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Un poema

16 Nov

Un poema

Muchas veces me he puesto a pensar en el significado de un poema y todas las veces no he llegado a ninguna conclusión, porque los poemas son mucho más complicados, que sólo pensar en ellos. Un poema, mejor dicho, todos los poemas nacen del alma, nacen del corazón y por lo tanto no es necesario pensarlos, los poemas nacen solos, pero imprescindiblemente deben salir del alma, del corazón y hasta me animo a decir que los poemas son de “generación espontánea”.

 

Ahora, por ejemplo, cuando comencé a escribir, tenía la esperanza de poder escribir un poema, y me encuentro escribiendo cosas raras, cosas extrañas, queriendo justificar lo difícil que es escribir un poema. Eso sucede porque en este momento, mi cabeza está poseída de palabras, de ideas, de conceptos, pero exenta de sentimientos, sentimientos que podrían estructurar un poema.

 

Mi cerebro, en forma involuntaria, puede estar repitiendo versos de poemas escritos por mí, o escritos por otras personas, pero ese repetir inconsciente de palabras bonitas con sentido, coherentes, melodiosas, son simplemente la repetición de algo creado en otro momento, por mi o por otras personas, pero el repetirlas no traerá a mi mente una nueva composición. ¡NO!, únicamente es el eco de algo que sucedió, pero no es el impulso para que suceda algo.

 

Algunas veces las palabras son insuficientes para expresar los sentimientos, es más, estoy seguro que las palabras no expresan a cabalidad los sentimientos, mucho más expresivos pueden ser la vista, el tacto, incluso algunas veces el silencio dice mucho más que un montón de palabras y una lagrima o una sonrisa pueden ser extremadamente expresivos y mostrar en toda su magnitud nuestros sentimientos, o los sentimientos de los demás hacia nosotros.

 

Hasta aquí he expresado una cantidad de palabras, mejor dicho, he escrito un montón de palabras, palabras con muy poco sentido y sin nada cálido, en busca de una idea que pueda expresar mis sentimientos y me doy cuenta que en este momento estoy sin poder captar mis sentimientos, que podrían nacer de algunas de las ideas que he vertido en este papel. Y como el tiempo y mi paciencia se agotaron dejo todo este palabrerío, para hacer cualquier otra cosa que no sea perder el tiempo.

 

Miguel Aramayo

SCZ.16-11-2017

 

15 Nov

¿Tenemos los pies en la Tierra?

Los científicos y específicamente los astrónomos, constantemente están descubriendo planetas templados, similares y cercanos a la Tierra, algunos tan cercanos que los podemos tocar con sólo estirar la mano, simplemente a tres años luz, pero algunos otros ligeramente un poco más lejanos, a once años luz del sistema solar. Esto según información del Observatorio Europeo Austral (ESO).


El planeta, que ha sido llamado Ross 128 b, es el más cercano descubierto que orbita en torno a una estrella enana roja inactiva, lo que puede aumentar las probabilidades de que reúna las condiciones para albergar vida, según se desprende del estudio publicado en la revista «Astronomy & Astrophysics». Ese descubrimiento lo hicieron utilizado un programa que se denomina “el cazador de planetas HARPS (siglas de High Accuracy Radial velocity Planet Searcher), que es un programa buscador de alta precisión por velocidad radial (ESO, instalado en el Observatorio La Silla de Chile).


Aunque esas proximidades hallan que ese planeta descubierto, se convierta en el «vecino estelar más cercano, en tan sólo 79.000 años, un parpadeo en términos cósmicos», para cualquier humano neófito en la materia, se presta a risa, aunque para los astrónomos es algo alcanzable. Lo que permite sacar la siguiente conclusión: Así como hay planetas hay humanos, y así como esos planetas están próximos a nosotros, para algunos humanos, como yo, esos son sueños para plasmarlos en tiras cómicas y alguna descabellada novela de ficción.

 

Pienso que todos los humanos deberíamos poner los pies sobre la Tierra y pensar que debemos hacer para poder seguir utilizando la Tierra como nuestra morada, porque al paso que vamos, será muy necesario que tengamos que recurrir a los astrónomos para ver si no pillan algo más próximo, que podamos utilizar como una posible nueva vivienda, o algo donde podamos descargar toda la basura que estamos generando y de donde podamos traer oxígeno y agua, principalmente.

