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Yo cantando.

9 Abr

Yo cantando.

Últimamente sueño en el mar, con el mar, sobre el mar y se avivan mis sentidos y puedo soñar o rememorar con mayor facilidad. En este momento estoy en una playa de Cerdeña, no es playa para bañista, pero es el lugar ideal para soñar o recordar, recodar bellos momentos de mi vida, pero como me sucede con tanta frecuencia se mezclan en mis recuerdos ficciones y realidades.

 

Sentado en una roca, con los pies descalzos y la mente despejada. Mi mirada se pierde en lontananza, en un horizonte sin fin, pero con una luminosidad, luminosidad que me permite divisar a Dios, a Dios y mi alma en otra vida, otra vida, que quizá hubiera sido mía, que se muestra tan bonita, tan llena de sorpresas y cosas bellas, de momentos indescriptibles y de instantes tan febriles, como el sol, que desde lo alto de la cúpula del cielo, ilumina todo lo que está abajo, incluyéndome a mí y mi alma, alma a la que en ese momento observó en forma crítica.

 

No es algo normal al verme y observarme, noto que yo no soy yo, soy un poeta, pero no cualquier poeta, soy un poeta que punteando una guitarra compone canciones, canciones de amor.

 

La voz suena cristalina, un tono de contra alto, con un marcado acento italiano.  La letra que distingo me suena romántica, destila amor, ternura, pasión. Es fácil de escuchar y diferenciar su sentido, la guitarra suena un primor, los acordes son claros y melodiosos, el acompañamiento es firme y permite distinguir la sonoridad del punteo, el ritmo es cadencioso, con un son que suena a un bossa-nova, más que un bolero. Quedo sorprendido, porque siendo yo el que canta y toca la guitarra, también soy el que puede apreciar ese milagro o actuación irreal, pero no ficticia.

 

Me detengo para poder, poder apreciar la letra y distingo lo que modulo, que dice así: Amo y pienso en vos, mientras pienso en vos, la voz se escapa de mi garganta y expresa mis sentimientos, exterioriza mi amor por ti y es ahí donde mi corazón también participa de los acordes, como el sonido sordo de un timbal. Eres para mí la vida entera, eres el aire que respiro, eres al alimento de mi alma y no te  imaginas como el sólo pensar en vos me da la fuerza que requiere mi cuerpo, para vivir, vivir y amar por ti. La música que acompaña ese verso, suena como si fuera el gorjeo de muchos canarios y el silbo armónico que sale de lo más profundo de un tordo. Que linda composición, muestra tanto sentimiento, que me siento feliz y protegido de las musas.

 

 

Miguel Aramayo.

SCZ.08-04-2015