info@miguelaramayo.com

¡Y nos deseamos la Paz.!

23 Dic

¡Y nos deseamos la Paz.!

Acabo de leer un artículo de una periodista árabe israelí (Lucy Aharish), que es presentadora de noticias en un canal de televiso (Canal 2, la cadena más vista en todo el Estado de Israel). Quedé compungido, porque en la mayor parte del mundo celebramos el nacimiento de Jesús, el Mesías según los cristianos de todas las denominaciones. La Navidad, conmemorada por moros y cristianos, a mi criterio, ya perdió el significado que tenía cuando yo era niño y ahora se convirtió en una festividad de luces de color, de regalos y de despilfarro y como dice esa periodista una fiesta de culto a la hipocresía. Ya la estrella de Belén, los Reyes Magos (Melchor, Gaspar y Baltazar), el oro, la mirra y el incienso quedaron rezagados, los pastores y los animales casi olvidados, ya no se acostumbra sacar los zapatos a la ventana.

 

Como puede ser, que mientras una gran parte de habitantes de este planeta pregona la paz, el amor y festejan con champagne, comida, golosinas y regalos, muy cerca de nosotros los pobres potosinos originarios y los originarios del oriente, deambulan por las calles en busca de caridad, caridad de aquellos que con seguridad tendrán que recurrir a digestivos para pasar la ingesta de estos días.

 

Se me arruga el corazón, mis ojos se llenan de lágrimas y mi mente se revela ante este hecho, pero lamentablemente lo que pueda hacer es tan poco, es tan poco que me da vergüenza no poder hacer más. Se supone que los países tienen autoridades que pueden ver las atrocidades y apoyar de alguna manera, pero ni las grandes potencias mundiales se fijan en el sufrimiento de gente como la que en este momento está siendo exterminada en Siria

 

Como lo que dice el artículo que leí: “¿Quién está manifestándose en las calles por los hombres y mujeres inocentes de Siria? ¿Quién está gritando por los niños?”, preguntó mirando a cámara y concluyó: “Me avergüenza que la paz de la humanidad sea irrelevante una vez más”. ¿Quién está manifestándose en las calles por los hombres y mujeres inocentes de Siria? ¿Quién está gritando por los niños? Nadie. La ONU celebra reuniones del Consejo de Seguridad y se limpia las lágrimas cuando ven la imagen de un padre que sostiene el cuerpo de su pequeña hija. Hay una palabra para esto: hipocresía.

Al papa y toda la iglesia católica, la iglesia anglicana, los budistas, los cristianos de todas las denominaciones; a los niveles más altos, donde los que podrían opinar son visibles, como el Dalai Lama, etc. Y su voz podría influir en decisiones mundiales, pareciera que en el momento actual están con las voces embargadas, están en otro colectivo u orinando fuera del tacho.

 

Mi opinión es insignificante y hasta ridícula y mis oraciones quizá no lleguen a Dios, que debe ser el único que está preocupado por lo que sucede en Siria, pero que no puede hacer nada, porque dejó a los hombres que actuemos con libre albedrio, pero somos tan insulsos que preferimos estar largando fuegos artificiales y reventando cohetes.

 

Miguel Aramayo

SCZ.23-12-2016