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¿El amor es una molécula?

26 Dic

¿El amor es una molécula?

Creo que debe ser uno de los temas más complejos que podría encarar la ciencia, porque si bien es cierto que intervienen algunas partes de nuestro cerebro, existe algo que es subjetivo, que no depende del accionar de nuestro cerebro, sino de factores externos, lo cual lo hace mucho más complejo.

 

En mi poco entender y mi gran deseo por conocer y tratar de encontrar respuestas coherentes, algunas veces (la mayoría de las vece) opino como si supiera y es simplemente que me gusta leer sobre el tema y al analizar pretendo introducir mi razonamiento “lógico”, que puede estar totalmente errado, pero ese error se debe a lecturas que cayeron en mis manos y que me influenciaron. Precisamente lo que continua lo leí del Dr. Jorge Eduardo Lapman (Director del Sanatorio Modelo de Caseros) y lo comparto con ustedes porque lo encontré muy instructivo y fácil de entender.

 

Pienso que el amor tiene una gran influencia del sistema límbico, de la producción de hormonas y por lo tanto el órgano de nuestro cuerpo que tienen mucho que ver en el amor, no es corazón, sino el cerebro y sobre todo el tálamo, el hipotálamo y la amígdala. Dada la gama de sensaciones que involucra el fenómeno del amor, no cabe pensar que exista «la molécula del amor»; sin embargo, sí hay sustancias íntimamente ligadas a los estados emocionales que se presentan en el amor romántico y en la conducta maternal, además de ser fundamentales en el establecimiento de los lazos afectivos entre los individuos.

 

Las sustancias son algunas hormonas como la vasopresina y la oxitoxina, neurotransmisores (moléculas encargadas de la comunicación entre las neuronas) como la dopamina y la serotonina, y los opiáceos endógenos -moléculas producidas en nuestro cerebro, relacionadas con las sensaciones de placer y la disminución del dolor- como las endorfinas y las encefalinas.

 

La vasopresina, también llamada hormona antidiurética, participa en la regulación del contenido de agua de nuestro cuerpo, mientras que la oxitoxina es esencial para el trabajo de parto y la lactancia. Además de estas funciones, se ha encontrado que ambas participan en el despliegue de conductas sociales, el establecimiento y el mantenimiento de los lazos entre la madre y su cría, y entre las parejas.

 

En el caso de la serotonina, la dopamina y las encefalinas, se sabe que participan en la generación y reforzamiento de muchas de las emociones que se presentan durante las relaciones amorosas a través de su acción en las estructuras cerebrales relacionadas con el placer y las sensaciones de recompensa. Se sabe que estos mensajeros químicos pueden regular la producción y los efectos de la oxitoxina y la vasopresina. 

 

Si existen moléculas involucradas en el amor, entonces ¿podríamos elaborar pociones de amor o tener la cura para el mal de amores? Lamentablemente no existe poción mágica o píldora mágica que contenga dosis de amor. Es necesario también recordar que la oxitoxina, la vasopresina y demás moléculas mencionadas, participan en la regulación de muchas funciones y no solamente en el mantenimiento de los lazos sentimentales, por lo que su administración puede llegar a tener efectos colaterales importantes en nuestro organismo.

 

En los últimos años, varios grupos de psicólogos han descubierto que entre los ingredientes que dan mayor solidez a una relación de pareja, por un tiempo considerable, son: la comunicación, el compromiso, la confianza, la intimidad y la celebración de los momentos importantes para uno de los miembros de la misma, más que el apoyo en situaciones desfavorables. De manera que, si uno quiere permanecer con su pareja, no hay que dudar en festejar con ella los momentos felices.

 

Miguel Aramayo

SCZ.07-12-2017