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Un día común, pero un lindo día

23 Mar

Un día común, pero un lindo día

Ayer fue un día común, pero sin lugar a dudas muy especial. Desde muy temprano estuve en actividad, primero enterándome de las noticias, para comprobar lo mal que seguimos, el irrespeto en que se manejan nuestras autoridades, la inconstitucionalidad en que operan, aprovechando del poder total, poder total y camino al totalitarismo, que han sabido ganarse, gracias a la ayuda de la izquierda internacional y los dólares de Venezuela. El fantoche, el intercambio de mentiras, de medallitas y espaditas o sables, de discursos rimbombantes, fatuos, vanos y vacíos de contenido, pero con muchas fotos y gastos innecesarios, gasto de recursos, como burlándose de los pobres que no comen por aplaudir lo que les prometen y no les cumplen,  porque la pobreza de esos pobres es pobreza de espíritu, su falta de alimentos, su consumo de estupefacientes (masticación de coca, que irónicamente no produce ni belleza ni inteligencia) y su ignorancia, es mayor que su necesidad de sapiencia, porque les han robado la conciencia, su inocencia y su credulidad.

 

Pese a ser sábado, trabajé como lo hago desde que tengo 17 años, con el mismo entusiasmo, la misma responsabilidad, no pensando únicamente en la paga, sino en cumplir con los compromisos, con la misma entrega de cuando era joven, pensando aportar a la patria, a la humanidad, dedicando el día a Dios y dejando como ejemplo a mis seres queridos. Mi almuerzo fueron unas salteñas, comidas a toda velocidad, para no desperdiciar el precioso tiempo, tiempo que tanta falta nos hace para progresar, porque el mismo es efímero, es fugaz y vale mucho, porque cuando se lo pierde es igual que perder la vergüenza, no se los vuelve a encontrar, ni al tiempo, ni a la vergüenza.

 

La tarde la dediqué a cultivarme, estuve leyendo, leyendo cosas que dejen algo, algo a mi intelecto, pero también revisando mi correo. Pude socializar, respondiendo los mails, llevando el apunte a las cadenas que estás obligado a responder, revisé mi facebook, porque ahora también eso es parte de la vida moderna y la forma de comunicación de mis nietos. Vi una que otra muchacha sin ropa, o con muy poquita ropa, porque eso también es parte del Internet. Revisando algo de arte que me llegó por la gran vía, vi en forma crítica una obra del Greco (Doménikos Theotokópoulos, nacido en Candia 1541, muerto en Toledo en 1614). Una obra que está en la iglesia de Santo Tome, en Toledo, España. Se trata del entierro del Conde de Orgaz. Al observar esa bella obra, en forma crítica, comparando las expresiones de las personas, caballeros de la época, frailes, curas y parientes, del difunto y del pintor, se nota que ellos observan la muerte y sufren con ella y la despedida de alguien, de un ser querido, que partió al la eternidad, pero cuyo cuerpo deberá ser enterrado, para seguir el proceso de descomposición hasta retornar al polvo de donde partió. También observé en el mimo cuadro, las expresiones de los personajes que lo transportan al Conde de Orgaz, a ese lugar donde llegaremos, si no todos, algunos de los que en vida fuimos creyentes y respetuosos de Dios. La expresión de la Virgen María y su hijo Jesús, la de los Ángeles, de los Santos y demás personas que nos precedieron y son mostradas por el Greco en forma tan real.

 

En la nochecita, estuve en misa, en la iglesia de San Andres, con mis parientes más próximos y queridos, Mi suegra con sus cuatro hijos, una de sus nueras y yo. La misa fue encargada para que conmemoremos el natalicio de mi suegro don Manuel Bravo Justiniano, que tan asiduo fue de esa iglesia. Escuché la misa no sólo con devoción, sino con piedad, me sentí muy cerca de mis seres queridos, de todos ésos que ya partieron y que adelantándose en el viaje a la eternidad, de ésos que desde el cielo nos observan con curiosidad y desazón, por lo que nos sucede.

 

Mi día continuó, fuimos a festejar el cumpleaños de otro pariente, que es otro ejemplo de virtudes, por sus dotes humanas, su capacidad intelectual, como médico. Miembro activo de nuestra comunidad, él se llama Hugo Heredia Farel. Estuve en ese festejo con muchos parientes queridos, por el lado de su esposa, que por el mismo lado también son mis parientes. Tuve un premio, me senté al lado de don Carlos Valverde Barbery, gran personaje y protagonista de las luchas cívicas de este pueblo, pueblo que lleva luchando por la autonomía desde el día que llegados de España, vía Asunción del Paraguay, plantaron en estas tierras el signo de la redención, sin olvidar sus orígenes de la España grandiosa y poseídos por los efluvios de paz y amor, que está tierra posee hasta nuestros días. También recordé que ayer se conmemoró el memorándum de declaratoria de federalismo, que un antepasado (Andrés Ibáñez) de quien estuvo al mí lado compartiendo la cena y recuerdos de los bellos momentos de Falange Socialista Boliviana (FSB) y las luchas de este pueblo por defender sus regalías.

 

Que lindo día, mi día, seguro que fue Dios quien me lo brindó. Al final del día fui a entregarme en brazos de Morfeo, para luego esperar otro día, que estoy seguro seguirá comandado por Dios, por su hijo Jesús y protegido por su madre, la Virgen María, para que sigamos viviendo en Santa Cruz, como vivió Ñuflo de Chávez, Warnes, el Colorado Mercado y el Camba Pechi.

 

Miguel Aramayo

SCZ. 28-03-2010