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El amor y el odio

29 Dic

El amor y el odio

La pobreza al igual que la borrachera son condiciones humanas pasajeras. Trabajando y aportando esfuerzo, uno puede progresar y salir de la pobreza y eso se llama ¡avanzar! La borrachera se pasa no bebiendo y durmiendo para descansar hasta que el cuerpo elimine el alcohol dañino y retorna el cuerpo y la mente, aunque con malestar, a su forma habitual, por lo tanto esa situación también es pasajera. La fealdad en cambio (no como algo estético) es una condición permanente. Si uno es feo se debe resignar a permanecer así, podrá comprarse joyas, cambiarse de vestimenta en forma permanente, como lo hacen algunas personas que conozco, incluso podrán hacerse cirugías, pero seguirán igual, o quizás cambiarán, pero existe un refrán popular que dice: “La mona aunque se vista de seda, ¡mona!…, ¡mona!, se queda”.

 

Creo que la gente que es buena, sea de donde sea, sea ¡oligarca!, u ¡originaria!, seguirá siendo buena. Para eso solo se necesita de un Dios que te ampare y de quien respetes su doctrina y cumplas sus mandamientos Él te fijará tu horizonte. Unos hijos (HIJOS) y una familia que te de cariño, ¡cariño!, que alimentará el motor que te llevará adelante, hacia el progreso. Tener una esposa, ¡sobre todo eso!…, una esposa que te de amor, ¡amor!, que puedas compartir con todos los que te rodean y son tuyos. Tener amigos, que te den ánimo, coraje, que también es el combustible para seguir adelante. Tener buenos vecinos con los cuales podrás soportar los infortunios y tener compatriotas, que con tus mismos ideales puedan todos progresar, porque ser pobres y estar borrachos es una condición pasajera.

 

En cambio ser feo, odiador, mentiroso, acomplejado, con complejo de inferioridad, querer retroceder quinientos años, es algo que no hará bien a nadie, ni a quienes inventan o copian ese montón de estupideces, ni a las personas que se dejan influenciar por esas mentiras. “La mentira tiene patas cortas”. La Fealdad es una condición permanente, que se acrecienta si es cultivada con un complejo de inferioridad y si además quieres retroceder quinientos años, nada bueno aportará, ni para esos cuantos que quieren aprovecharse de todos, ni para todos los que se están dejando maniobrar por esos cuantos.

 

Una ves leí en “Martin Fierro de José Hernandez” que hay dos cosas que se pierden y no se vuelven a encontrar, el tiempo y la vergüenza. Querer retroceder quinientos años es imposible, ni con la máquina del tiempo de las novelitas de ciencia ficción, además de que es imposible, el tiempo pasado ¡pasó! y ¡pasó!, nada lo hará regresar, además la humanidad avanza y hacer lo contrario es ir en contra de lo natural. Y si perdemos la vergüenza mintiendo, engañando, avasallando, continuaremos por ese camino que solo nos llevará hacia una auto destrucción, porque “no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”.

 

Si no tienes esposa, si no tienes hijos, serás libre y podrás hacer las maldades inimaginables (tienes el ejemplo de Hitler y de muchos otros tiranos) y si además tienes odio porque te sientes inferior y quieres vengarte de algo que no te hicieron, sino que presientes que te hicieron, y si todo eso malo se incrementa con la locura de retroceder quinientos años para vengarte de esos que te dañaron en ese entonces, que ya ahora no existen, ni siquiera en España, te conviertes en un egoísta que solo quieres el mal incluso para los tuyos, tus originarios.

 

El amor construye, el amor procrea, el amor crea, el amor es la fuerza que nos lleva hacia adelante, el amor es Dios, el amor es la familia, el amor son los amigos, el amor son los compatriotas, ¡el amor es todo!

 

El odio destruye, el odio envilece, el odio mata, el odio es malo, el odio es el demonio, ¡el odio es la nada!

 

Feliz año nuevo, para todos mis amigos con la bendición de Dios y con el apoyo de nuestros gobernantes…

 

 

Miguel Aramayo

SCZ-29-12-2006