info@miguelaramayo.com

Quisiera

17 Nov

Quisiera

Quisiera ser más inteligente, o por lo menos tener más conocimientos. Quisiera ser más valiente, o por lo menos afrontar con mayor coraje los retos. Quisiera ser más convincente o por lo menos tener la labia suficiente para llegar a más gente. Quisiera poder sacrificarme por mis hermanos, o por lo menos que me crean, que me crean ¡que nos están mintiendo tremendamente! ¡Quisiera…!, ¡quisiera…!, ¡quisiera…!, pero lamentablemente no siempre “querer, es poder”.

 

Hace dos años que leo más y lo hago con avidez; veo más noticias, con ansiedad; escucho más comentarios, con estupefacción; analizo todos los comentarios que llegan a mis manos y algunas veces me animo a expresar mis pensamientos, mis sentimientos, mis emociones, pero encuentro que todo eso es insuficiente, pienso que debería hacer algo más. Ese sentimiento que me atormenta no es algo que me esté sucediendo solo a mi, es algo que está corroyendo el pensamiento de todos los bolivianos, de todos los que amamos esta patria y respetamos profundamente a nuestros hermanos, aunque nos separen grandes diferencias, diferencias grandes, que corresponde a color de piel y de ojos, a cantidad de estudios, a posibilidades económicas, al entorno social.

 

Estoy convencido que esas diferencias que nos separan en este momento, son chiquitingas, a la hora de la verdad. Ver a Nelson Mandela, Michael Gorvachov, Golda Meyer, Simon Bolívar, José de San Martín, Napoleón, Ceferíno Namunkurá, Pedro de Valdivia, Lautaro; pese a ser diferentes, haber vivido en diferentes lugares y en épocas distintas, ser de diferentes orígenes étnicos; lo que los hace ser similares es el haberse destacado por su inteligencia,  por haber hecho algo en beneficio de los demás, ¡en el momento oportuno!, por ejemplo Lautaro, les dio que hacer a los conquistadores y uso técnicas que le dolieron profundamente a su benefactor, don Pedro de Valdivia. Gorvachov, que con la Perestroika dio inicio al derrumbe del muro de Berlín y el fin de la URS, o Nelson Mandela que acabo con el “apartheid

 

Si los que nos gobiernan usan métodos de gente que buscó el odio, la destrucción, como Adolfo Hitler, Benito Mussolini, Nerón (Claudio Druso Germánico), Calígula o Idi Amin Dada. Y quieren aplicar esas técnicas a nuestra idiosincrasia, sin respetar nuestras diferencias culturales, entendiendo por cultura, no la capacidad de conocimientos, sino la similitud de conocimientos, costumbres, música, religión, comida, etc., etc. Están buscando recrear una nueva “noche de los vidrios rotos”. Eso tiene para ellos más valor y significación que la cantidad de libros leídos, de profesiones estudiadas o teorías políticas aprendidas o copiadas, como lo están haciendo ahora, pensando que los Señores Fidel Castro y Hugo Chavez, son la panacea, lo más próximo a Jesús de Nazaret, a Mahoma, Dalai Lama, o quizá a Mandraque el mago.

 

Aparentemente en su paranoia, esa gente que está siguiendo lo que dictamina el famoso librito de Hitler “Mi lucha”, que durante mucho tiempo fue el libro de cabecera de don Fidel Castro. Nos han identificado a los habitantes de la media luna y muy especialmente a los cambas, como iguales a nuestros hermanos judíos, que tuvieron que sufrir el holocausto. Pensado como Hitler que la “raza aria” era la única y pura, que todo lo demás debían morir, debía desaparecer. De la misma forma ellos (los que ahora nos gobiernan) han conseguido el libreto de una obra teatral, en la cual lo único que tienen valor es la “raza aymara”, olvidándose que los “quechuas”, los “incas”, derrotaron a los aimaras y en los albores de la conquista, los aimaras fueron usados por los quechuas, como carne de cañón y tratados sin ninguna compasión. Su mitología cuenta que con Manco Capac el varón y Mama Ocllo, su esposa y hermana, llegaron enviados por Viracocha, para salvarlos, obligándolos y subyugándolos al poder del inca. (Tanto en las leyendas Andinas, como Mayas y Aztecas, luego del gran diluvio, aparece: «Un individuo alto, barbudo, de tez pálida, que vestía una túnica blanca,  para salvar la humanidad, Viracocha para los quechuas, Quetzacoatl para los Mayas y Aztecas).

 

Por eso debemos estar atentos, debemos estar unidos. La situación es difícil, pero por suerte creo que somos lo suficientemente inteligentes como para no dejarnos engañar y lo suficientemente capaces para sacar a nuestros hermanos de ese hechizo en que los tienen anonadados y los están usando, como los españoles los usaban en sus batallas contra ellos mismos, como carne de cañón y lo que buscan esos que nos quieren hacer pelear, esos que nos quieren destruir, no es un ideal político, ¡no!, es un beneficio económico y satisfacer su ego. Lo peor de todo, ¡satisfacer el ego de un maniático!, maniático que está lejos de Bolivia y que ya en varias oportunidades nos ha demostrado que lo que quiere es beneficiarse de nosotros, de nuestra ingenuidad, mejor dicho de la inocencia e ingenuidad de nuestros hermanos “originarios”, que hace quinientos años están siendo utilizados por los políticos, que lo único que quieren es poder, para conseguir sus bajos sentimientos.

 

 

Miguel Aramayo

SCZ- 17-11-2007