 

Estamos creciendo a tal velocidad que el problema más grande, que yo veo, es la súper o sobre población, junto con la inconciencia, que cada vez caracteriza a los humanos, porque cada día que pasa somos más intolerantes, menos humildes, menos colaboradores y cada vez más devoradores. Somos individualistas, sólo pensamos en nosotros y todo lo queremos para nosotros, la indolencia es una característica cada vez más extendida en los humanos y cada vez nos alejamos de la naturaleza, queremos tener lo mejor, en tecnología, en físico (cuerpos bonitos, sin pelos, con mucho perfume, que haga resaltar nuestros músculos, en los hombres y los senos y los glúteos en las mujeres).

 

Estamos perdiendo la vista, ya no miramos más allá de nuestras narices y lo que le pueda suceder a nuestros seres queridos, a quienes ya los podemos reemplazar, nos interesa muy poco, cada uno debe ver por su felicidad y el estar prendidos a una pantalla es lo máximo que ambicionamos, incluso ahora hay inventos que te permiten reflejar el celular en los lentes que, al mismo tiempo de protegerte del sol, te permiten no ver más allá. El parabrisas de tu auto te refleja el panel de control y por lo tanto sólo debes mirar al frente para saber que sucede en tu entorno. Ver de cotiojo, ya no existe, es algo anticuado, lo mismo que un guiño o un respingo, todo eso está reemplazado por iconos, caritas felices, tristes, que mandan besos, que muestran sonrisas, lagrimas o te regañan.

 

Las parejas cada vez practican menos el amor, al extremo que está disminuyendo la población, y en vez de esos besos apasionados y esos estrujones que tanto nos satisfacían a los de nuestra generación (viejos de la cuarta edad), cuando se escondía la luna y se alejaban nuestros controles, ahora se reemplazaron por pantallas y teclados… ¡Una pena!… Deberíamos poner los pies en la Tierra.

 

Miguel Aramayo

SCZ.15-11-2015 Conmemorando 54 años de bachillerato (Promoción 1963 La Salle)

 

14 Nov

Historia de amor y lujuria

Soy un fanático del amor y porque no decir sin descaro, también de la lujuria, porque pienso que es un componente primordial para acrecentar el amor y lastimosamente ha muerto quien podría corroborar lo que digo. Murió treinta años antes de Jesucristo, se trata de una mujer que era hija de Ptolomeo XII, Filopátor Nea Thea, Trifena cuyo nombre significaba «Gloria de su padre«.

 

Esa mujer no era bonita, al contario su nariz era demasiado larga, y su mentón, prominente, pero brillaba por lo que hoy llamaríamos charme: encanto, hechizo, poder de seducción, y además una sólida educación griega. Hablaba egipcio –algo muy poco común en ese período–, griego, hebreo, sirio y arameo, y había sido instruida en política, música, literatura, matemáticas, astronomía y medicina.

 

A la muerte de su padre, que era corrupto, amante de grandes fiestas, pésimo gobernante, y dependiente de la interesada ayuda romana, ávida del oro, que abunda en esas tierras. Lo sucede en el trono, con tan sólo diecisiete años de edad, para lo cual debe casarse con su hermano de doce años, porque eso determinan las leyes de su dinastía, de lo contrario no podía asumir el poder. Reina entre dos fuegos, la decadencia, hambre y miseria de su pueblo y la codicia y ambición de poder de Roma, que está en expansión.

 

Su hermano y esposo, Ptolomeo XIII, Dionisio; influido por sus consejeros, que además son enemigos de ella – su hermana: El eunuco Potino, el general Aquilas y el retórico Teodoto–, la expulsa del poder. Ella, además de «dulce, refinada, encantadora», como la define el historiador Plutarco, es ambiciosa y bravía. Huye a Siria, reúne un ejército, y planea recuperar el poder.

 

En Roma, están en guerra civil. Cayo Julio César derrota a Pompeyo, y se refugia en Egipto, pero Ptolomeo XIII no lo recibe y ordena asesinarlo. Cuando César recibe en una bandeja de plata la cabeza de Pompeyo, llora; era su rival, pero también su amigo, a quien decidió perdonarlo, mientras descansaba en el palacio real de Alejandría, que es la más deslumbrante de las ciudades egipcias.


La hermana de Ptolomeo XIII, que aún sigue en el exilio, urde un plan tan audaz como peligroso. Entra de noche a Egipto, burlando la vigilancia, llega al palacio, se hace envolver en una alfombra… y al desenrollarla aparece ante el hombre más poderoso de Roma, y acaso del mundo. A quien enamora y subyuga de tal manera que logra derrotar a su hermano, el mismo que muere ahogado en el barro del Nilo, todo esto lo hace usando sus poderes de seducción y algunos otros trucos, para hacerse apetecible. De esa relación nace un hijo, Ptolomeo XV Filópator, apodado Cesarión.

