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Qué lindo que es leer.

24 Abr

Qué lindo que es leer.

El alguna parte leí o escuche: “El hombre sufre, porque piensa”. Muchas veces he meditado sobre esa aseveración y en muchas oportunidades, he pensado, que esa afirmación es cierta, pero en este momento me pongo a razonar, sobre esa manera de pensar, porque cuando uno ve a una persona, que por desgracia, perdió el cerebro, por un accidente médico al nacer, por una meningitis después de haber nacido, o simplemente, por los efectos perniciosos, que produce el consumo de drogas y de alcohol o quizá por un accidente que revuelve sus sesos.

 

Pensamos, que esa pobre gente, sufre menos que nosotros, porque viven en un nivel diferente al nuestro, que sus únicos sufrimientos son la falta de alimentos, pero nosotros no estamos en esos zapatos y nunca podremos estar, porque el interior, el intelecto de esos pobres seres, es inalcanzable a nuestro razonamiento y somos demasiados simples al decir, que el hombre sufre porque piensa.

 

Contrariamente a esa forma tan simple de pensar, pienso que los seres humanos que tenemos la suerte de ser normales y creer que “sufrimos porque pensamos”, deberíamos dar gracias al Altísimo, porque nos permite discernir, elegir; en otras palabras pensar. Creo que para pensar adecuadamente es necesario contar con una mayor capacidad de raciocinio y esto, creo que se adquiere no sólo a través del tiempo, sino de la lectura. Estoy seguro que cuanto más lee un hombre (genérico), más avanza en el tiempo.

 

Cada vez que leo algo más, aumenta mi satisfacción, me siento más feliz de poder pensar, de poder razonar, porque tengo más y mejores elementos para poder analizar, comparar, meditar, valorar las cosas, las personas y esto me acerca más a Dios y por consiguiente me produce mayor felicidad.

 

Cuando por algún motivo no puedo leer, me siento como si fuera un auto de fórmula uno, que teniendo el motor acelerado, a punto de fundirse, con sonido, que ya no es un rugido, sino un grito desesperado, porque además el freno está trabado. En cambio cuando estoy inmerso en la lectura, de un libro, un comentario, un artículo o un editorial, me siento como si fuera un velero, velero que navego por un mar que no está agitado, pero cuyos vientos hacen que me deslice por sobre las aguas, con total y absoluta tranquilidad.

 

Con esto que les expreso, creo haberles transmitido mis vivencias, en cuanto al pensamiento y les he mostrado cuales son mis sentimientos con respecto a la lectura. Espero que todo esto que expreso, pueda ser leído por mis nietos y vean si lo que digo es verdad y se parece en algo a la forma de pensar y ser de ellos. Tengo la seguridad que todos mis nietos compartirán esa mi forma de pensar, porque sé que todos ellos son aficionados a la lectura y también son gente que le gusta razonar y pensar en silencio, apreciando todo lo bueno que recibimos de la tranquilidad de vivir con respeto y gran cariño familiar.

 

 

Miguel Aramayo

SCZ. 24-04-2014