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La china de Martin

26 Dic

La china de Martin

Un amigo me recomendó un libro y otro amigo lo compró y me lo obsequió, Es una novela cortita (190 páginas) se titula “Las aventuras de la China Iron”, la autora es “Gabriela Cabezón Cámara”. Muestra que la autora tiene 6 novelas editadas, según la pestaña de la tapa. Tiene una buena formación, es muy joven egresó de la UBA el 2013. Es una novelita que de alguna manera se basa en la historia de “Martin Fierro”, escrita por “José Hernández”.

 

Las primeras hojas, medio complicada de leer, pero después se hacen muy agradables, especialmente en la primera parte del libro, donde todavía uno no llega a comprender que es la historia de dos lesbianas, pero a medida que uno entra en tema se da cuenta de eso, pero todavía la trama es muy sutil. Una de las muchachas es una Gringa que está en busca de una estancia que compró su marido, otro gringo. La gringa se encuentra con una muchacha a la cual el marido había abandonado y está sola porque perdió a los hijos y no tiene nada que hacer, ni de que vivir en su tapera y prefiere buscar nuevas aventuras escapando de su habitat.

 

Resulta que el marido de la China era Martin Fierro, un gaucho borracho y cantor, al cual un milico le robo sus versos, con los cuales hizo un libro y lo estaba vendiendo el libro como si fuera de su autoría. La gringa va en una carreta tirada por una yunta de bueyes y adentro tiene todas las provisiones, incluso un barril de wiski, vestidos, escopetas, municiones y un sinfín de ñañacas, incluso un pararrayos portátil. Acepta que la Chinita la acompañe junto con su perro. Comienza el relato de lo que cada una hacia y padecía y se inician las primeras caricias, pero muy discretas.

 

Se encuentran con un gauchito, que escapaba de algunas jochas que hizo y las acompaña con los caballos y vacas de las que se apropió en su huida. Ellas lo aceptan, porque las colabora, haciendo asados y las guía para escapar de los indios en el desierto, hasta que llegan a la “Hortensia”, que era de propiedad de Hernandez, el milico que le había robado los versos a Fierro, era un vejo borracho que, en cada mamada, terminaba vomitándose y caído en la mesa o el suelo. Es un viejo soñador que delira con la grandeza y el progreso de la Argentina, en base a trabajo, orden y disciplina militar. Le regala un brillante a la gringa, que luego pasa a la China.

 

En la segunda parte del libro donde relatan los acontecimientos en la estancia de Hernández, el vocabulario sube de tono, como queriendo indicar que la literatura actual, no es buena sino se nutre de obscenidades y cracedades, de todas maneras, la trama todavía sigue interesante y en algunos pasajes es bastante erótica, porque en sus descripciones de los sucesos es explicita y no deja absolutamente nada a la imaginación del lector, lo describe todo con lujo de detalles.

 

En la última parte del libro, el tema se pone más candente, se juntan con los indios y ese parte del libro es mucho más obsceno, porque la Gringa se encuentra con el marido y la china cae en manos de una india lesbiana y se encuentra con Martin, que le cuenta que se volvió gay con su amigo Cruz, que hace de su esposo y siendo su pareja se muere. Le pide disculpas a la China y le devuelve a sus dos hijos. Las últimas hojas del libro también son difíciles de leer, porque entra en temas filosóficos entreverados.

 

Y colorín colorado. Pueden leerla, porque es muy cortita y no se pierde mucho tiempo, además que se aprende algo del tema que ahora está de moda, el homosexualismo.

 

Miguel Aramayo

SCZ.10-12-2017