 

Para gobernar una vez muerto su hermano, se casa con el hermano menor, de tan solo diez años, pero mientras tanto, el romano regresa a Roma, donde a ella nadie la quiere y su amado muere. Teme que su hermano y marido Ptolomeo XIV le arrebate el trono y no se detiene: lo envenena, y nombra rey a su hijo ¡de cuatro años!

 

Después de la muerte de su amado y padre de su hijo, recibe el pedido de ayuda de Marco Antonio, que está en guerra contra los que mataron a su amigo, ella no le acepta, pero decide juntarse con él durante cuatro días, en ese encuentro y él – Marco Antonio – cae fulminado por los encantos de esa mujer y de ese enamoro, él retorna a Roma y se casa con Octavia, pero decide retornar a Egipto y es allí, que ella queda embarazada de mellizos, que al nacer reciben el nombre de: Cleopatra Selene II y Alejandro Helios.

 

Como verán esta historia que les conté y que la extraje de un artículo que salió en el periódico de hoy, es algo que muy poca gente sabe de Cleopatra, Julio Cesar y Marco Antonio y muy especialmente de los hijos que ella tuvo para ambos, antes de morir picada por una víbora áspid.

 

Miguel Aramayo

SCZ.14-11-2017

 

14 Nov

Reclamo de algunos animales

Aunque ustedes no me crean, me tocó ver dos reuniones de algunos animalitos que se quejaban de discriminación, pese a que ellos también pertenecen a un estado plurinacional y multiétnico. Una de las reuniones era de hormiguitas bien fornidas, que comúnmente son llamadas “sepes(Atta laevigata es una de las cerca de una docena de especies de hormigas cortadoras de hojas del género Atta). El otro grupo era de mosquitos (Aedes aegypti) que estaban en gran asamblea en un charco de agua, donde participaban, hembras, machos y larvas.

 

En ambas asambleas se escuchaban gritos como “sepes unidos jamás serán vencidos” y en la otra reunión decían “mosquitos unidos jamás serán vencidos”, ambos enarbolaban banderas de color bordo, con el retrato de un argentino muy conocido y cuando lanzaban sus consignas lo hacían levantando una de sus patas delanteras del lado izquierdo con el puño en alto.

 

Se quejaban de que ellos (los bichitos discriminados) no los defendían los “animalistas”, que esos discriminadores, sólo se preocupaban de animales de la selva y principalmente de perros y gatos, a quienes defendían con uñas y dientes, incluso en desmedro de los propios seres pensantes, porque ellos preferían que esos bichos infectados de rabia, sigan mordiendo a la población humana, aunque tengan que morir.

 

Otro de los argumentos que escuché en los discursos de ambas agrupaciones de bichitos, fue que los animalistas no defendían ni a las vacas, patos, pollos y chanchos, que también son llevados a la eternidad en forma cruel, para nada más que sus despojos sirvan de alimento a los humanos. Incluso protestaban porque los “animalistas”, cuando hacían sus reuniones para defender a los animales infectados, lo hacían al calor de un churrasco, comiendo buenos bifes, mollejas, alitas y chorizos.

 

Quedé sorprendido de las observaciones que escuché en las alocuciones de ambos grupos reunidos, unos junto a su cueva (los sepes) y junto a un charco (los mosquitos) y quedé pensando en lo que leí en los periódicos, porque aparentemente el Secretario de Salud de la Alcaldía de Santa Cruz, estaba entablando una denuncia en contra de los “ambientalistas” porque están atentando contra la salud de la población.

 

En mi poco entender, porque no tengo ni la menor idea de cómo debe pensar un zoólogo, un ambientalista, un salubrista o un político, pero en mi escaso entender, creo que, si los perros son abandonados por sus amos y están causando zozobra y muerte en la población, las autoridades están en el deber de defendernos y sí es necesario matar a esos perros rabiosos, se debe hacer eso y además se los debe incinerar, para evitar proliferaciones de ese mal que causa la muerte en los humanos.

 

Si no me equivoco en el Génesis, Dios puso al hombre como amo y señor de toda la creación y con la facultad de disponer de todo lo que Dios puso a su disposición, incluyendo plantas, animales, minerales y todo lo que está sobre y debajo de la tierra. Con mayor razón si esos animales están causando daño a los hombres.

