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Los años pasan la vida también.

23 Nov

Los años pasan la vida también.

Dios me dio la oportunidad de apreciar el ocaso de la vida y, puedo decir con cierta aproximación a la realidad, que esa experiencia me dejó muy claro que lo hecho hasta ahora fue bien hecho, he vivido la vida a toda velocidad y creo haber disfrutado, mejor dicho,  tengo la seguridad de que estoy disfrutando de la misma, con la mayor intensidad.

 

Le vida no debe ser tomada con calma, debe ser vivida con toda intensidad. La vida cuando eres niño, no logras apreciarla, eso precisamente, porque Dios no quiere que los niños piensen en la vida, sino que simplemente la vivan. Así transcurre la vida, de esa  manera, me animo a decir, que hasta que termina la pubertad, o los albores de lo que será la juventud.

 

A partir de ese momento, del momento que inicias la juventud, ya puedes, mejor dicho debes, pensar en la vida, porque tienes que planificar tu futuro, pero es necesario no descuidar que la vida no es sólo planificar el futuro, hay que vivirla la vida, aunque parezca una cacofonía. Hay que pensar en el bienestar que te dan los estudios y la suerte de adquirir una buena formación. Es importante no descuidar el amor, la dedicación incondicional a los hijos, hasta que entren en la juventud y sean capaces de independizarse. La amistad es algo muy importante que ayuda a vivir bien y feliz. Sobre todo para vivir bien y feliz debemos brindar el cariño y respeto a los mayores.

 

Cuando eres mayor y tu prole se aproxima a abandonar la pubertad, debes dejarles el ejemplo de cómo se debe encarar la vida, pero lamentablemente “nadie aprende en cabeza ajena” y, es sabido que “la letra entra con sangre”. Uno puede poner el máximo empeño por guiar a los hijos, por la senda que uno estima la que es correcta y deja menos sinsabores, pero la juventud no cree ni confía en esos consejos.

 

Cuando tu prole es mayor, ya no caben los ejemplos y los consejos, esos fueron para cuando ellos eran chicos, ahora eres vos que debes fijarte en la gente grande, la gente que ya vivió la vida y ahora se aproxima a los albores de la gente mayor, de la “gente grande” y, entre esa etapa de gente grande y principios de la vejez, no debes dejar vencer por el peso de los años. Es en ese momento requieres mayor fuerza para apegarte a la vida y, retornar los recuerdos de los felices años que viviste procurando imitar los mismos y, no caer en la desesperanza de que la vida está por llegar a su fin.

 

Una forma de prepararse para envejecer con dignidad, me imagino que debe ser vivir con el máximo de alegría, de felicidad, saboreando cada cosa buena que te brinda tu existencia, rogando a Dios que te conserve la salud, hasta el momento que te toque dar el paso final a la eternidad.

 

A continuación transcribo algunos pensamientos que vienen al caso: Por cinco días locos que vamos a vivir, los cinco días locos te tenés que divertir. Nada nos hace envejecer con más rapidez que el pensar incesantemente en que nos hacemos viejos. (Georg Christoph Lichtenberg) Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena. (Ingmar Bergman) El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad. (Gabriel García Márquez) 

 

Miguel Aramayo

SCZ. 23-11-2014  – Estuve con tres personas mayores: Mi madre, mi suegra y una de sus primas, Hilda Roca de Rodriguez