info@miguelaramayo.com

Inés del alma mía

11 Dic

Inés del alma mía

Leí la novela “Inés del alma mía” de Isabel Allende, (primera edición – Buenos Aires: Sudamericana – agosto 2006). Una novela muy interesante, que pese a ser ficción enseña mucho sobre historia, la historia de la conquista de Sudamérica. Con la lectura de la misma confirmé que quines mandaban sobre los aimaras y los tenían esclavizados al momento de la conquista fueron los quechuas. También aprendí mucho sobre la conquista de Chile y supe que ese país, en esa época, fue llamado o nombrado “reino”.

 

Cada vez que tengo acceso a literatura de este tipo, sin querer se me vienen a la mente los ideólogos del actual gobierno, que constantemente sacan historias de no se donde. Digo esto,  porque como los indios quechuas, aimaras, mapuches, patagones, guaraníes, no tuvieron el don de la escritura, por lo tanto las cosas que repiten los originarios actuales, son inventadas, o recibidas gracias a la transmisión que sucedió de generación en generación, con la correspondiente distorsión que conlleva este tipo de transferencia de historia que se convierte en leyendas y hasta en fábulas. Además que esa gente tuvo mucha movilidad y gran mortalidad, por lo tanto la distorsión en sus narraciones es mayor y no es suficiente investigar “en las arrugas de los viejitos” para hacer las aseveraciones que hacen algunos funcionarios.

 

Lo que narra la novela con respecto al mestizaje deja claro que es muy improbable que entre los quechuas y los aymaras queden originarios, quizá en el lago Popo, El oriente tienen un mayor numero de originarios. Todos en el occidente fueron mestizados, porque era mandato del Rey de España que sus soldados dominen a los pobladores de los lugares conquistados y que los evangelicen, pero como ellos se revelaban, los españoles los mataban a los que no permitían el dominio y violaban a sus mujeres, las que permitían y no permitían la dominación, llegándose a situaciones en que cada soldado español tenia más de cien hijos por año, porque así como habían los combatientes de caballería y los de infantería, también habían los que por orden o por deporte se dedicaban a la violación y como las indias eran sumisas, la procreación resultaba más fácil, pero esos bastardos eran usados como carne de cañón para nuevas conquistas, como la de Chile, en la cual los enfrentaron con los mapuches, que también casi fueron exterminados.

 

A quien se aventuraba a la conquista de nuevos territorios, la autoridad local o por orden del Rey se le otorgaba un grupo de españoles al mando (capitanes), soldados españoles, indios que eran denominados “yanacona” y que además llevaban algunas indias que les tocaban por suerte y algunas “mancebas”, indias que estaban dedicadas a la atención de los soldados y capitanes españoles, pero no como propiedad comunitaria, sino como propiedad individual de cada español. Las indias que los acompañaban desempeñaban una serie de tareas y constantemente eran violadas por los soldados españoles, las mancebas eran respetadas porque pertenecían en exclusividad a algún soldado o capitan, y eran las que se encargaban del cuidado de estos.

 

Los mapuche llamaron a los españoles huincas, que en su idioma el mapudungu quiere decir: “gente mentirosa, ladrones de tierra”, que es en lo que se han convertido los originarios de tanto haber sido subyugados por los españoles y que lo practican muy bien nuestros gobernantes.

 

La conquista de Chile ofreció una gran dificultad, no solo porque ese territorio tenia trabas de todo orden, para comenzar los separaba un desierto de las tierras ricas del incario (Perú), los incas ya quisieron conquistarlos y no pudieron, después fue Diego de Almagro que también se desalentó de esa tarea y luego fue muerto en el Perú en luchas entre españoles. Valdivia fue el que por fin consiguió su conquista con gran sacrificio y por último su vida.  Su principal oposición fue la de los mapuches que además de su bravura ofrecieron su tenacidad y su gran deseo de libertad. Hubieron momentos en que para someterlos en algunas batallas les cortaban las manos y les quemaban los muñones, para que no se desangren y sirvan de escarmiento a sus coterráneos, pero al contrario de amedrentarlos los próximos ataques eran con más fiereza, al extremo que además de cortarles las manos, les cortaban los pies y la nariz, pese a todas esas atrocidades los mapuches volvían a la carga.

 

Como seria su paciencia y su deseo de venganza y libertad que lograron infiltrar a un muchacho cuando tenia 11 años. Entro al fuerte de Santiago como si fuera un vulgar e inofensivo idiota, y se quedó allá hasta los 18. Fue llamado Felipe  cuando entró y convenció a los españoles que era inofensivo y servicial, y todo esto solo para poder ver desde adentro el comportamiento de los españoles. Estuvo como sobra de Pedro  de Valdivia, enseño el idioma de ellos a doña Inés y aprendió a cuidar y tratar a los caballos y los perros que estos últimos eran otra de las armas que usaban los españoles contra los indios. Cuando retornó a su tribu y tomo el nombre “Lautaro”, fue el terror de los españoles y les hizo la vida imposible hasta que logró matar a Valdivia. Esto se asemeja a la tarea que han hecho las ONG´s de infiltrar originarios.

 

Miguel Aramayo

SCZ-11-12-2006