 

Pienso que, si los ambientalistas quieren defender a los perros con rabia, ellos deberían crear los albergues necesarios y encargarse del tratamiento que se les pueda dar a esos pobres animalitos que están destinados a morir, porque la rabia no tiene vuelta atrás y al exterminarlos a los que tienen dueño y los abandonados lo único que hace la autoridad es aplicarles la “eutanasia”, que es lo mismo que ayudarlos a morir dignamente.

 

Miguel Aramayo

SCZ.09-11-2017

 

14 Nov

La sexualidad de los aborígenes bolivianos

En primer lugar, es importante dividir los aborígenes del occidente, los incas y aimaras de los aborígenes del oriente que en sus inicios no son dos tribus, sino una cantidad impresionante de tribus, de las cuales todavía perduran algo más treinta.

 

La primera separación se origina por el clima, el occidente es frio y se convierte en templado a medida que se aproxima al naciente, lo cual da algunas pautas para profundizar en el tema de la sexualidad. El oriente es cálido la mayor parte del tiempo y el invierno no es por un periodo largo, ni constante, es un frio intenso pero esporádico, que también es un incentivo para las practicas amorosas.

 

Lo primero que encuentro es que la gente que tocó este tema para estudios de salud sexual y reproductiva, divide a la población en aymaras, quechuas y de Tierras Bajas, esta información de alguna manera es valedera por cuanto lo que yo pretendo es opinar sobre la sexualidad de los originarios de Bolivia, pero lo que pretendo no es dar una opinión científica, porque no tengo la calificación para poder hacer eso. Lo que yo quiero opinar es sobre la sexualidad, pero no como algo de salud y menos de salud reproductiva. Yo quiero opinar, como un simple lego, que cree que observando a las personas y leyendo un poco, puede encontrar padrones, para poder opinar sobre ese tema.

 

A mi criterio, y por mis observaciones personales, pienso que el aborigen occidental toma el sexo como una forma de unión para procrear y no como una práctica de satisfacción personal. El romanticismo occidental es casi nulo o es practicado a su manera, ellos se tiran piedritas para llamar la atención de la hembra y son mucho más cariñosos cuanto más alcohol consumen. Cuando toca el momento de la posesión el varón toma por la fuerza a su pareja y consuma el acto buscando simplemente su satisfacción como macho poseedor y la mujer asume su papel pasivo. No creo que consideren que el beso y las caricias faciliten la unión. “porque te quiero te aporreo”

 

Esa forma de proceder de los aborígenes del occidente, puede estar fuertemente influenciado por el clima, porque no es nada placentero el tener que amar desnudo a menos de cero grados centígrados. Desde luego que la cultura también influye en ese acto, por cuanto por costumbres ancestrales y por la misma causa (el clima inhóspito) se han trasmitido de generación en generación, por los genes, la forma de practicar el amor.

 

En el aborigen oriental, también existe un cierto instinto animal de posesión del varón hacia la hembra, pero no es tan marcado, porque incluso existen rituales de iniciación, en la cual las tribus hacen una fiesta para iniciar que la que hasta ayer fue niña, está en condiciones de procrear y por lo tanto la visten de una manera especial y le dan la posibilidad de que elija pareja, entre los jóvenes que también llegaron a la edad de tomar pareja. Creo que en esto también influye el clima, porque al ser cálido, tanto hombres como mujeres disponen de muy poca vestimenta y adornan sus cuerpos con pinturas que hacen resaltar sus características de belleza, lo cual me imagino que despierta el lívido de las personas.

 

He tenido oportunidad de compartir con los guarayos y he podido observar que cuando la mujer no se siente satisfecha, cambia de pareja, lo mismo sucede cuando el guarayo queda viudo, en el velorio ya le buscan pareja. Esto me da a entender que ellos aman, que ellos encuentran satisfacción en la unión y son sinceros al expresar sus sentimientos, de manera que cuando no se encuentran a gusto en pareja, rompen el vínculo que los mantiene unidos, que por lo general no es una unión legal, sino simplemente formal. Vos me quieres, yo te quiero, unámonos, para brindarnos felicidad y procrear, asumiendo cada uno su responsabilidad de paternidad y maternidad, sin menospreciar la felicidad de la unión.

 

Me animé a escribir sobre este tópico, sin tener una calificación como sexólogo, o como antropólogo, sino como un simple mirón, que deseo dejar constancia de mis observaciones, porque mis apreciaciones podrían servir de algo a gente entendida en el tema y que pueda tener como válidos mis comentarios, que definitivamente son empíricos.

