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Los políticos

26 Dic

Los políticos

Cuando leo un libro, siempre me acompaña una lapicera, para poder marcar lo que encuentro más interesante, lo que se destaca o lo que no entiendo, para luego buscar su sentido y significado. Lo mismo me sucede cuando leo las noticias de los diferentes periódicos y revistas que llegan a mis manos. Los libros los comento casi todos, porque quiero compartir lo que leo con mis amigos. Con la lectura de los periódicos y revistas me gustaría hacer lo mismo y durante mucho tiempo lo hice, pero me convencí que esa tarea es estresante y desgastante. Porque no son suficientes opiniones para cambiar este mundo, para eso es necesario involucrarse, pero no tengo los conocimientos, ni tengo el ánimo y se me paso “el cuarto de hora”.

 

Lo que sí puedo asegurar es que lo que estamos viviendo en el mundo es el epitafio que escribió Fidel Castro, como su último deseo, proyecto que cumplió con la gran ayuda de Lula, la plata de Chavez y el apoyo intelectual de izquierdistas europeos, a los que les intereso el tema para llevar a efecto sus teorías y experimentar no sólo con Sudamérica, sino con el Mundo. Destruyeron la institucionalidad a nivel mundial, lo cual no les resultó muy difícil, porque la mayoría de esas instituciones estaban tomadas por políticos desplazados, en su mayoría de tendencia izquierdista y se adueñaron de OEA, ONU, OMS, OIT, etc., etc. A nivel Latinoamérica, además se inventaron otras instituciones, como ALBA, Unasur y se adueñaron de algunos países como Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile, Perú, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Salvador, Venezuela. Ayudaron a la guerrilla y al narcotráfico, además corrompieron a los políticos en esos países y en algunos incluso llegaron a cambiar sus constituciones para adueñarse totalmente de ellos.

 

Cuando digo que corrompieron a los políticos, se basaron de algo que forma parte de la naturaleza humana: el orgullo, el poder, el afán de grandeza y se apoyaron en organizaciones muy poderosas, como PDVESA – YPF – PETRROBRAS – PETROECUADOR y otras más. Se valieron de empresas grandes a las cuales hicieron más grandes con la corrupción, como el caso de ODEBRECHT, que es el ejemplo más palpable, aunque no el único. También usaron un socio que paga bien y es difícil seguirle los pasos como es el gobierno chino, con su innumerable cantidad de empresas estatales, que pueden perforar cualquier economía y a la larga adueñarse de los países, como es el caso de Venezuela, Ecuador, Argentina, Brasil, Bolivia, que tienen deudas muy fuertes con esa potencia y que son tan débiles que están prácticamente entregados a la economía China.

 

El Caso Odebrecht, la investigación realizada por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, logró mostrar que esa constructora habría realizado coimas de dinero y sobornos, a funcionarios públicos del gobierno de 12 países:  Angola, Argentina, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela y desde luego Brasil, para obtener beneficios en contrataciones públicas. El abogado de esa empresa, Rodrigo Tacla se ha convertido en una bomba, para los políticos involucrados. Es uno de los hombres más temidos por los presidentes y altos funcionarios de Latinoamérica, que saben que están inmersos en las coimas. Este abogado conoce bien los secretos de Odebrecht, el gigante brasileño de la construcción que ha hecho tambalear los cimientos políticos del continente, tras confirmar el pago de sobornos millonarios. Hasta 2016, Tacla trabajó como letrado del Departamento de Operaciones Estructuradas de la compañía, la hermética unidad de negocios especializada en comprar voluntades. Campañas electorales, regalos, fiestas, prostitutas… Todo valía para agasajar al político. Como contrapartida, presidentes y jefes de Estado correspondían a la firma con contratos de obra pública, principal fuente ingresos de la mayor constructora de Latinoamérica. Una mole con 168.000 empleados y tentáculos en 28 países.

 

La corrupción no es algo nuevo, existió siempre, pero fue algo muy bien utilizado por algunos políticos, especialmente por la persona a quien primero me réferi: Fidel Castro. Ya en 2006, la revista financiera estadounidense Forbes advertía que Fidel Castro era uno de los mandatarios más ricos del mundo con una fortuna calculada en 900 millones de dólares. La revista consideraba que el entonces presidente cubano era el séptimo mandatario más rico del mundo. La lista la formaban los 10 gobernantes o soberanos más adinerados del planeta, encabezados por el rey de Arabia Saudí, Abdulá Bin Abdelaziz, al que la publicación le calculaba una fortuna de 21.000 millones de dólares.

 

Para los investigadores de la revista, la fortuna de Castro había trepado enormemente los últimos años, dado que en 2003 sólo le calculaban una riqueza de 110 millones de dólares. La publicación de ese artículo tuvo una dura respuesta por parte del Gobierno cubano y del propio Castro, que acusó a la revista de «libelo» y sugirió que adoptaría acciones legales contra lo que consideraba una «infamia». Con la muerte de Fidel, Forbes volvió a recordar la cifra de la abultada fortuna del fallecido líder comunista y además elaboró una lista de «las 10 sorpresas sobre la extravagante vida del líder cubano».

 

Lo que estamos viendo y viviendo en la actualidad, es un alto grado de corrupción en el estamento político de muchos países, de los grandes y de los chicos, algunos promovidos por los propios políticos, como en el caso de Venezuela, donde descubren un depósito escandaloso de dos mil millones de euros en un banco de Andorra, de los cuales no queda nada en ese banco porque ya se diluyó en el sistema financiero internacional, suiza, USA, Panamá y otros paraísos fiscales. También tenemos como ejemplo la Argentina y los cuantiosos robos de funcionarios, incluyendo el entorno palaciego, los K.

 

Por otro lado, empresas que malgastaron sus fondos por instrucciones políticas como el caso de PDVSA en Venezuela o Petrobras en Brasil. Desde luego que hay otras formas de corrupción como las coimas de FIFA. La corrupción a nivel nacional es una miseria, comparada con el saldo del mundo, pero también es una característica que comparten nuestros funcionarios públicos. Lo malo es que existen expertos en ese delito que asesoran a los líderes deshonestos a nivel mundial, porque son expertos que reparten sus tarjetas entre ese tipo de delincuentes de alto nivel y que son conocidos. Poniendo como experiencia, que no se dejaron descubrir, como es el caso de Chavez o el mismo Fidel Castro. (Fuente – Las noticias de prensa de varios países) y algunos que se niegan como los presidentes (actual y ex) del Perú.

 

Miguel Aramayo

SCZ.16-12-2017