La memoria.
Es interesante cómo funciona la memoria. Es una mezcla entre una proyectora y un álbum fotográfico, también funciona como una biblioteca, como un libro, o simplemente como hojas sueltas. Se almacena (grava) en diferentes partes del córtex, los lóbulos y el cerebelo, siendo el hipotálamo el lugar más importante, que por desgracia es el primero en ser atacado por el Alzheimer. El cerebro tiene cien mil millones de neuronas y unos cien mil billones de interconexiones, con una capacidad de almacenaje entre 1 y 10 terabytes, equivalente a diez millones de páginas de enciclopedia.
He profundizado algo sobre el tema de la memoria y realmente el material que se encuentra sobre el tema es extenso y en su mayoría árido, (filosofía) porque tienes que adentrarte en campos tan complejos, difíciles de comprender, e incluso que te pueden confundir y, en lugar de guiarte, te pierden en la espesura de los conocimientos. La psicología, quizá mucho más compleja, porque a mi criterio es una ciencia en evolución, cada vez hay más posibilidades de que se cambien algunos conceptos y técnicas, por el avance de la ciencia.
Hace muchos años atrás me vi en la necesidad de hacer un curso de memoria, en esa misma época (hace algo así como cincuenta años atrás) también se puso de moda el tema de la lectura veloz. Para estudiar esos dos temas requerías de recursos económicos y tiempo, además que por estos lares era difícil conseguir esos materiales y casi imposible el conseguir gente que sepa del tema en profundidad.
Me decidí por estudiar un método de mejorar la memoria, compré un curso autodidáctico, pero que podías recurrir a los editores para conseguir mayor información y completar con otros libros las dudas que se presenten. Completé el curso en aproximadamente tres meses, pero estuve practicando y mejorando por lo menos en unos nueve meses más. Creo que llegué a dominar las técnicas para memorizar, temas de estudio, de trabajo y hasta de distracción, como el juego de cartas o de ajedrez.
Hasta hoy todavía recuerdo el curso y algunas veces me he puesto a buscarlo en Internet y lo encontré, porque había perdido el libro, pero un buen día lo encontré y lo volví a perder porque se lo presté a uno de los nietos y nunca más lo volví a ver. Pero en mi búsqueda por Internet vi que existe mucha literatura al respecto.
Es tan interesante el tema de la memoria, especialmente cuando te toca recordarte de algo, por ejemplo en esta semana recibí información de los compañeros de colegio, por motivo de que un Herman de La Salle, (Enrique, de quien decíamos que era Márquez de las Moras y Conde de Aragón), que fue nuestro profesor y que fue el Hermano Prefecto del colegio. Estaba muy enfermo y alguien (Javier Campero), redactó una carta para enviársela y algunos pudieron llamarlo por teléfono, uno de ellos (Rene Sejas), que estando en Alemania se trasladó a España para visitarlo y desde allá nos comunicó su fallecimiento. Ese hecho disparó la solidaridad y los pésames y, los recuerdos que se avivaron mucho más con las fotos, que cada compañero adjuntó a su correspondencia.
En ese momento afloraron en mí, lo que me imagino sucedió con todos los interlocutores del tema, recuerdos que aparentaban ser películas en las que vi a mis compañeros en diferentes situaciones, incluso a los que ya se nos adelantaron en el camino a la eternidad. También vi fotos y me acorde de poesías de la clase de literatura, como: En la desolad tarde Claribel, me vuelve al amante alarde, aunque todo dice es tarde, Claribel… (Franz Tamayo). O: Árbol de esperanza hermoso, en copa y rama frondoso y elevado yo te vi, ahora destrozado y abatido, pobre de mí… (María Josefa Mujia). También recordé a Sor Teresa del Niño Jesús, con: Vivo sin vivir en y en tan alta vida espero… También la oración: Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza, de Ti Celestial Princesa, Virgen Sagrada Maria, yo te ofrezco en este día, Alma, vida y corazón, no me dejes Madre mía, hasta mi última agonía échame tu bendición,,,
Miguel Aramayo
SCZ. 15-11-2014 Recordando al Hermano Enrique y mis compañeros de La Salle, promoción 1963.
