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Nostálgico.

8 Sep

Nostálgico.

Se me amontonan los recuerdos y, con algo de ironía, mis recuerdos de Buenos Aires son recurrentes, me recuerdo de mi abuela Mercedes, que es la primera persona, que me enseño a querer y ver como algo ideal a la Argentina, después fui yo, con mis vivencias por esos lugares.

 

En cuanto a música, es verdad que el tango es algo que acompaña mi vida, primero con la abuela Mercedes, pero quien con mayor intensidad me recuerda ese ritmo, es mi madre, con tangos que son tan clásicos que logran arrugar mi corazón, hasta el día de hoy y, siento como míos, algunos de los recuerdos que mi madre lleva en el corazón- Tangos, como en un viejo almacén del paseo Colon… o cuartito azul, uno, por una cabeza, Lucia la uruguayita, caminito, etc.

 

Mis sentimientos son mayores escuchando los clásicos, con Piazzolla, Canaro, D´arienzo; o escuchar a: Gardel, Castillo, Sosa, Magaldi, Libertad La Marque y muchos más. Incluso escuchándolo a Julio Iglesias, o a Luis Miguel, que cantan muy bien, pero sin el sentimiento que ponen los cantores del lugar.

 

Me identifico con una orquesta típica, porque le asigno su personalidad a cada uno de los instrumentos, el piano suena varonil, al igual que el bajo, pero el alma del tango lo imponen el bandoneón y el violín, especialmente este último, porque con sus tonos agudos y prolongados imita el llanto de alguien, alguien realmente dolido.

 

Poner atención de las letras, son un poema, un poema que algunas veces está dedicado a la madre, a los amigos, a la ciudad, a la noviecita o al amor apasionado, que en un momento determinado tiene preso al corazón de un varón. La temática pareciera recurrente, pero no es así es variada, porque inclusive se le canta a algunos animales, principalmente a los caballos, que en su lunfardo los denominan burros.

 

Escuchar por ejemplo: Yira, Yira. Letra y Música de Enrique Santos Discépolo. Que dice así: “Cuando la suerte que es grela, fayando y fayando te largue parao; cuando estés bien en la vía, sin rumbo, desesperao; cuando no tengas ni fe, ni yerba de ayer secándose al sol; cuando rajés los tamangos buscando ese mango que te haga morfar… la indiferencia del mundo -que es sordo y es mudo- recién sentirás. Verás que todo es mentira, verás que nada es amor, que al mundo nada le importa… ¡Yira!…  Yira!… Aunque te quiebre la vida, aunque te muerda un dolor, no esperes nunca una ayuda, ni una mano, ni un favor. Cuando estén secas las pilas de todos los timbres que vos apretás, buscando un pecho fraterno para morir abrazao… Cuando te dejen tirao después de cinchar lo mismo que a mí. Cuando manyés que a tu lado se prueban la ropa que vas a dejar… Te acordarás de este otario que un día, cansado, ¡se puso a ladrar!”

 

Otro es Sentimiento gaucho: Música: Rafael Canaro / Francisco Canaro – Letra: Juan Andrés Caruso, que dice así: En un viejo almacén del Paseo Colón donde van los que tienen perdida la fe, todo sucio, harapiento, una tarde encontré a un borracho sentado en oscuro rincón. Al mirarle sentí una profunda emoción porque en su alma un dolor secreto adiviné y, sentándome cerca, a su lado, le hablé, y él, entonces, me hizo esta cruel confesión.  Ponga, amigo, atención. Sabe que es condición de varón el sufrir… La mujer que yo quería con todo mi corazón se me ha ido con un hombre que la supo seducir y, aunque al irse mi alegría tras de ella se llevó, no quisiera verla nunca… Que en la vida sea feliz con el hombre que la tiene pa’ su bien… o qué sé yo. Porque todo aquel amor que por ella yo sentí lo cortó de un solo tajo con el filo’e su traición… Pero inútil… No puedo, aunque quiera, olvidar el recuerdo de la que fue mi único amor. Para ella ha de ser como el trébol de olor que perfuma al que la vida le va a arrancar. Y, si acaso algún día quisiera volver a mi lado otra vez, yo la he de perdonar. Si por celos a un hombre se puede matar se perdona cuando habla muy fuerte el querer a cualquiera mujer.

 

 

Miguel Aramayo

SCZ. 6-09-2014