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Me pican las manos

18 Feb

Me pican las manos

Sí, me pican las manos por escribir lo que bulle en mi cabeza, busco el tiempo en que esté desocupado para poder expresar lo que tengo en mi tari, pero el momento que encuentro el tiempo, ya no encuentro que decir, pero me sigue la picazón de las manos y doy vueltas en busca del tema, del tema que se me ocurre en ese momento. Las musas tardan en llegar y algunas veces vienen colmadas de ideas buenas y otras veces no traen nada, o si traen algo son sus penas y hay me encuentro consolando musas.

Hoy llegaron las musas con muchas sugerencias sobre política, sobre economía, pero yo no estoy con ánimo de escribir sobre eso, aunque ese tema “tiene mucha tela por cortar”, pero toda del mismo color, del mismo tono y la urdimbre y la trama, ya son conocidos, repetitivos y no te llevan a nada concreto. Por otro lado, está el tema cívico y eso está algo más bonito, porque sobre ese tema se pueden escribir cosas nuevas, por lo menos nuevas de lo viejo. De los bellos recuerdos del pasado, de esos hermosos momentos de mayor intimidad, cuando en Santa Cruz, había menos gente, menos trabajo, pero mucho más respeto, mucha más honradez, honestidad, cuando los valores que deberían haberse incrementado se fueron perdiendo con el tiempo, con lo que llamamos progreso.

Que lindas épocas, cuando se podía tomar el cafecito de siesta, con horneado recién salido del horno, empanadas de arroz, empanadas de maíz, cuñapeces, sonso, masaco de yuca o de plátano verde, con café batido de buena calidad y azúcar que endulzaba, con mantequilla elaborada de nata batida, cuando nadie hacia dieta, cuando no se conocían diabéticos, y los que habían, comían lo mismo que nosotros, cuando después del cafecito seguíamos con la tertulia sobre cosas triviales, triviales, pero de mucha importancia, para acrecentar el cariño familiar, o la amistad responsable y solidaria. Cuando los periódicos servían más que todo para hacer paquetes en lugar del polietileno que se usa ahora, o para limpiar los vidrios.

Recuerdo cuando Santa Cruz estaba totalmente olvidada del centralismo, cuando los cambas se esforzaban por hacer su futuro, cuando nos enfrascábamos en conversaciones sin fin, cuando se exponían los proyectos, proyectos que daban vueltas en la cabeza de los jóvenes, jóvenes que estaban de vacaciones o que eran recién egresados y soñaban en qué aplicar sus conocimientos, soñadores que fueron forjando este pueblo, concretando en proyectos reales, los sueños que entusiasmaban a todos. Proyectos que eran financiados con el esfuerzo de todos, como CRE, COTAS, SAGUAPAC, Banco Santa Cruz, el Parque Industrial, los canales de drenaje y un sinfín de proyectos, que siendo sueño, poco a poco tomaron forma, paulatinamente se convertían en cosas concretas, en base a estudios que no costaban ni un peso, porque eran el aporte de todos los intelectuales y los entusiastas y de repente aparecía alguien con contactos en el exterior y se conseguía el financiamiento y surgían inmediatamente: los flujos de fondos, los estudios de rentabilidad, de costos, anteproyectos, proyectos, ingeniería de detalle y así este pueblo fue atrayendo gente del exterior e interior que se identificaron con su progreso y que también aportaron.

El tiempo ha transcurrido y “posó mucha agua por debajo del puente”, muchos políticos quisieron usarla, muchos otros quisieron destruirla, no de ahora, de hace 450 años, pero siempre Santa Cruz, fue vista con envidia, siempre se dudó de ella y siempre ella demostró lo contario, incluso hoy, mientras todo Bolivia, o lo que quieren denominar como “Estado Plurinacional”, se envolvió en una huelga general, Santa Cruz, siguió trabajando, demostrando que la única forma de progresar, la única forma de pasar los tragos amargos es con esfuerzo, con trabajo honrado y tesonero.

Estoy seguro, que pese a las adversidades, que pese a todo el odio invertido por el centralismo, Santa Cruz surgirá y cada vez será más grande, más pujante, será el ejemplo que usará todo Bolivia, será quien absorba el mejor capital humano de este gran país, porque para hacer las cosas grandes no sólo se necesita riqueza material, es mucho más importante la riqueza intelectual y estoy seguro que eso tienen Santa Cruz y como un imán atraerá todo lo bueno de otros lares de este gran país.

Santa Cruz, ya tiene 450 años, ya es mayor de edad, ya es autónoma.

Miguel Aramayo

SCZ. 18-02-2011