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El Matrimonio de Alejandro

17 Abr

El Matrimonio de Alejandro

El Flaco Avayu viajó desde Teherán hasta Santa Cruz para casarse, ¡lo que puede el amor! Después de una corta luna de miel, retornará a una porción del planeta que estuvo plagada de Misires, Emires, Jeques, de Genios, como el de la lámpara de Aladino y también ladrones, como AliBabá y sus cuarenta compañeros, con puertas que se abren a un simple conjuro como: “Ábrete sésamo”, y de encantos relatados por Sherezade en las “Mil y una noches”, o en cálculos matemáticos como los de Beramiz, en el “Hombre que Calculaba.”

 

Estoy seguro que la vida del Flaco en compañía de Judith será como uno de esos cuentos de las mil y una noches, y tendrán su genio sin necesidad de frotar la lámpara maravillosa, y todo será no gracias al Señor de los anillos, sino a los anillos, los anillos del matrimonio. Tendrán que trabajar mucho en un mundo adverso y no estarán rodeados de Jeques y Emires que los colaboren, al contrario tendrán que moverse con cuidado y estar pendientes de lo que imponen las autoridades y las normas de seguridad de la compañía, ¡pero por suerte el amor lo puede todo!

 

De esa unión, con seguridad saldrán los vástagos que alegrarán sus existencias, pero esos chicos, si nacen allí serán de allí auque sus padres no. Cómo es la vida quizás los ancestros del Flaco soñaron eso alguna vez y montaron en una alfombra y fueron a parar en Buenos Aires y ahora el Flaco que es “porteño e hincha de River”, le escondieron la alfombra y tuvo que regresar en jet, desde luego que en primera clase.

 

El tiempo pasa volando como pasan volando las alfombras y el tiempo, y los genios suelen convertir en realidad las ilusiones, pero por ahora la ilusión que tienen el Flaco es casarse y solamente faltan dos horas para que eso suceda, los meses se escurrieron de nuestras manos, porque auque no me crean, yo también colaboré para que Alejandro se case y espero que esa unión sea para él como llegar a la cueva de Ali y disfrute de todas esas riquezas.

 

Que cuando regrese para quedarse con nosotros lo haga montado en un elefante blanco con unas zapatillas de ceda y un colán de tafetán con un turbante que al desenredarse muestra su ondulada cabellera y sobre todo con una cuenta bancaria en NY que le permita disfrutar de nosotros y su prole que estará en otro elefante con Judith.

 

Espero que este cuento sea uno más de los de las mil y una noche, por lo menos eso lo sueño, eso lo presiento y eso es lo que deseo con vehemencia.

 

 

Miguel Aramayo

SCZ 17-12-2005