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Mezcolanza.

17 Sep

Mezcolanza.

Generalmente cuando elijo un libro para leer, invierto un tiempo en seleccionarlo, no lo hago porque ese título esté de moda o porque sea el último de los libros de un escritor famoso. Generalmente tardo algo más de media hora para seleccionar uno, uno entre diez libros que presentan en la librería. Algunas veces elijo dos en esa búsqueda. Desde luego que incluyo en la búsqueda, los recomendados y los de escritores famosos, pero lo seleccionó por mi percepción de quien lo escribe y en la contratapa, leo el resumen o las recomendaciones de eminencias. En mi búsqueda procuro algo que me deje algo de enseñanza.

 

Ahora seleccioné uno que titula “Apolonio 210” Y el autor es Robín Cook, es médico y escritor, ya tiene escritos treinta libros, que han sido traducidos a cuarenta idiomas, se especializa en el thriller de ese género, Creo que éste es el primero que leo de él.

 

Lo primero que me llamó la atención y tuve que buscar en el diccionario es el “síndrome de Asperger”, que es un problema psíquico, lo que significa, en pocas palabras: Que las personas afectadas son menos sociables. La novela trata de un tema de “células madre”. “Lo que en palabras sencillas, es una célula inmadura indiferenciada, que posee el potencial de transformarse en una célula madura diferenciada”. Algo que también aprendí en su lectura es que: “Las células productoras de hormonas del páncreas que bombean insulina y glucagón al torrente sanguíneo con la finalidad de regular los niveles de azúcar”.

 

Siguiendo con la lectura del libro me encontré con una frase que es la causante de que en este momento me encuentre escribiendo. La misma que transcribo a continuación: “Orecchiette con salchicha italiana dulce”.  Mi mente se llenó de recuerdos de cuando vivía en Italia, primero en un pueblito próximo a Cerdeña, Castelsardo.  Cuando estaba en el seminario. Luego me recordé del Trentino – Tirol del sur.|

 

El primer lugar, Castelsardo, porque de allá tengo el grato recuerdo de mi primer amor que estudiaba para monja y que después la encontré en Trentino ya como una monja,  hecha y derecha. Este recuerdo es porque en la novelita que leo el personaje principal, que se llama Pía, es una muchacha que estudia medicina, mejor dicho que ya está por licenciarse de médico y que en lugar de continuar el internado, por recomendaciones de uno de sus profesores postula al doctorado en la especialidad de investigadora.

 

Esa muchacha de la novela, después de que muere su madre y queda en poder de su padre y un tío, que eran albaneses, es maltratada por el tío, que incluso abusa de ella y ella pretende matarlo clavándole una tijera en el pene y le dañan la femoral, con lo cual el tipo pasa a un hospital donde lo salvan, pero después de curarse le da una paliza a la muchacha que es escuchada por los vecinos, quienes lo denuncian a la policía y la chica pasa a hogares de acogida, hasta que cae en un convento de monjas, que son las que la crían y le dan la posibilidad de estudiar y que incluso la becan para que estudié medicina, tiempo en el que ella piensa hacerse médico internista y poder entrar al convento para hacerse misionera en el África.

 

Su profesor que es un científico, que tenía un premio Nobel en inmunología, está experimentando con células madre, para poder usar en la fabricación de órganos, como riñones, corazones, páncreas, pulmones. Ve en ella un gran futuro, no sólo por sus aptitudes médicas, sino por su historia de infancia y juventud, que son similares a las de él que también se crio en hogares de acogida. Ese científico le confiesa a Pía, esa su condición de infancia y pubertad, además que el sufre del síndrome de Asperger y que pese a todo ello, ha llegado a la posición notable de la que goza en este momento.  El confía que su experimento puede conquistarse con su colaboración y que por lo tanto le pide su ayuda y le brinda su confianza.

 

El recuerdo de Trentino es porque cuando vivía allá, mi madre, cada vez que nos visitaba preparaba orecchiette, pero ella lo hacía con estofado. Para que no se queden con la duda, la forma de la pasta es la de un pequeñísimo sombrero de 2 a 3 centímetros, levemente bordado, con la parte externa rugosa a causa del arrastre impuesto durante la elaboración. A continuación les doy la receta: Por cada kilo de sémola de grano duro, una cucharadita de sal, 1 litro de agua tibia a disposición. Aquí se puede conseguir harina 000 de buena marca y con el más alto contenido de proteínas e incorporando un poquito más de sal. Éste desarrollará más gluten y en consecuencia la masa será más consistente.

 

Colocar sobre una mesa de madera la sémola en corona con una cucharadita de sal fina. Unir con agua tibia, emplastar y trabajar por unos diez minutos hasta que en la masa empiezan a notarse globitos. Obtener un bollo liso, suave y consistente. Enharinar, cubrir con un paño de cocina y hacer descansar un poco. Luego cortar pequeñas porciones de masa y con las palmas de las manos formar largos choricitos de un diámetro desde unos 7 a 10 milímetros. Cortarlos con un cuchillo de mesa en trocito de 1 centímetro.  Mi madre habilidosamente formaba las conchitas con el dedo pulgar e índice de la mano, de manera continua alejándola para que se junte con otras en un espacio de la mesa. Desde este lugar momentáneo, se disponía sobre paños enharinados sobre la misma mesa o en otra superficie plana.  Era aconsejable prepararlas antes para que se sequen un poco o desde la noche anterior.

 

El estofado de peceto, también se lo preparaba con anterioridad, para recalentarlo al momento de preparar la pasta, de esa manera había madurado y el jugo concentraba los sabores de la albaca, el orégano, la cebolla, el tomate y los ajos, además que todo eso se preparaba con vino tinto y una cucharadita de miel natural para aminorar los sabores ácidos. El complemento eran una fugazzetas al horno, con bastante orégano y aceite de oliva, infaltable debía ser bastante queso parmesano rallado. Todo eso combinado con un buen vino merlot a temperatura ambiente.

 

Como podrán apreciar al haber llegado al final de mi historia, el porqué de título de la misma.

 

 

Miguel Aramayo.

SCZ. 14-09-2014 Cumpleaños de mis amigos Roberto Rodrigano y Malaco Arauz.