 

Escribo esto porque creo plenamente en el amor de pareja y pienso que lo que mantiene viva esa llama de amor es la pasión y creo que la palabra sinónima es sexo, como la más pura unión. Si tengo alguna crítica no importa, esto lo hago para mí.

 

Miguel Aramayo

SCZ.07-11-2017

 

14 Nov

Comentando otro libro

Algunas veces – la mayoría – leo para distraerme y procuro que ese fin no sea el único, me gusta que de lo que leo algo me quedé como enseñanza, por ese motivo siempre tengo una lapicera muy cerca para poder señalar lo que me parece interesante y que de alguna manera debo recordar. Muy pocas veces agarro libros para culturizarme o para investigar, pero el que acabo de leer, que titula “La Cruz del Sur” y cuyo autor es “Fernando Ortiz Sanz”, me ha dejado gratamente impresionado. Una fluidez extraordinaria en su relato, una forma de escribir exquisita, sin exagerar en su vocabulario, expresa los hechos de una manera elegante, pero al mismo tiempo clara. Describe la geografía de los lugares por donde transita la trama, especialmente en lo que corresponde a la hidrografía, de una manera que, si uno tuviera el cuidado de anotar y si conociera esos lugares, con seguridad que podría elaborar un mapa.

 

Describe a las tribus que conoce en su recorrido, mostrando datos que con seguridad son los que identifican a cada etnia, su forma de vida, sus armas, sus alimentos, la forma de vida, sus alimentos, su color de piel, su vestimenta, en fin, todo lo que puede caracterizar a cada tribu en particular. Lo mismo hace describiendo los lugares por donde transita, describiendo el color de las aguas, el tipo de vegetación, la altura y forma de los montes, llanos y cañadas.

 

Por lo que conozco, por lo que sé y por lo que he leído, me animo a decir que tengo un conocimiento de los originarios del occidente, tanto de los descendientes de los incas, como los que provienen de los aimaras y un poquito de los uros, que son los que menos historia bridan por lo pequeño de su entorno – el Lago Popo – en Oruro. Mi conocimiento de los aimaras es más profundo, porque incluso he compartido y hasta puedo decir que he convivido, cuando niño he jugado con niños indios. Siempre los he visto con pena y con respeto, por su sumisión y en el caso de los mayores, por su total inexpresión.

 

De la gente originaria del Oriente, conozco únicamente a los guarayos, pero son tantas las tribus que han habitado en este extenso territorio que difícilmente podría nombrarlas, muchas de ellas recién las oí nombrar en la lectura de este libro, lo que si me resultaron familiares fueron los nombres de la mayoría de los ríos que navegaron en la novela y también algunos de los poblados. También me resultaron familiares algunos nombres de los personajes, tanto españoles, como portugueses y jefes indios. Los originarios del oriente no son sumisos, son alegres, son voluntariosos, son totalmente diferentes a los de occidente.

 

Analizando en forma comparativa la historia de la conquista española en el Occidente, versus la conquista en Oriente, siendo los mismos españoles, incluso del mismo origen de España – Extremadura, Toledo, etc. – se nota la diferencia, quizá influyó mucho que los religiosos que vinieron a Oriente eran de la congregación de los Jesuitas (la Compañía de Jesús), los conquistadores que llegaron a Oriente, provenían de los campamentos instalados en el Paraguay y si también pretendían las riquezas, no despreciaban a sus aborígenes y lo que pretendían de ellos era catequizarlos, no para esclavizarlos, sino para usarlos como colaboradores, para cultivar la tierra y mejorar las instalaciones de sus poblados, convirtiéndolos en pueblos y en ciudades, no sólo los bautizaban en Cristo, también les enseñaban a leer y compartían sus conocimientos en todo lo que fuera necesario para todos en conjunto, también tomaron sus mujeres y se mestizaron.

 

La novela muestra como los españoles defendieron a los indios de las maldades de los filibusteros y los esclavizadores portugueses. Muestran las tremendas peleas defendiendo territorio indígena y sus habitantes, con los cuales hicieron alianzas para defenderse mutuamente, más o menos la mitad de libro relata todas las peripecias de esa guerra entre españoles y portugueses.

 

Leí algo que me impresiono y lo comparto con ustedes, es la respuesta a una cata que escribió el Sacerdote Cristóbal de Mendoza, hermano del Capital Miguel de Mendoza; de sus superiores en la ciudad de Chuquisaca: “Todos los hombres nacen libres y ninguno posee naturalmente jurisdicción sobre otros”, que quien pretende poseer tal jurisdicción, por medios violentos es tirano,” en cuyo caso el pueblo puede hacer la guerra”.

