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Sueños.

9 Abr

Sueños.

Mi realidad es abstracta, por eso vivo soñando como que los sueños son mi realidad, y me abstraigo de mi entorno real, y me sumerjo en mis sueños, y dejo que mi mente divague en ese espacio inmenso sin barreras, ni restricciones. Donde el intelecto puede ser más productivo y los sentimientos más profundos, incluso llegar a niveles extremadamente sublimes, donde puedes escuchar el latido de tu corazón y apreciar tu pulso, y donde tu respiración se diluye hasta convertirse en un suave suspiro. Pero tus neuronas alcanzan el máximo de conexión con tus recuerdos más recónditos y en ese punto logras conectar tu alma con el más allá, de esa manera tu espíritu está en capacidad de expresar más claramente tus sentimientos. Para lograr ese estado no necesitas entrar en trance, con simplemente un mínimo de concentración y un espacio de soledad sé consiguen esos niveles y un periodo indeterminado de tiempo, tu mente es capaz de crear y recrear situaciones que en ese momento o con posterioridad puedes plasmar en el papel. En otras palabras, eso es lo que se puede denominar inspiración.

 

Constantemente me encuentro en situaciones como las que describí, no es que esté divagando, es simplemente que estoy concentrado, al extremo que me puedo desconectar del entorno, esto que me sucede con frecuencia, hace que mis sentidos (vista, oído, tacto, olfato, gusto) y mis sentimientos, estén súper atentos y tengan una mayor capacidad de detectar lo que sucede a mi alrededor, con lo cual puedo asumir con mayor nitidez lo que está acaeciendo en ese momento y almacenar en mi cerebro hechos que pueden ser imperceptibles para quienes me acompañan en ese instante.

 

Esto que expreso, es algo que practico desde muy niño y algunas veces he oído decir a gente de mi entorno. Fíjate cómo está de distraído Fulanito y sin embargo estaba muy atento a lo que hablaban y a todo lo que sucedía a mi alrededor y por eso tengo tantos recuerdos almacenados en mi interior. Y por suerte todavía los tengo disponibles, casi inmediatamente.

 

Algunas veces mis sueños expresados a mis amigos sirvieron para que ellos se formen un concepto errado. Incluso escuché decir: pobre, está desvariando, ya cree que se puede hablar con los computadores, lo cual en este momento es lo más simple, porque avanzó tanto la ciencia que ya estamos usando de la inteligencia artificial. Lo que les cuento es del año 1975.

 

Sigo siendo el mismo loco de cuando tenía seis años y el mismo loco y romántico de los 17 años o el loco emprendedor de los 25, o el loco trabajador de los 30. Como dice el refrán: “Genio y figura hasta la sepultura”, o en términos cambas: “El que nace tatú muere cavando”.

 

Miguel Aramayo

SCZ.08-04-2018