info@miguelaramayo.com

La mujer

23 Dic

La mujer

La mujer puede ser abuela, madre, hermana, hija, amiga, novia o esposa y siempre será sagrada. Pienso que todas las mujeres merecen nuestro respeto, nuestra admiración, ellas son el principio y el fin de la creación, ellas son las que dan la vida, ellas son las que captan, capturan, reparten y dan amor, ellas son el adorno de la vida ellas son el lujo de cualquier hombre, ellas son lo sublime de la creación, mirarlas mal es ofenderse a uno mismo, porque todo hombre proviene de una mujer, hablar mal de ellas es ofenderse a uno mismo, ellas nos dieron el ser, ellas con su leche alimentaron nuestro cuerpo y con su amor alimentaron nuestro espíritu y formaron y conformaron nuestra realidad. El hijo de Dios (Jesús) nació de una mujer.

 

Hasta las bromas, los chistes o los chismes que se levantan contra una mujer, son el signo de decadencia de los hombres, ellas son delicadas, ellas son fuertes, ellas nos forman, ellas se sacrifican por nosotros, como nietos, como hijos, como hermanos, como amigos, como novios; pero quien no tiene familia quien no tiene un hogar, mujer, hijos, quien no tienen religión y deja a otros su capacidad de pensar de razonar, ese si puede darse el lujo de ofender a las mujeres.

 

Acabo de leer un artículo que salió en el periódico El Deber de ayer y que titula “el negro Obama es buen alumno de Bush”, en los últimos párrafos del mismo menciona: En otra aparición pública, durante el aniversario de YPFB, Morales declaró ayer que a muchas mujeres les gusta salir con el presidente de Yacimientos “porque Carlos Villegas ya no perfora”. En noviembre, durante la campaña proselitista el actual mandatario señaló: «¿Saben qué han dicho las mujeres en un evento en Cochabamba? Su consigna dice ‘mujeres ardientes, Evo presidente’, otras compañeras dicen ‘mujeres calientes, Evo valiente’. Otras compañeras más atrevidas todavía dicen ‘mujeres aguantan, Evo no se cansa'», indicó el mandatario durante un acto. A raíz de tales frases, la Coordinadora de la Mujer y otras entidades comprometidas con la equidad de género dijeron que las alusiones del Presidente ‘remiten a visiones que se contradicen con los valores y principios de equidad de género e igualdad contenidas en la Constitución’ promulgada en febrero.

 

No siempre uno debe creer a “pie juntillas” lo que expresan los periódicos, porque podrían producirse posteriormente desmentidos o “fe de erratas”, pero en la prensa de hoy no hubo ninguna rectificación, ni aclaración a la noticia, por lo tanto “quien calla otorga”. Me parece de muy mal gusto, de pésima urbanidad expresar el mofarse de un servidor del estado en forma pública, existe un límite para las bromas. Ahora el referirse a las mujeres en son de gracia, como lo expresa la noticia, considero inadmisible, antes de decir eso uno debería acordarse de su madre, de su esposa, aunque no las tuviera, ´porque otros hombres si las tenemos y las respetamos, pero no sólo porque las tenemos, sino porque, a mi criterio, es una obligación.

 

En desagravio transcribo el poema de Sor Juana Ines de la Cruz –  (Juana de Asbaje y Ramírez; ¿1648?-1695): Arguye de inconsecuentes el gusto y la censura de los hombres que en las mujeres acusan lo que causan. Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis: si con ansia sin igual solicitáis su desdén, ¿por qué queréis que obren bien si las incitáis al mal? Combatís su resistencia, y luego con gravedad decís que fue liviandad lo que hizo la diligencia. Queréis con presunción necia hallar a la que buscáis, para pretendida, Tais, y en la posesión, Lucrecia. ¿Qué humor puede ser más raro que el que falta de consejo, él mismo empaña el espejo y siente que no esté claro? Con el favor y el desdén tenéis condición igual, quejándoos, si os tratan mal, burlándoos, si os quieren bien. Opinión ninguna gana, pues la que más se recata, si no os admite, es ingrata y si os admite, es liviana. Siempre tan necios andáis que con desigual nivel a una culpáis por cruel y a otra por fácil culpáis. ¿Pues cómo ha de estar templada la que vuestro amor pretende, si la que es ingrata ofende y la que es fácil enfada? Mas entre el enfado y pena que vuestro gusto refiere, bien haya la que no os quiere y quejaos enhorabuena. Dan vuestras amantes penas a sus libertades alas, y después de hacerlas malas las queréis hallar muy buenas. ¿Cuál mayor culpa ha tenido en una pasión errada, la que cae de rogada o el que ruega de caído? ¿O cuál es más de culpar, aunque cualquiera mal haga: la que peca por la paga o el que paga por pecar? Pues ¿para qué os espantáis de la culpa que tenéis? Queredlas cual las hacéis o hacedlas cual las buscáis. Dejad de solicitar y después con más razón acusaréis la afición de la que os fuere a rogar. Bien con muchas armas fundo que lidia vuestra arrogancia, pues en promesa e instancia juntáis diablo, carne y mundo.

 

Miguel Aramayo.

SCZ. 23-12-2009