info@miguelaramayo.com

¿He madurado?

16 Abr

¿He madurado?

Mientras escuchaba a Armando Manzanero, me puse a pensar, si en términos de sentimentalismo, había madurado. Me dio mucha pena observar que me estanqué, sigo siendo el mismo tipo sentimental de cuando tenía veinte años, todavía sigo creyendo en la pureza del amor y todavía pienso y siento, que un beso me puede elevar del suelo y creo que uno pude amar eternamente.

 

Casi todas las canciones de Armando Manzanero, las conozco y puedo asegurar que recuerdo la música y la letra, es por eso que me puse a pensar, en que esta noche vi llegar un lucero azul y no estabas tú, Me puse a pensar si te acordabas de mí, si me extrañas y si todavía me amas, vi gente correr y no estabas tú y nació la idea de escribir una historia con las letras de las canciones de Manzanero:

 

Adoro la calle en que nos vimos, la noche en que nos conocimos, vida mía. Adoro la forma en que sonríes, adoro la seda de tus manos y me muero por tenerte junto a mí, no sepárame de ti, es que estás lejos de mí y mi dolor, de mi noche de amor. Adoro tus labios rojos, como supieras, yo te adoro vida mía.

 

No sé tú, pero yo, no dejo de pensar, ni un momento me logro despejar, lo bien que lo pasamos la otra vez, quisiera repetir el cansancio que me hiciste sentir. Te he comenzado a extrañar, en mi almohada no te dejo de pensar, no sé tú.

 

Somos novios, pues los dos sentimos mutuo amor profundo y por eso que ganamos este mundo. Nos deseamos y hasta a veces, sin motivo, sin razón nos enojamos. Somos novios mantenemos un cariño limpio y puro y procuramos el momento más oscuro, para darnos el más dulce de los besos y recordar el color de los seremos.

 

Como yo te amé, jamás te lo podrá imaginar, fue una preciosa forma de vivir, como yo te amé, ni en sueños te imaginaras. Como yo te amé por poco o mucho que me quede vivir, fue una exageración como yo te amé, y no creo que lo llegues a entender, para saber cuánto yo te amé.

 

Porque tus reproches me dan amargura, porque ya no extraño como antes tu ausencia, ya no queda esencia del amor de ayer, y aunque me juraras que mucho has cambiado, no pidas nunca que vuelva ahora, ya disfruto sin tu presencia.

 

Eres mía, porque jamás dejarás de nombrarme, ni cuando duermes. No habrá quien sepa llorar en tus brazos, no te olvides seguirás siendo mía, aunque vayas por otro camino, no te olvides sigues siendo mía. Ni de alegría hagas un derroche, porque seguirás siendo mía, y dormida me soñaras, porque eres mía.

 

Voy apagar la luz para pensar en ti. Que importa vivir de ilusiones si así soy feliz, cuanto te besaré, te morderé los labios, me llenaré de ti, voy apagar la luz para pensar en ti.

 

Contigo aprendí las mejores emociones, aprendí un nuevo mundo de ilusiones, aprendí que la semana tiene más de siete días y a ser dichoso, yo contigo aprendí a ver la luz del otro lado de la luna y tu presencia no la cambio por ninguna, contigo aprendí que yo nací el día que te conocí.

 

No sé qué es más bello, si el color del cielo o el de tu cabello y ruego que existan madrugadas frías, todo cuanto quiero lo encuentro en tus brazos, no sé qué es más tierna, tu alma o tu figura frágil. Cuando estoy contigo yo cambio la gloria, por la dicha enorme de estar en tu historia. Soy tan feliz por haber vivido contigo tantos años y todavía me parece que fue ayer. Soy tan feliz, pues sigues siendo la fragancia que emborracha mis sentidos.

 

 

Miguel Aramayo

SCZ 16-04-2015