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Sexo

4 Mar

Sexo

Sexo

 

Es mi opinión como hombre vulgar y corriente, más lo uno que lo otro y tan solo por lo que pasa a la monarquía en España o lo que le sucede a otros nobles e importantes del mundo.

 

El sexo es un don divino y quizá la primera donación que hizo el creador a las criaturas que hizo del barro disponible y que les soplo el espíritu que nos diferencia del saldo del reino animal. Es un proceso intimo que tiene sus reglas fijadas por las diferentes religiones y además muy observada por la sociedad, cuando el que falla es el que se deja pillar y de eso tenemos un montón de ejemplos, pero como es algo intimo se puede mantener en estricta reserva e ignorada por los demás.

 

Transcribiré algo de lo expresado principalmente por la cristiandad.

 

Leyendo la Biblia o la Tora, en el Génesis 1:27-31… los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. El sexo fue parte de la buena creación de Dios (Génesis 1:31). El sexo está diseñado para proveer placer y satisfacción (Cantares 4:10). (Corintios 7:1-8) En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno es para el hombre no tocar mujer. No obstante, por razón de las inmoralidades, que cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. Que el marido cumpla su deber para con su mujer, e igualmente la mujer (lo cumpla) con el marido.

 

Este es un tema humano y terrenal, pero tiene mucha influencia religiosa y mucha mala interpretación, pero debemos estar conscientes que es un don de Dios, otorgado a cada uno en particular según lo expresa Pablo en muchas de sus cartas a los cristianos.

 

Regocíjate con la mujer de tu juventud, amante cierva y graciosa gacela; que sus senos te satisfagan en todo tiempo, su amor te embriague para siempre. Proverbios 5:18-19.1 corintios 7:3-4:

 

Que el marido cumpla su deber para con su mujer, e igualmente la mujer lo cumpla con el marido. La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.

 

El apóstol Pablo le dijo a su pueblo: “No se priven el uno del otro, excepto de común acuerdo y por cierto tiempo, para dedicarse a la oración. Vuelvan después a juntarse, a fin de que Satanás no los tiente por causa de falta de dominio propio”, 1 Corintios 7:5.

 

Según mi entender si uno de los miembros de la pareja no cumple, deja expuesta a su otra mitad a las tentaciones propias de la naturaleza humana y de esa manera lo expone a la infidelidad. O dicho de otra manera lo deja en las manos del “demonio”.

 

Los puntos de vista entre religiones discrepan ampliamente, desde el concepto que demoniza al sexo y la carne, como uno de los enemigos del alma, a la creencia (propia de varias religiones orientales y religiones africanas) de que el sexo es la más alta expresión de lo divino. Estos conceptos teológicos no se traducen automáticamente en una mayor o menor relajación de costumbres, que en cada civilización tienen su expresión en las muy diferentes formas de matrimonio y de otras relaciones interpersonales. El judaísmo no le otorga valor ni a la virginidad ni a la castidad de los cónyuges: una mujer es virtuosa para el judaísmo si tiene una familia numerosa. Los hijos constituyen una bendición.​ El pecado original no es el sexo sino el deseo de saber: Eva mordió el fruto del árbol del conocimiento.

 

Miguel Aramayo

SCZ.09’02’2024