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Las mujeres no son de barro, son de una costilla.

8 Mar

Las mujeres no son de barro, son de una costilla.

Creo que por el hecho de que las mujeres fueron creadas por Dios, pero no de barro, sino de una costilla de Adán. Por ese hecho da la impresión que la mujer está más cerca de Dios y por el hecho de estar más cerca de Dios, sufre más, mucho más que los hombres y está cubierta con dones superiores a éste para proteger la humanidad y no necesita como los hombres criticar y hacer aspavientos de lo que hace por los demás, y en lugar de haber siempre tenido un espacio privilegiado, ha sido relegada históricamente, principalmente por motivos religiosos y pese a esto ella es la que guía a la humanidad hacia un destino mejor.

 

La mujer no necesita grandes ni vistosos estandartes, ni uniformes llamativos para enfrentar el sufrimiento, las injusticias, para defender a sus hijos a quienes cría con su leche, leche que absorbe su calcio y acrecienta su amor por los demás, para defender a su pareja (su hombre), para defender su patria, como tantas veces lo ha demostrado, para defender su raza que al mismo tiempo es su razón, para defender su religión que es la forma de transferir su amor.

 

Ejemplos de lo que son las mujeres los tenemos a montones, pero solo los que tenemos ¡una madre!, ¡una esposa!, ¡una hermana!, ¡una hija!…sabemos el gran valor que tienen las mujeres. Las mujeres más notables que están en mi memoria y que respeto, son: La Virgen María madre de Jesucristo, las mujeres que la acompañaban en la pasión de su hijo rumbo al calvario y las que permanecieron junto de ella cuando Él estuvo en la cruz, Maria Magdalena, y las otras  Marías. También tenemos mujeres valientes como Juana de Arco, Juana Azurduy de padilla, Maria Barzola, la madre Teresa de Calcuta, e infinidad de otras mujeres, porque para recordar vasta el recuerdo de nuestras madres, ¡de tantas madres!…

 

Tenemos ejemplos muy cercanos de mujeres que hacen tanto por nuestra sociedad, como “las mujeres de ayuda social”, las señoras de DABOSAN, las señoras del “costurero del Niño”, “las Madres de Plaza de Mayo”, siempre trabajando por el bien de los demás, sin pedir nada más que lo que requieren para ayudar a los demás, brindándonos su valioso tiempo, sus fuerzas, sus ilusiones, su amor, su dedicación, su heroísmo, para el bien de los demás y como único símbolo, ¡un pañuelo en la cabeza!, ¡un mandilito rosado!, o tan simplemente ellas como son, sin ningún símbolo visible que las haga más bonitas o más valientes.

 

En contrapartida veo con desilusión, con asco, con vergüenza, que con poses novelescas, ufanas y vanidosas, con el único afán de hacer proselitismo, con el único afán de ser fotografiados y filmados para después utilizar esas imágenes en “spots” publicitarios, que muestren sus méritos políticos, que los hagan más grandes principalmente ante sus propios ojos, ante su “ego” enloquecido y perverso.

 

Ha dolido profundamente a los que nos gobiernan la solidaridad de tantos “collas y cambas pobres”…, que antes que en ellos han pensado en el dolor de sus hermanos, principalmente en nuestros hermanos benianos, y esto ha lastimado el orgullo de los gobernantes, que el trabajo de las mujeres, especialmente de una, la esposa del Prefecto de Santa Cruz, que han preferido ignorar todo el esfuerzo que está haciendo el pueblo, no solo de Santa Cruz, también de otras partes de Bolivia y con el mismo cariño que lo hacemos aquí; niños, jóvenes, jubilados, hombres, mujeres; en forma personal, como organizaciones y como empresas.

 

Que han visto la forma de ofender y canalizar mediante un decreto todo ese esfuerzo para que sea manejado por el Ejército, después de que el mismo manejado por la prefectura está caminando sobre rieles, con total y cristalina honestidad. Ofendiendo incluso a nuestras “gloriosas Fuerzas Armadas”, a quienes ahora tratan de endilgar algo que es difícil que lo puedan manejar como lo están haciendo actualmente, sin ningún costo al erario nacional. Y nuestras “Gloriosas FF.AA.” que cuando en Huanuni y Cochabamba nuestros hermanos bolivianos fueron avasallados, ellos se callaron en siete idiomas, lo mismo que cuando nuestros gobernantes rindieron honores a los guerrilleros (al CHE Guevara) que vinieron a matar conscriptos, hermanos bolivianos de nuestro Ejército, los mismos que se callan cuando los mismos que los alaban ahora,  le dan más importancia a la “wipala” que a la tricolor que hemos aprendido a amar y por la que ellos juran lealtad cada 7 de agosto.

 

 

Miguel Aramayo

SCZ – 8-03-2007