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La humanidad del Papa.

2 Feb

La humanidad del Papa.

Conocí varios papas, (siete para ser más exacto). Nací cuando a la cabeza de la iglesia católica estaba el papa Pio XII (1939-1958), un personaje que nunca me cayó bien, pese a la edad que yo tenía cuando dejó este mundo. El que lo siguió Juan XXIII, que hizo reformas substanciales en la iglesia con su Concilio Ecuménico Vaticano II. Me cayó muy bien y lo tengo siempre conmigo, porque tengo un rosario que posó en sus manos, que él lo bendijo y nos envió de obsequio a los seminaristas de los salesianos en La Paz. Después Juan Pablo II, a quien tuve la oportunidad de tomar sus manos, sentir su calor, su fuerza, pero al mismo tiempo su  humildad y me permitió ver lo profundo de sus ojos azules, lo cual me estremeció hasta lo más hondo de mi alma. De los dos que permanecen vivos, el retirado, me resulta anodino y al actual lo veo muy humano, no solo por el hecho de sus tendencias de izquierda, sino por lo que es argentino, hincha de San Lorenzo, del barrio del Once y por su forma de hablar y comportarse.

 

Toda esa introducción grandilocuente la hice con el fin de exteriorizar mi pensamiento con respecto a los hombres que llevan sobre sus hombros la inmensa responsabilidad de gobernar una de las religiones con mayor cantidad de fieles en el mundo y por consiguiente con un gran peso espiritual y político, sobre todo político. Desde las épocas que se asentaron en Roma – Italia y también durante el periodo que estuvieron en Aviñón (Avignon), en ese periodo con mayor notoriedad política. Incluso leí que: el 18 de noviembre de 1302, se promulga la bula Unam santam, la cual llevaba hasta sus últimas consecuencias la doctrina de Inocencio IV, algo que transcribo a continuación: «…existen dos gobiernos, el espiritual y el temporal, y ambos pertenecen a la Iglesia. El uno está en la mano del Papa y el otro en la mano de los reyes; pero los reyes no pueden hacer uso de él más que por la Iglesia, según la orden y con el permiso del Papa. Si el poder temporal se tuerce, debe ser enderezado por el poder espiritual (…) Así pues, declaramos, decimos, decidimos y pronunciamos que es de absoluta necesidad para salvarse, que toda criatura humana esté sometida al pontífice romano».

 

También hubo un concilio, el Concilio Vaticano I, en 1870, donde se constituye un dogma, según el cual el papa está preservado de cometer un error cuando él promulga, a la Iglesia, una enseñanza dogmática en temas de fe y moral bajo el rango de «solemne definición pontificia» o declaración ex cathedra. Como toda verdad de fe, ninguna discusión se permite dentro de la Iglesia católica y se debe acatar y obedecer incondicionalmente.

 

Con respecto a esto último, pienso que no es una imposición arbitraria y como ejemplo muy simple diré algo que creo que todos los humanos hemos escuchado de nuestras madres, cuando tenemos temas de discusión con ella y tenemos la plena seguridad de que tenemos la verdad, pero ella dice: “Se hace como yo ordeno” y uno refuta: ¿Por qué? Y ella hace una declaración ex cathedra: “!PORQUE SI…!”. De esa manera queda establecida la infalibilidad de la madre, que es igual a la infalibilidad del papa.

 

Todo lo expresado hasta aquí, no es más que para mostrar, mi pensamiento. Todos los papas son humanos, tan humanos como todos nosotros, tan hombres como todos los hombres, unos son más simpáticos que otros, todos son propensos a cometer errores, porque son idéntico a nosotros, porque cuando nacieron se amamantaron del pecho de una mujer, porque gatearon, porque saltaron e hicieron travesuras igual que todos nosotros y su juventud, madurez y vejez es similar a la de todos nosotros. Pero llevan en sus hombros una gran responsabilidad y por lo tanto tienen que tener una mejor formación ideológica que el común de los hombres y deben tener un comportamiento moral superior a nosotros.

 

Inclusive para ser papa no es necesario que estén dentro del conclave, ni siquiera que sean cardenales. Cualquier cura puede ser papa, vasta que sea elegido en el sínodo. El arzobispo de Burdeos, no pertenecía al Colegio cardenalicio, además, aunque siendo francés era súbdito del rey de Inglaterra y había tenido una posición neutral en el conflicto entre Bonifacio VIII y el rey Felipe IV de Francia, fue nombrado papa. Ese pontífice tomó el nombre de Clemente V.

 

Miguel Aramayo

SCZ.02-02-2016 Mañana cumpleaños de mi hermana.