de ese largo paseo, retorné a mi departamento, para darme un baño y echarme a dormir mirando en la televisión una película de Netflix. Ya no estaba triste, aunque continuaba solo, pero eso no me aflige, hace mucho que esa es mi forma de vivir, aunque me rodea un montón de gente y estoy en contacto via internet con muchos amigos. Cuando quiero me conecto al mundo, como si no hubiera pasado nada y retorno a la realidad cotidiana.

 

Miguel Aramayo

SCZ.07-12-2016