 

Si lo pueden conseguir, se los recomiendo, es de “Edición Artes Gráficas E. Burillo Ltda.” La Paz – Bolivia. Del año 1969.

 

Miguel Aramayo

SCZ.06-11-2017

 

14 Nov

Contando historias

He leído dos libros y quiero comentar los mismos, con la finalidad de compartir con ustedes la impresión que me dejaron ambos, esto con la finalidad de entusiasmarlos para que se lancen a la lectura de ambos, o desestimen su lectura.

 

Generalmente cuando un libro no me agrada, lo sé antes de comenzar a leer, en la selección, cuando leo la contratapa y la pestaña de la tapa, donde comenta quien es el autor. Si por algún motivo me equivoco (en muy contadas oportunidades – de cincuenta libros escogidos, solo rechace dos) lo dejo de leer y lo abandono, sin ponerle la fecha que lo compré y mi nombre.

 

En esta oportunidad comentaré “Bajo el cielo de los celtas” de “José Vicente Alfaro” y “Las horas perdidas” de “Lorena Franco”, ambos comprados de “Amazon” y leídos en mi iPad usando “Kindle”. Ambos libros los fui leyendo mientras hacía espera para entrar a reuniones, o cuando la luz era deficiente para leer los libros tradicionales, o cuando no estaba con mi libro (de verdad), por lo tanto, su lectura fue esporádica y demoré mucho tiempo.

 

“Bajo el cielo de los celtas”, un libro con un alto contenido histórico, porque quien lo escribió debió documentarse con temas de información real, desde luego que lo que queda de los celtas, es muy poco y casi nada. Porque no sólo los exterminaron a ellos, también exterminaron los pocos libros que quedaron e incluso el idioma que hablaban. Lo que llegó a nosotros, son más fabulas que historia. La novelita está muy bien escrita, es una ficción, pero con muchos datos históricos y geográficos, que uno puede corroborar, si quiere hacer una investigación somera. Lo interesante del libro es que pinta a los celtas y sus sacerdotes druidas, de tal manera que su relato te sitúa en esa los lugares y te hace vivir los personajes, que algunos momentos son hombres o mujeres y al rato se convierten en animales feroces o en pájaros de gran porte.

 

“Las horas perdidas”, es una novela policial, que hasta cierto punto se puede decir que es de terror, no pareciera que la autora fuera una mujer porque con mucha frecuencia emplea un lenguaje obsceno, mas da la impresión que el autor fuera un hombre y un tipo rudo, con un lenguaje crudo. La trama también es escabrosa y relata escenas que difícilmente uno podría imaginarse. En el curso de la novela, en algunos momentos presenta escenas que confunden la trama y lo que uno pensaba, cae, para dar curso a otro rumbo. No son muchos personajes, pero incluso en sus nombres se produce algo de confusión porque el policía y amante ocasional se llama Paul y la delincuente y amante depravada se llama Paula, También existe un hombre que es víctima, que tiene el mismo apellido de otro policía, que fue el primer amante de la asesina y ambos apellidan Parker.

 

Si tuviera que recomendar alguna lectura para mis amigos, le recomendaría el libro de los celtas, muy distraído, ameno y con mucho suspenso. La novelita de las horas, solo si quieren algo morboso, con mucho suspenso, pero con una saña maligna.

 

Miguel Aramayo

SCZ.03-11-2017

 

14 Nov

Contando historia

He leído dos libros y quiero comentar los mismos, con la finalidad de compartir con ustedes la impresión que me dejaron ambos, esto con la finalidad de entusiasmarlos para que se lancen a la lectura de ambos, o desestimen su lectura.

 

Generalmente cuando un libro no me agrada, lo sé antes de comenzar a leer, en la selección, cuando leo la contratapa y la pestaña de la tapa, donde comenta quien es el autor. Si por algún motivo me equivoco (en muy contadas oportunidades – de cincuenta libros escogidos, solo rechace dos) lo dejo de leer y lo abandono, sin ponerle la fecha que lo compré y mi nombre.

 

En esta oportunidad comentaré “Bajo el cielo de los celtas” de “José Vicente Alfaro” y “Las horas perdidas” de “Lorena Franco”, ambos comprados de “Amazon” y leídos en mi iPad usando “Kindle”. Ambos libros los fui leyendo mientras hacía espera para entrar a reuniones, o cuando la luz era deficiente para leer los libros tradicionales, o cuando no estaba con mi libro (de verdad), por lo tanto, su lectura fue esporádica y demoré mucho tiempo.

