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Privacidad

31 Dic

Privacidad

Pensando en el significado de la privacidad, leí un pensamiento que lo expresa de una forma sencilla de entender: El derecho de que lo dejen a uno en paz es el más absoluto de los derechos, y el más valorado por las personas libres. (Louis Brandeis – 1928 USA). Desde esa época hasta ahora, la privacidad ha cambiado ostensiblemente, es un concepto antiguo, ahora hay cámaras por todas partes, existen programas de computación que permiten a otra gente escuchar tus conversaciones, ver lo que escribes, controlar tu acceso a páginas web. Lo peor de todo es que nosotros mismos estamos dando lugar a que los demás sepan todo de nosotros, con sólo pensar lo que hacemos en Facebook, decimos donde estamos, que pensamos que estamos comiendo y con quienes estamos. Registramos nuestras huellas y dejamos que nos fotografíen para cumplir con ciertos requisitos burocráticos, al extremo que la pizzería sabe que dolencia tenemos, porque tienen acceso a nuestro número de celular y el médico de cabecera también es cliente y el registró en nuestra historia clínica que tenemos exceso de colesterol, también saben que tarjeta de crédito tenemos y que banco la otorgó. Esto como un simple chiste, que a su vez es un ejemplo palpable del sentido que tienen actualmente nuestra privacidad.

 

Leyendo a Glenn Greenwald, abogado y periodista, seleccionado por Snowden, para divulgar la fantástica intromisión de las agencias de inteligencia de los Estados Unidos, principalmente de NSA y dejar al descubierto sus procedimientos y la ruptura total de la privacidad, no sólo de los habitantes de ese país, sino de los habitantes de casi todo el mundo. Después de leer ese libro que se titula: Sin un lugar donde esconderse, quedé anonadado y boquiabierto de ver la tecnología que emplean y de todo lo que pueden hacer los espías, no sólo ellos, cualquiera, incluso los que en nuestro país no se desprende del sombrero ni para dormir.

 

Pensar que tu celular, incluso apagado y hasta fuera de un servicio de Internet, puede convertirse en un micrófono que traslade a otro lado tu voz y lo que está expresando en ese momento, que el lente de ese mismo artefacto o de tu computador te pueden estar observando y emitiendo tu imagen al exterior. Que tus elementos electrónicos de comunicación como tu servidor, tu antena de WF, pueden estar fabricados para poder espiarte y emitir en línea lo que está sucediendo en tu entorno más próximo.

 

Y todo eso no porque tengas antecedentes políticos o erróneamente hubieras sido catalogado como guerrillero, sino porque EE UU se ha convertido en un Dios que puede controlarnos, para saber ¿qué es lo que pensamos?, ¿qué hacemos?, y ¿cómo podríamos serles de utilidad? Pareciera que esto que digo es ciencia ficción, que estoy alucinando, como expreso uno de los amigos de uno de mis nietos, pero si tuvieran oportunidad de leer el libro al que me refiero (Sin un lugar donde esconderse), con seguridad que no dudarían de mis aseveraciones.

 

Conversando con uno de mis hijos, sobre este tema, él me expresó algo muy cierto, ¿Qué sería de este mundo si no existiesen esas agencias de inteligencia?, si con todo eso todavía se siguen produciendo atentados terroristas, como los que con frecuencia suceden en Israel, como hace unos meses sucedieron en Francia y hace muy poco en Alemania. Si quisiéramos seguir gozando de privacidad, tendríamos que vivir en medio de la selva, no usar ningún elemento de comunicación y menos de computación.

 

Es preferible estar espiado a estar desprotegido, son muchos los malos e incluso ahora debemos cuidarnos hasta de los que se dicen buenos, es preferible estar en manos de los espías, que nos roban privacidad, pero que nos dan tranquilidad, “relativamente”.

 

Miguel Aramayo

SCZ.31-12-2016 Faltan dos horas para el próximo año, que nadie conoce.