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Los colores.

22 Feb

Los colores.

Muchas veces me he puesto a pensar en los colores y el significado que les doy, no recuerdo haber escrito sobre este tema, pero pienso que es algo permanente en mi mente, por lo menos para expresar mis preferencias, por el azul en sus diferentes tonalidades, desde el celeste bajito similar al color de un agua marina, hasta un color eléctrico, como el índigo. Otro de los colores que prefiero son el blanco, desde el planco absoluto, hasta el blanco marfil. También el verde en sus diferentes tonalidades, desde un verde retoño, hasta un verde pino, o un verde botella.

 

Cuando se trata de elegir el color de la vestimenta, tanto en camisas como pantalones, mis preferidos son el azul marino, el gris plomo y el gris marengo; combinando con blanco o celeste, para las camisas y el negro para los zapatos, con calcetines azules oscuros o negros.

 

Mi preferencia de intensidad en los colores es la tonalidad pastel, eso significa con tonos que no brillen, excepto el índigo, que pienso que no puede ser de tonalidad pastel, porque es un color intenso un color que al igual que el rojo rubí, el naranja ámbar y el verde botella, deben ser intensos, luminosos, brillantes y deben refractar la luz del sol.

 

Se me ocurrió escribir sobre los colores, porque acabo de leer un artículo sobre este tema, en el cual se dice que muchas civilizaciones no reconocen o nombran muy poco el color azul. Una de las primeras personas que observo este detalle leyendo diferentes libros, fue William Ewart Gladstone (1809-1898), quien no sólo fue primer ministro británico cuatro veces, sino que también era un apasionado de la obra del poeta épico Homero.

 

Gladstone concluyó que los griegos de la época no tenían el sentido del color desarrollado, y que vivían en un mundo en blanco y negro, con algunos destellos de rojo y brillos metálicos. La pesquisa de Gladstone inspiró al filósofo y lingüista alemán Lazarus Geiger, quien se preguntó si el fenómeno se repetía en otras culturas. Y se encontró con el mismo resultado. Además, hizo experimentos con una tribu de Namibia cuyo lenguaje no tiene una palabra para el azul, pero sí varias para diferentes tipos de verde.


Lazarus Geiger, experimento con su hija que aún no hablaba de corrido y le enseñó los colores y le mostraba objetos para que dijera el color de los mismos, pero cuando le mostraba el cielo, se quedaba callada o decía blanco. Esto lo llegó a una primer tesis, de que a los objetos se podía asignar colores, pero a lo abstracto, como el cielo, no.  «Entre más avanzan tecnológicamente las sociedades, más se desarrolla la gama de nombres de los colores».

 

«Lo que importa no es tanto la época en la que vivieron sino del nivel de avance tecnológico. Es eso lo que se correlaciona muy de cerca con el volumen de vocabulario para los colores», subraya el lingüista. Con lo cual llego a la conclusión de que estoy catalogado dentro de las personas que tienen un mayor avance tecnológico, esto única y simplemente porque siempre pienso y expreso el color del cielo, el color del mar y porque ese es el color en el que sueño con frecuencia. El color azul, desde el celeste hasta el azul marino.

 

Miguel Aramayo

SCZ.22-02-2016 Cumpleaños de mi nieto Carlos Andrés