 

“Bajo el cielo de los celtas”, un libro con un alto contenido histórico, porque quien lo escribió debió documentarse con temas de información real, desde luego que lo que queda de los celtas, es muy poco y casi nada. Porque no sólo los exterminaron a ellos, también exterminaron los pocos libros que quedaron e incluso el idioma que hablaban. Lo que llegó a nosotros, son más fabulas que historia. La novelita está muy bien escrita, es una ficción, pero con muchos datos históricos y geográficos, que uno puede corroborar, si quiere hacer una investigación somera. Lo interesante del libro es que pinta a los celtas y sus sacerdotes druidas, de tal manera que su relato te sitúa en esa los lugares y te hace vivir los personajes, que algunos momentos son hombres o mujeres y al rato se convierten en animales feroces o en pájaros de gran porte.

 

“Las horas perdidas”, es una novela policial, que hasta cierto punto se puede decir que es de terror, no pareciera que la autora fuera una mujer porque con mucha frecuencia emplea un lenguaje obsceno, mas da la impresión que el autor fuera un hombre y un tipo rudo, con un lenguaje crudo. La trama también es escabrosa y relata escenas que difícilmente uno podría imaginarse, en el curso de la novela en algunos momentos presenta escenas que confunden la trama y lo que uno pensaba, cae, para dar curso a otro rumbo. No son muchos personajes, pero incluso en sus nombres se produce algo de confusión porque el policía y amante ocasional se llama Paul y la delincuente y amante depravada se llama Paula, También existe un hombre que es víctima que tiene el mismo apellido de otro policía que fue el primer amante de la asesina y ambos apellidan Parker.

 

Si tuviera que recomendar alguna lectura para mis amigos, le recomendaría el libro de los celtas, muy distraído, ameno y con mucho suspenso. La novelita de las horas, solo si quieren algo morboso, con mucho suspenso, pero con una saña maligna.

 

Miguel Aramayo

SCZ.03-11-2017

 

14 Nov

Suspenso increíble

Acabo de leer una novela del Dr. Robín Cook (médico y escritor con muchos libros escritos y más de 100 millones de libros vendidos), que titula “Anestesia Letal”, como todo lo que he leído de ese escritor (Polonio 210 – Anestesia Letal – Vector – Coma), llena de términos médicos, que para un tipo como yo son casi incomprensibles, pero hacen muy ameno su relato.

 

Más o menos hasta la mitad del libro (424 hoja) la trama es una descripción de un sinfín de tareas médicas de diferentes especialidades, con sus nombres difíciles e incomprensibles, lo mismo que los procedimientos médicos y quirúrgicos y ni que decir de los medicamentos y sus composiciones químicas, algo más complicado que, leer una posología en ingles de un remedio para una enfermedad difícil de recordar, con indicaciones y contraindicaciones.

 

Pese a eso, el escritor lo lleva a uno de la mano por cada hoja, haciendo que uno se compenetre del tema y de los personajes. Lo interesante es que no usa muchos personajes y los nombra de tal manera, con denominaciones cortitas, conocidas y fáciles de recordar. Los escenarios tampoco son muchos y son fáciles de memorizar.

 

Dos estudiantes de medicina, una muchacha blanca y un negro corpulento son los héroes, el novio de la chica queda con muerte cerebral, después de una operación de rodilla, algo que debería ser ambulatorio, pero que tiene un final malo. y los dos estudiantes siguen el curso para descubrir, por qué sucedió eso y se encuentran con que el hospital donde ellos estudian, un centro que atiende pacientes con muerte cerebral y un laboratorio que produce remedios de origen humano se asocian para descerebrar pacientes, para utilizarlos en la fabricación de los productos que comercializan. Para reclutar descerebrados usan una máquina de anestesia, la misma que manipulan para cortar el suministro de oxígeno y de esa manera producir un daño letal en el paciente.

 

Después de la mitad del libro comienza el suspenso, primero muy sutil y va aumentando de intensidad, pero no te da señales de cómo puede desencadenar la trama, prácticamente hasta la última hoja, hasta el epilogo. Faltando unas cuarenta hojas para el final el suspenso es intenso y cada hoja que pasa va increcendo, hasta que en las últimas cinco hojas ya uno queda inmerso en la trama y con los nervios de puntas, uno ya forma parte de la novela y quiere con desesperación llegar al final, por lo tanto, hasta el libro queda caliente de la tensión nerviosa que nos involucra en los personajes que participan en el final del libro.

 

Me gustó mucho la novela, como todas las que leí del mismo autor. Son libros muy bien escritos, pero que te dejan muy poco de enseñanza, salvo que tu cerebro almacena la perspicacia de los personajes que son los buenos y puede ser que algo de la trama te pueda servir en la vida real, quedas atento a lo que sucede a tu alrededor y quedas atento a situaciones que se podrían convertir en otra novela.

 

Podría ser un libro un poco más corto, quizá que con 300 o 350 hojas era suficiente y no se perdería nada de la trama y menos del suspenso que es lo más interesante de los relatos de este novelista.

 

Si tienen oportunidad de leerlo, no se lo pierdan, es un libro que te atrapa y te mantiene distraído, abstrayéndote de la rutina diaria.

 

Miguel Aramayo

SCZ.01-11-2017

 

30 Oct

Por el día de los difuntos

Corría, corría y lo hacía a tanta velocidad y total inconciencia, no tenía ni idea de por qué ese mi afán de ir hacia adelante, sin saber porque, sin saber a dónde, pero con la insistencia incontrolada de querer avanzar a algún lugar que no sabía cuál era, ni para qué era. Simplemente era el impulso de mi ser por ir adelante por alcanzar una meta sin detenerme a pensar el objeto de esa loca carrera.

 

Esa sensación la he percibido muchas veces en mi vida y siempre he quedado con la misma incógnita, desde luego que pasado un tiempo vuelvo a la normalidad y supero ese incidente sin darme cuenta que es algo que me alteró por un momento y como ya no continua, lo echo al olvido.

 

Así soy y no sé si eso se puede caracterizar como una inconsistencia o simplemente como una inconstancia. Si, una inconstancia, porque después de sentir esa carrera sin sentido quedo como que no hubiera pasado nada y por lo tanto ya no le llevo el apunte y continuo con mis actividades normales, sin detenerme a pensar y razonar, para encontrar el sentido de esa forma de proceder de mi carácter.

 

En mi vida he sentido dolores profundos, que me han hecho pensar en Dios, en la eternidad, los sucesos que conmovieron mi espíritu y que hicieron que inconscientemente me apegue a lo espiritual, no por temas religiosos, sino simplemente por dolor profundo, pero no dolor físico, ¡no!, ¡por dolor espiritual! La primera vez que sentí eso fue cuando falleció mi abuela Mercedes, que cuando no había nadie en su velorio con tío Jorge destapamos el cajón y besamos y abrazamos su cuerpo inerte y frio.

 

La segunda vez que sentí un dolor similar, pero sin estar junto al cuerpo de mi bisabuela Eloisa, al contrario al estar ella en La Paz y yo en Buenos Aires, Sentí que se me partía el corazón, porque presentí su muerte, sentí como que ella se despidió de mí, al momento de partir a la eternidad y no necesite que nadie me comunique su fallecimiento, porque yo lo presentí. Lo mismo me sucedió cuando se accidentó mi amigo Jimmy Vargas. En ambos casos corría como queriendo alcanzarlos.

 

Cuando falleció mi suegro también mi corazón sintió su alejamiento y estuve muy próximo a él, hasta que lo pusimos en el féretro y el frio de sus manos y su rostro invadieron mi cuerpo, pero más que eso, ese frio me llegó al alma, a mi espíritu, porque lo quería como a un padre, como a mi mejor amigo.

 

Para el fallecimiento de mi padre, también sentí profundamente y el día anterior a su partida, quise rezar el rosario antes de dormir y me dormí sin rezarlo, a la maña me di cuenta y muy avergonzado concluí el rosario, pidiendo al Altísimo que se apiade de ese pobre hombre y le permita partir a su encuentro. Algo similar sentí cuando fue mi madre la que partió a la eternidad, después de su anuncio quedé como vacío.

 

Hace algo más de una semana tuve el anuncio del fallecimiento de mi hermana y fue como sentir una punzada en el corazón y después de tomar conciencia de lo sucedido, fue como que emprendía una carrera descontrolada, sin saber por qué corría, ni saber dónde iba, simplemente corría, corría como queriendo encontrar algo que no sabía que era, ni donde estaba, como queriendo acercarme a Dios para poderle dar un beso a mi hermana, a mi padre, a mi madre, a mi suegro, a mis abuelas y a todos los seres queridos que nos precedieron.

 

Miguel Aramayo

SCZ.30-10-2017